El viento tan generoso y presente en esta cuarta etapa de la Volvo Ocean Race se hace de nuevo protagonista pero en esta ocasión por su ausencia. Los seis barcos de la flota ponen rumbo a Auckland (Nueva Zelanda) en medio de unas calmas que han comprimido a la flota en unas distancias entre unos y otros que no superan las 3,2 millas.
Tras dos jornadas de vientos intensos y grandes progresos que cambiaban la tabla de posiciones (con la increíble remontada del Dongfeng Race Team y la fuerza del MAPFRE para mantenerse en la segunda posición), los seis barcos están situados en puntos similares y comienzan a divisarse los unos a los otros ya sea a barlovento, a sotavento o en el horizonte cercano.
Los equipos trabajan más unidos que nunca sin descanso las 24 horas del día y dejan los turnos de las guardias para otro momento; en este punto de la etapa todo esfuerzo es poco si se trata de aprovechar cualquier mínima brizna de viento.
“Los equipos que antes consigan cruzar esta zona de calmas serán los que tendrán mejores oportunidades de consolidar su posición a medida que vayan llegando los vientos de este; éstos además tendrán más opciones de coger velocidad para afrontar el resto del recorrido hacia Nueva Zelanda”, comentaba esta mañana en su blog el reportero del Abu Dhabi Ocean Racing, Matt Knighton.
Además, y según se podía comprobar en el parte de esta mañana; esta opción podría ser la última posibilidad que tendrían los barcos para hacerse con una ventaja razonable sobre el resto para llegar primeros a Auckland al final de la semana. Aunque, según parece y tras las calmas actuales, los vientos serán razonablemente consistentes hasta la meta.
“Esto no será el final de la regata ya que una vez que esto pase nos enfrentaremos a unas 12 horas de vientos ligeros a lo largo de la costa y en dirección a Auckland por lo que cualquier ventaja obtenida anteriormente podría ser en vano“, matizaba Knighton desde el Abu Dhabi.
“Estamos todos en la misma situación, y así el primero puede ser último pero también el último puede ser el primero. Esto no puede estar más emocionante. Aquí se respira competencia y el ambiente no está para distracciones. Una única racha de viento puede sacarte de los doldrums y puede definir la etapa. Esto se ha puesto picante“, explicaba esta mañana en su blog Francisco Vignale desde el MAPFRE.
Todos coinciden en que las próximas horas y los futuros movimientos que cada uno adopte serán cruciales para huir de las calmas y de las tremendas nubes negras que custodian a los barcos de la flota.
Por otra parte, el calor empieza a hacerse insoportable ya que, tal y como indicaban esta mañana desde el barco español, “al no haber viento, las altas temperaturas se notan todavía más”.
“Nuestros progresos se reducen a esquivar las nubes, a tener suerte y a armarnos de paciencia. No hay nadie tumbado en su litera; todo el mundo está en cubierta pendiente de las velas o del trimado ya que las próximas 12 horas serán cruciales para luchar por nuestras posibilidades de cara al sprint final”, matizaba Amory Ross desde el Team Alvimedica.