Con 8 nudos de viento los seis equipos de la Volvo Ocean Race partieron de Newport (EEUU) este domingo rumbo a Lisboa. La mar estaba en calma y el día luminoso y despejado así que fue una salida muy vistosa y con numeroso público expectante con los VOR65. Interesante salida, a pesar del escaso viento, pues los barcos se enzarzaron en una sucesión de viradas simultáneas, con constantes cruces al límite como los que vimos entre MAPFRE y Dongfeng Race Team.
El equipo español, tras la victoria en la regata In Port ha ganado unos cuantos puntos de confianza e hizo una salida muy seria, colocándose a la cabeza de la flota y defendiendo esa posición en estas primeras millas de la séptima etapa.
Como al resto de la flota, al barco español, quinto en la general, empatado a 24 puntos con el cuarto clasificado Team Alvimedica, y a sólo tres del tercero, Team Brunel, le esperan 2.800 millas de travesía transatlántica. Encontrarán todo tipo de condiciones, pero de momento están navegando con vientos muy suaves.
“Como en todas las etapas, las primeras 24 horas siempre son agotadoras. Primero hay que hacer el recorrido costero -que va a ser largo- y una vez que dejemos atrás Newport tendremos una transición de viento, con lo cual va a ser una gran pelea”, explicaba el patrón del MAPFRE Iker Martínez, que vuelve a ponerse al timón del equipo tras ausentarse en la etapa 6 por compromisos pre-olímpicos. El vasco detallaba que “como ya hemos visto, las diferencias al final son mínimas y esto puede ser una costera larga de diez días, así que hay que darlo todo desde el principio. Supongo que todo el mundo va a ser tan agresivo como en la regata costera. El segundo día estarás muerto y luego ya hay que coger un poco de ritmo”.
La que hoy ha empezado es una etapa más corta que las anteriores pero particularmente táctica y difícil, aunque sea terreno por todos conocido, y la ‘entrada’ en las aguas del Atlántico Norte vaya a ser suave. Aun así, les acompañará la bruma, lo que obligará a todos los tripulantes a estar especialmente atentos.
“Creo que es una etapa bastante más táctica que la anterior, pero aun así la flota también va a estar muy, muy pegada porque los barcos son muy parecidos. No obstante, la clave será la primera compresión dentro de dos días y luego habrá dos o tres días de velocidad pura y dura en los que se verá qué barco es más rápido”, explicaba el proa de MAPFRE Antonio ‘Ñeti’ Cuervas-Mons. “Luego habrá otra zona en el anticiclón de las Azores a la que llamamos ‘la goma elástica’, y quien salga de ahí primero muy mal lo tiene que hacer para no ganar la etapa”, detallaba.
El objetivo del MAPFRE es colocarse tercero en la general, que lidera Abu Dhabi, y en la que Dongfeng es segundo. Para ello tendrán que desplazar al Brunel del cántabro Pablo Arrarte. “Estamos bastante cerca del podio, que es ahora nuestro objetivo. Intentaremos pelear con Brunel por esta etapa y asaltar de una vez por todas esa tercera posición. Hay que estar también a la espera de que Dongfeng pueda tener algún problema más, pero en principio la realidad es que Abu Dhabi y Dongfeng están un pasito por delante, y hay que pelear por ese podio que sería un muy buen resultado”, explicaba Xabi Fernández a punto de subir a su Volvo Ocean 65.
Volver a Europa, “a casa” como decía el propio Cuervas-Mons, puede hacer que los barcos empujen aún más. Es lo que afirmaba, al menos, el patrón del Abu Dhabi Ocean Racing Ian Walker antes de salir. Aun así, el barco de bandera emiratí, en el que navega el gallego y experimentado Roberto ‘Chuny’ Bermúdez, no ha comenzado la etapa 7 con buen pie: ha montado la boya que marcaba el comienzo del recorrido oceánico, tras un circuito corto junto a la costa, en la retaguardia. Mejor lo han hecho las chicas del Team SCA, que han sido terceras. “Ésta puede ser nuestra etapa”, afirmaba convencida su patrona, la inglesa Sam Davies, poco antes de salir.