León von Ondarza Fuster es abogado, titular del Despacho Ondarza Abogados (LVOF). Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra (1992) y especializado en Derecho Marítimo por el Instituto Europeo de Estudios Marítimos (Gijón, 1993). Realizó el Curso de Extensión Universitaria en Oceanografía y Recursos Marinos de la Universidad de las Palma de Gran Canaria e Instituto de Estudios Medioambientales (2002) y el Curso de Contaminación Marina del Instituto Marítimo Español (2005).
Actualmente es secretario de la Asociación Española de Grandes Yates (AEGY) desde su creación en 2006. Desde noviembre de 2015 también participa como miembro del Consejo de Administración de Ports de llles Balears, en representación de la Asociación de Instalaciones Náutico Deportivas (ANADE); y es miembro de la Real Liga Naval Española, a través de la cual difundimos esta entrevista.
¿Crees que algún día veremos desaparecer el impuesto de matriculación para barcos de más de 8 metros en España?
LVOF: Estoy convencido de ello, la incógnita es cuándo. De un tiempo a esta parte, gracias a la importante labor del sector de la náutica de recreo, hemos visto que este impuesto ha ido evolucionado, la ley se ha modificado y lo ha hecho para bien, si bien es cierto que estas mejoras se reflejan en la actividad del chárter. Por tanto, ahora es necesario que las mejoras se apliquen al uso privado, esto es, a los barcos de más de 8 metros, y para ello la solución no pasa tanto por aumentar esloras sino eliminar el impuesto. Y es que el efecto inmediato de esto será un aumento de ventas, y no tan sólo de unidades, sino también de embarcaciones de esloras superiores. Además la sensibilidad política también ha variado y la tendencia actual es la de apoyar el sector de la náutica de recreo como motor de la economía y, para ello, qué mejor que la eliminación de este impuesto que no tiene equivalente en el resto de países de nuestro entorno. No obstante no podemos olvidar que muchas personas, desconocedoras del sector, piensan que una embarcación es para gente adinerada. No se paran a pensar que un barco es generador de dinero y empleo. Por este tipo de mentalidad errónea, y desde esta perspectiva, es difícil que un político elimine un impuesto, y menos éste que afecta a una minoría.
¿Cuáles son, en tu opinión, los principales problemas de la náutica de recreo?
LVOF: Podría responder que el principal problema es la burocracia pero esta contestación es injusta ya que la burocracia no es algo exclusivo de España. Lo que ocurre es que esta experiencia, en otros países, la desconocemos, o conocemos poco. En mi opinión, y sin necesidad de entrar en excesivo detalle, existen dos grandes problemas. El primero es la dispersión normativa que a su vez se relaciona con la diversidad de criterios a nivel nacional dependiendo de la Comunidad Autónoma, lo cual es preocupante ya que provoca inseguridad jurídica. Y, a nivel internacional, se percibe la ausencia de armonización de criterios y titulaciones. El segundo problema es que nuestra Administración Marítima no sabe, o le cuesta mucho diferenciar, entre la náutica de recreo y los mercantes, y aplica normas sin el criterio y la proporcionalidad que le corresponde a una y a otros.
¿Crees que nuestros políticos son conscientes de los flujos económicos que genera el turismo náutico?
LVOF: En los últimos años nos hemos dado cuenta de que la clase política empieza a interesarse por el sector de la náutica de recreo. El motivo de este acercamiento es, sin duda, su potencial económico. Y es que nos hemos esforzado mucho en darlo a conocer, enseñarlo y explicarlo y, al final, el propio sector habla por sí solo. Basta para ello ver nuestros puertos y costas.
¿Qué opinión te merece el papel que juega la RLNE dentro del sector marítimo español?
LVOF: Es una de las patas de la silla sin la cual no se mantiene. Es decir, existen Asociaciones Nacionales y locales que representan a las empresas del sector y realizan una tarea encomiable, sin las cuales hoy en día el sector no estaría en boca de muchos. La RLNE, por su parte, da su apoyo cubriendo la parte humana de este sector, ya que representa a una gran parte de los navegantes, a los apasionados del mar en sus múltiples variantes. Es, en definitiva, la valedora y defensora de nuestro legado marítimo. La imagen que desde hace unos años se le está dando la está convirtiendo en una asociación más activa y moderna, si bien todavía le falta recorrido para llegar a la gente más joven.