Mientras que la línea de meta de la Etapa 3 de la Volvo Ocean Race, situada en Melbourne, se encuentra a unas 5.000 millas náuticas por delante de los barcos, lo que actualmente preocupa a los equipos es el fenómeno que está formándose detrás de ellos. Una borrasca que se mueve tan rápido que los siete VOR 75 van a tener que afrontarla sí o sí. Van a tener que tomar una complicadísima decisión sobre dónde posicionarse en relación con la borrasca, que está programada para atacar mañana jueves.
Lo fundamental es valorar entre el riesgo que asumen y la recompensa que obtienen. Una ruta más al sur verá una navegación más rápida durante el día siguiente, pero conlleva el peligro de estar más cerca del centro de la borrasca.
Además, una zona de exclusión virtual para mantener a la flota al norte de los hielos de la Antártida evitará que los equipos que se sumerjan por debajo de la baja escapen de sus condiciones más fuertes.
En cambio, la opción del norte parece más segura ya que alejará a los equipos del centro de la tormenta, aliviando la enorme presión sobre el barco, pero sin dudas será más lenta.
El grupo ahora mismo está liderado por el Dongfeng Race Team, con el MAPFRE al acecho en segunda posición a poco más de cinco millas; Team Akzonobel tercero y el equipo Brunel cuarto. Estos cuatro equipos han elegido una ruta más hacia el sur, mientras que Team Sun Hung Kai / Scallywag, Vestas 11th Hour Racing y Turn the Tide on Plastic han optado por quedarse más al norte.
“Hay una cierta cantidad de riesgo de estar más al sur y directamente enfrente [de la borrasca]”, explicó Simon Fisher, navegante del Vestas.
Saber cuándo arriesgar y cuándo elegir la opción más conservadora es vital para alcanzar la gloria en la Volvo Ocean Race, y Fisher es un experto en este tipo de decisiones. Después de todo, guió a Abu Dhabi Ocean Racing a la victoria en 2014-15.
“Van a ser un par de días interesantes“, agregó. “Va a haber una delgada línea entre navegar lo más rápido que puedas en un rumbo óptimo contra navegar en un lugar seguro, cuidar el barco y no colocarte en un lugar en el que te pueda atropellar la borrasca”.
El único regatista que está acompañado por pensamientos más duros que la inminente borrasca es el patrón de Brunel, Bouwe Bekking. El padre del regatista holandés falleció tristemente la semana pasada, y su funeral fue ayer.
Bekking, uno de los marineros más experimentados de la carrera con siete ediciones anteriores en su haber, admitió que su mente estaba en otro lado en un emotivo escrito que envió desde el barco.
“Sabíamos que era cuestión de tiempo y acordamos de antemano que competiría, pero no me siento feliz por ello“, escribió.
“El único consuelo que recibo es que mi papá llegó a la mayor edad que ha tenido nadie hasta ahora en la historia familiar y que tuvo una buena vida. Él siempre apoyó mi elección de ser un regatista profesional: simplemente vive tu vida y disfrútala al 100 por ciento. Por ello, y a pesar de que estamos compitiendo duro, hoy mis pensamientos están con mi viejo, a quien extrañaré tremendamente“.