En dos días crueles, las esperanzas de los dos mejores novatos de la Vendée Globe han sido frustradas por fallos mecánicos. El domingo por la tarde el debutante de 35 años, Thomas Ruyant, se vio obligado a abandonar la regata después de 42 días cuando iba en octavo lugar. Su maestría en traer su IMOCA maltrecho 220 millas a través de horribles condiciones climáticas, mientras amenazaba con partirse en dos y hundirse en cualquier momento, le inscribe en el libro de oro de la regata.
La avería mecánica de Paul Meilhat, una grieta de 40 cm en el hidráulico de la quilla, afortunadamente no ha tenido el mismo impacto dramático que el de Ruyant, pero el resultado es tan cruel para el talentoso y veloz regatista de 34 años, que ya tenía un pie en el podio de la Vendée Globe. Meilhat ha tenido que dirigirse hacia el norte, dejando la ruta óptima hacia el este, y considera que su regata ha terminado, con el destino futuro aún sin decidir a bordo de SMA, el mismo barco que ganó la regata 2012-13.
El hidráulico de la quilla, que pesa 90 kg tiene una grieta de 40 centímetros, lo que hace imposible repararlo a bordo. Su equipo explicaba: “Después de lo que ocurrió con el incidente lo más importante fue asegurar la integridad del barco. Sin su hidráulico, la quilla estaría suelta y podría de oscilar de lado a lado de la embarcación, lo que podría amenazar la estructura del monocasco”. El navegante francés, que había estado compitiendo codo con codo con su amigo y rival Jéremie Beyou (Maître CoQ) durante 25 días, informaba esta mañana: “Aseguré la quilla en línea con un sistema de cuñas y arreglé las velas, porque llevaba mucho trapo. Después puse rumbo Noroeste para evitar los vientos fuertes. Todavía no he decidido la trayectoria, que dependerá de las condiciones meteorológicas a dos días vista. Con una quilla así, no pasaré el cabo de Hornos. No me siento seguro, y quiero estarlo tanto por el barco como por mí. La tierra más cercana es Nueva Zelanda, a 1.900 millas. El problema es que sería peligroso para el barco. Por ahora, navego hacia el noroeste y en función del tiempo en dos o tres días, la solución será ir hacia Nueva Zelanda, o ir a la Polinesia”.
La decisión de alejarse del que era su objetivo inicial es la única opción segura y Meilhat es muy consciente de eso, a pesar de la decepción. “Me refugio en el trabajo. Yo realmente no estoy pensando en ello. Tengo por delante una compleja semana de navegación que realizar y hace falta que la resuelva bien. Es súper difícil pasar de un estado “de permanente lucha” a un estado de duda. Trato aferrarme a lo importante: salvar el barco. Y aún no está resuelto. Sólo me queda una preocupación”.
Guerreros que luchan
Dos de los guerreros más duros y mayores de la flota, Nandor Fa en la novena plaza y Enda O’Coineen en la 14ª, tienen que cavar profundamente. El ex-luchador Fa navega ahora muy por su cuenta, con 620 millas por delante de Louis Burton (Bureau Vallée) y con 503 millas de ventaja sobre e Conrad Colman (Foresight Natural Energy). El patrón húngaro, que terminó quinto en la segunda edición de la Vendée Globe, fue derribado y luchó por algún tiempo para recomponer su barco y seguir en regata, explicaba: “Acabo de pasar la noche más dura de la regata. No veía nada, ni siquiera las nubes que venían. Me di cuenta de su llegada cuando un chubasco con 40 nudos sacudió el barco. Enrolle rápidamente el gennaker. Aún estaba en el winche cuando otra racha llegó y me trasluchó de golpe. La mayor se bloqueó en las burdas y no podía soltarlas. Todo volaba por el interior del barco. A continuación una ola rompió sobre el espejo de popa, una puerta de la cabina estaba abierta y entró mucha agua. Accioné la quilla, preparé la otra burda. Después de este “pollo” el viento bajó a 17 nudos. Unos minutos más tarde oí un ruido muy fuerte y el barco estaba escorado de nuevo. Enrollé otra vez el gennaker, pero una parte se lió y me di cuenta que una zona de la vela se había roto. Fui a comer algo y el barco se paró en seco, salí disparado y me golpeé la oreja con la mesa de cartas, latía fuerte como si me la hubiera arrancado, igual que en la época en que practicaba la lucha y dormí un poco. Al alba me desperté y el silencio me sorprendió. Me levanté para ver qué estaba ocurriendo, con el cuerpo muy dolorido. Todo parecía en orden y después de desayunar vi que la carga de baterías estaba baja y puse en marcha el motor. Al poco oí un ruido extraño y ya sabía que el motor estaba ‘cocido’. Así es cómo ha empezado mi regata en el Pacífico Sur”.
O’Coineen está navegando “a oscuras” con limitaciones en sus comunicaciones e instrumentos de navegación. Después de cruzar el cabo Leeuwin entre el pelotón de cinco patrones que pasaron el segundo gran Cabo separados por 13 horas, O’Coineen admite que tiene miedo de adentrase en el Pacífico, pero siempre estoico y positivo, reitera que éste es el desafío que ha venido a asumir. Su falta de conexión a Internet y el correo electrónico significa que recibe una actualización del tiempo de la Dirección de Regata al mediodía cada día por teléfono, así como las posiciones de todos los barcos a su alrededor. Del mismo modo, Jéremié Beyou, que se encuentra tercero ahora, recibe un sólo pronóstico de Skyfile como única fuente de información meteorológica. Pero a pesar de su falta de herramientas de comunicación, el patrón irlandés todavía no podía evitar hacer negocios. Casi seguro que ha sido el primer navegante de la Vendeé Globe en comprar y vender pubs o bares durante la regata en solitario alrededor del mundo.
Jean Pierre Dick (StMichel-Virbac) está ahora en cuarto lugar, 430 millas detrás de Béyou y 250 millas por delante del dúo Yann Eliès y Jean Le Cam, que ahora están separados entre sí por sólo 38 millas.
Nuestro Dídac remitía unas declaraciones donde manifestaba estar prácticamente en taller de costura.