Xabi Fernández tomará el mando del VOR65 MAPFRE en la III etapa de la Volvo Ocean Race, y le tocará lidiar con el Estrecho de Malaca, que algunos consideran el paso más complicado de la vuelta al mundo a vela.
Falta una semana para el comienzo de la etapa 3. Dicen que a la tercera va la vencida. ¿Crees que aquí sí demostraréis todo de lo que sois capaces?
La verdad es que después del “marroncete” de la primera etapa (Alicante-Ciudad del Cabo), y de mejorar mucho en la segunda (Ciudad del Cabo-Abu Dhabi), las sensaciones son mucho mejores. Cuesta dar la vuelta a algo así pero creo que lo conseguimos. Fue un ejercicio que hicimos en Cape Town, estuvo bien quedarnos y no marcharnos a ver a nuestras familias, aunque también duro. Pero aprendimos mucho. Con los cambios y la gente más serena creo que nos estamos viniendo arriba, estamos más ordenados.
En la 3 sustituirás a Iker como patrón, ausente por compromisos olímpicos. Te tocará el Estrecho de Malaca, el tramo más complicado de la vuelta al mundo según algunos tripulantes, una auténtica ratonera…
Sí, Malaca puede ser complicado, sobre todo si no hay viento. Hay mucho tráfico y mucho lío, muchísimos pescadores sin AIS, sin sistemas de identificación, ni luces. En esta zona también, pero más adelante, cerca de Filipinas, he vivido las condiciones más duras de viento en una vuelta al mundo, entre 55 y 60 nudos (más de cien kilómetros por hora) de viento y de ceñida, en la edición 2008-09.
También se habla de un repunte de piratería en la zona. Al menos parece que será más corta que las dos primeras…
Nunca hemos tenido ningún encuentro con piratas, así que eso lo vemos un poco lejano. En principio sí que debería ser más corta, unos 20 días. La parte decisiva será la primera, intentaremos salir primeros como en Ciudad del Cabo, allí tuvimos suerte y avanzamos mucho, aunque luego nos equivocamos. Pero en cualquier caso lo bueno sería entrar en los vientos alisios del Indico en cabeza, de ahí es una ceñida hasta el Estrecho de Malaca. Luego una vez allí la flota se contraerá, porque como digo es una zona complicada.
¿Te has preparado de forma especial para esta etapa?
Con Iker hemos hecho un trabajo conjunto, en las dos primeras etapas nos hemos centrado en ir juntos, y no es la primera vez que hacemos el cambio. Tanto con él como con Bouwe ya navegué como patrón en la Volvo Ocean Race. Intentaré hacerlo como Iker, además el equipo está más sólido, tranquilo, las guardias van al 100%, y Jean Luc (Nèlias, navegante), medita mucho, y no toma las decisiones a lo loco. Se hace de manera conjunta.
Varios tripulantes han comentado lo duro que es vivir en estos barcos en ceñida, con ángulos de 30 grados que te obligan a trepar literalmente para ir de un lado al otro, sobre todo dentro, te impiden cocinar, ir al baño…
Es cierto que el barco en ceñida es incómodo, tiene mucha escora, aunque depende del viento claro. En esa ceñida larga hasta Malaca no creo que sea tan duro, parece que habrá viento suave y poca ola. Habrá que trimar mucho eso sí, pero podremos dormir bien, mantener los horarios, y hacer todas las comidas. Al final eso es lo que te machaca realmente, no poder dormir ni comer bien durante días y días. Si entras en ese círculo acabas reventado y ya no le das la vuelta. Por suerte hasta ahora no hemos tenido lesiones tampoco.
¿Cómo te encuentras físicamente de cara a esta etapa?
Bien, bien, hasta ahora esta vuelta al mundo está siendo atípica, menos dura físicamente que otras. En la primera etapa no hubo mucho viento, y en la segunda tampoco, excepto por la depresión tropical donde tuvimos 30 o 33 nudos (56 km/h aprox), y tampoco fue para tanto. Nos saltamos un par de guardias, pero ya está.
Atípica, también por lo que ocurrió con uno de los equipos, el Vestas Wind, ¿Recuerdas el momento en el que te dieron la noticia?
Sí, estaba dormido, y no me lo creía. Sabía lo jodidos que podían estar, porque nosotros también hundimos un barco (Movistar, 2005-2006). Pero estaban todos bien. Primero piensas en las familias, en que estarán apuradas, las responsabilidades y explicaciones ya vendrán luego. Es un marrón y una pena. Se dieron contra una isla en medio del océano…No es una crítica hacia la Volvo Ocean Race, pero en esta edición vamos pelados, los presupuestos se han recortado mucho, y hay menos tripulantes, menos equipo de tierra, antes podía haber 35 personas en total, ahora hay muchas menos, pero lo que está claro es que con 2 o 3 personas en el equipo de tierra no se puede preparar…Para algún equipo ha sido la única forma de hacerlo, pero es obvio que para el navegante no fue suficiente, y no tuvo tiempo.
Otros equipos han reconocido que esa zona les preocupaba también, que no era fácil pasar por allí.
A nosotros Jean Luc nos dijo que el tiempo que había tenido para prepararla tampoco era ideal, que normalmente se requieren meses para preparar las etapas, y él había tenido 4 o 5 días cuando salimos. Había que trabajar las zonas de exclusión por piratería, por aguas territoriales iraníes, y comentaba que incluso en la etapa 1 hay islas que salen del agua, y otras que no. Pasas de 4.000 metros de profundidad a 30 en un momento, y son sólo puntitos en el mapa. No le gustaba no haberlo podido preparar bien. Hace falta experiencia en esa zona, decía, y recordaba que una vez casi chocó…
Al Team Vestas Wind esto le pasó de noche, ¿cómo es navegar en medio de la oscuridad y tener que llevar el barco al máximo?
Depende de las condiciones, en el caso del Vestas iban tranquilos, pero es cierto que generalmente los problemas pasan de noche…Hacer maniobras en la oscuridad siempre es más complicado, y tienes que llevar el arnés puesto. Hay ocasiones en las que está oscuro ciego, no ves ni la proa del barco, cuando no hay luna. En la etapa dos tuvimos suerte, había una luna enorme. Pero si no ves nada te guías por la electrónica, y navegas por sensaciones, sientes las olas y las surfeas. Por puras sensaciones. Pero te acostumbras, no te queda otra. Esta regata va al límite, de día y de noche