Los barcos navegan a toda velocidad con las cubiertas constantemente barridas por violentas olas mientras, tal y como explican los propios regatistas, parecen tener una manguera constantemente enchufada hacia la popa del barco.
Además, después de dar una vuelta considerable para evitar un anticiclón y un incesante cambio de liderazgo en la cabeza de regata en estas ultimas horas, toda la flota arrumban sus proas hacia el sureste, apuntando directamente hacia la meta Nueva Zelanda, que está a más de 4.000 millas náuticas.
Con el paso de un frente, el viento se ha desplazado hacia el norte y presenta unas condiciones de 18 a 25 nudos, con lo que los barcos hacen entre 20 y 25 nudos de velocidad. No es cómodo, pero es rápido.
“Vamos a toda leche. Estamos haciendo unos 25 nudos de media desde que cogimos el frente”, confirmaba hoy domingo Xabi Fernández, patrón del MAPFRE.
Blair Tuke, por su parte, describe las sensaciones a bordo el barco español. “En las últimas horas, las cosas han empeorado un poco más. Es probablemente la mayor cantidad de agua que he visto en mi vida”.
“Esta es una gran manera de ganar algunas millas después de la navegación lenta de ceñida que hemos estado haciendo”, coincidía Dee Caffari desde el Turn the Tide on Plastic. “Cae agua por toda la cubierta, todo está mojado por dentro y por fuera, pero nadie se queja ya que todos sabemos que esto no durará mucho y haremos mucha millas mientras estamos en ello. Y el agua está caliente , 19 grados, igual que la temperatura del aire “.
La flota todavía se divide en dos grupos, con el MAPFRE con una estrecha ventaja sobre Team Brunel y Dongfeng Race Team, y el Turn the Tide on Plastic a solo 13 millas de distancia.
Los caminos del team AkzoNobel y el Scallywag están comenzando a divergir, con el Scallywag siguiendo una ruta más al sur. La estrategia les funcionó en la Etapa 4; veremos en las próximas horas si vuelve a tener éxito.