General
Probamos la 50’ de la gama Tempest de Cantieri Capelli, marca que en España importa y distribuye Molvilmotors-Suzuki Marine España. Conocemos muy bien las gamas de Capelli y sabemos ya desde hace años que la excelencia ha sido alcanzada por este fabricante hace mucho tiempo. Es por tanto con alabanza y elogio que escribimos nuestras impresiones sobre el test realizado a la Tempest 50’, de momento, el barco insignia de este experimentado astillero que, por primera vez, lleva una instalación cuádruple fueraborda.
Y de la mano de Náutica Morey en Marratxí, Mallorca probamos la Tempest 50’ en aguas de Andraxt. Las primeras impresiones al subir a bordo es percibir que la realización y las terminaciones son soberbias. La segunda es que, la estética general, rezuma mucha clase. Es decir, además de su inevitable connotación deportiva que otorga esta tipología de barco, quizás sobresalga por su categoría, clase y buen gusto allí donde uno posa la vista. Su línea es francamente bella y equilibrada. Elogiamos, muy especialmente, el recogimiento del ancla en una ubicación no tan preponderante. Chapeau!
Y como cada modelo que se pone en el mercado es, en definitiva, un examen público, nosotros queremos calificar de cum laude este modelo que, sin duda, refleja la brillante evolución de este conocido astillero durante casi 50 años.
Navegación
Tempest 50’, navegación muy confortable
Con cuatro motores Suzuki DF350A con hélices contrarotatorias nos dispusimos a navegar con un barco que ya de antemano nos da buenas “vibras”. Lo de menos, a mi juicio, son las prestaciones de velocidad, casi 50 nudos a velocidad máxima y a un régimen de 6.400 r.p.m y el trim activado a un 60%. Y siempre con ese zumbido deportivo tan característico y apreciado de Suzuki.
Fácilmente y casi sin darnos cuenta nos aproximamos a una velocidad briosa de 45 nudos y a 5.500 vueltas. Con tanta fuerza propulsora y parapetados tras unos grandes monitores de control de motores con toda clase de datos, nos es prácticamente imposible no moderarnos. Finalmente nos ponemos a una velocidad de crucero óptima y tranquila a 28 nudos y 4.000 r.p.m. con un consumo general de 157 L/h. La sensación es ir como “parados”. Navegamos igualmente cómodos a algo más de 35 nudos y unas 4.700 vueltas.
La sensación bajo nuestros pies es de una suavidad pasmosa a contraola y de una sustentación muy eficiente de sus 10.000 kg. Las personas sentadas en la dinette en popa vamos muy cómodos a pesar de que los compañeros inician sus viradas cada vez más extremas. Desde este punto decir que los ángulos de escora no son altos gracias, por supuesto, a los tubulares laterales que frenan la inclinación inherente en un casco con una marcada forma en “V”.
Decir que el atractivo de la Tempest 50’ no son las viradas y contraviradas, sin duda, más propias de embarcaciones de menor eslora. Estamos en una semirrígida de casi 15 m de eslora total con una capacidad para realizar trayectos no cortos a una velocidad alta con la máxima comodidad. Por tanto, estamos en una propuesta pensada para rumbos rectilíneos con altas capacidades en prestaciones y, sobretodo, marineras que pueden afrontar con solvencia mar picado y condiciones de marejada.
Su casco exhibe una forma de “uve” desde su perfilada roda hasta el espejo de popa con tres redanes por banda muy efectivos. De ahí que se vean algo más elevados los motores de los extremos.
Gobernar la Tempest 50’ es un placer inmenso. Desde nuestra butaca central, estamos en la crujía del barco, con un acompañante sentado a banda y banda. El control del contorno del barco es absoluto, así como el de navegación que exhiben los dos grandes monitores de navegación y control de motores. En si mismo ya es una distracción.
En este punto estamos perfectamente parapetados del viento y el mar. El hardtop nos cubre muy bien del sol a los que estamos en el cockpit a pesar de su acertada apertura acristalada que permite ofrecer una buena luminosidad. Los asientos, que no butacas, son muy cómodos y tienen la virtud de proteger por la espalda hasta la altura de la cabeza ya que, curiosamente, ofrecen un reposacabezas. A la rueda, el barco transmite muy bien cualquier orden con suavidad y precisión con nobleza.
La maniobra en corto se beneficia de un joystick que hace que los motores se muevan independientemente entre si para poder atracar sin apuros. Por si acaso, -en realidad no haría falta- se dispone de hélice de proa que pudiera contribuir en acelerar, por ejemplo, una rotación. Ésta es totalmente independiente del sistema joystick.
Habitabilidad
Tempest 50’, una habitabilidad muy holgada como day cruiser
La Tempest 50’ exhibe generosidad en los espacios, excepto en la plataforma adosada de baño que, en realidad, son dos. No son muy grandes aunque reconocemos que suficientes y operativos para entrar y salir del mar. Existe un pequeño paso por delante de la pre-bañera de los motores que las une para ide una a la otra sin tener que dar una vuelta o pisotear la colchoneta del solario. El acceso por las bandas a ellas es, sin duda, muy ocurrente ya que evitan también molestar a los que tomen en sol. Ambos pasillos están semiprotegidos por la brazola. Un gran solario está dispuesto encima del gran cofre de apertura eléctrica donde se puede estibar una pequeña auxiliar neumática y su motor a aparte.
La dinette de doble ala con un voluminoso y estético pie eléctrico telescópico está flanqueado por tres bancos más un cuarto abatible por su borde de proa. En total unas 12 personas se pueden sentar entorno a la mesa. Este banco adicional de respaldo abatible permite crear un pequeño solario adicional que acompaña al gran solario que se crea al bajar eléctricamente la mesa de la dinette. Este asiento-isla es al mismo tiempo un gran cofre para el menaje o víveres que da servicio al cercano set de cocina.
Un gran set de cocina se sitúa a espaldas de los asientos del cockpit. Dispone de dos cajones frigoríficos de gran capacidad y algunos cajones y armarios para el menaje o algunos víveres. Bajo la tapa apistonada, se ofrece un moderno fregadero y una amplia zona donde instalar un grill o una placa vitrocerámica por inducción. Existe un buen espacio para estar frente a este set flanqueado por un doble puntal que soporta en cada banda el top rígido.
En proa
El acceso a proa es amplio por las bandas y hay que vencer un escalón. La seguridad pasiva es excelente ya que se dispone de un candelero lanzado donde agarrarse y el marco latera del parabrisas. El acceso se abre gracias al “recogimiento” hacia la crujía de la sobreestructura ensanchando el tramo final del pasillo. Llegamos a una espléndida área donde se acierta en la instalación de una colchoneta que actúa como solario en toda la superficie disponible. En el centro existe un respaldo para dos para poder disfrutar de una navegación tranquila perfectamente erguidos y con seguridad. El castillo de proa es fácilmente transitable y dispone de un pequeño peldaño, otros verán un asiento, que facilita el embarques o desembarque por este punto. El pasamanos remate en este punto es bello y muy efectivo.
La acomodación
La Capelli Tempest 50’ ofrece una acomodación para máximo cuatro personas. En la proa se ofrece una zona abierta en la que una mesa con un pie telescópico permite crear una cama para dos personas. El área está muy bien iluminada gracias a las generosas entradas de luz natural y a una “lumbrera” cenital no practicable. A Er. hallamos un buen armario para la estiba de elementos personales o ropa y en las amuras existe espacio parecido a unos estantes actuando los cojines del sofá como guardamares.
Yendo hacia popa el pasillo es algo estrecho ya que a mano izquierda se encuentra el habitáculo cerrado que corresponde al WC. Un espacio amplio compartimentado en dos: un volumen para la ducha aparte eparada por un mampara fija y en el otro lado un mueble que sostienen un bonito fregadero junto al inodoro. La gran ventana tiene insertado un portillo rectangular para la ventilación. El estilismo es muy contemporáneo y luminoso.
Frente al WC existe un gran mueble destinado a albergar una cafetera tipo nespresso sobre un ocurrente raíl de extracción dentro de un armario de doble puerta con otros dos espacios para contener un microondas y menaje.
Allí mismo, tras la escalerilla de acceso a la acomodación, advertimos la presencia de un espacio, no muy alto pero si holgado, donde se dispone de una cama doble en toda regla dispuesta en sentido proa-popa. La luz indirecta, muy cálida, ayuda a compensar la falta de luz natural. En ambos lados de la cama se dispone de unos cofres de tapa acolchada al ras de la altura de la cama. En las paredes de ambos lados también se advierten unos pequeños armarios con estantes en su interior. Justo al lado de la escalerilla se ahalla una pequeña banqueta muy adecuada para vestirse sentado.
Balance
Tempest 50'. Redondeando lo redondo. ¿Se puede?
Una gran propuesta la que exhibe la Tempest 50’ de Capelli. Exhala mucha sabiduría constructiva, mucho amor en sus terminaciones y acabados y, desde luego, atesora mucha clase tanto por el diseño de su línea que admiramos desde una necesaria perspectiva desde el exterior, como por el estilismo sobrio, lejos de toda estridencia pasajera fruto de las modas. ¡Se podría decir que es perfecta! ¿Perfecta? Mmmmm… Dicen que no hay nada perfecto. A lo sumo casi perfecto… dicen.
En nuestra opinión hay algunos detalles que se podrían desarrollar más, digamos casi que por puro divertimento. El primero, que los motores estuvieran todos perfectamente alineados a la misma altura. Otra sugerencia es modelar la anchura del pasillo interno bajo cubierta. Probablemente pueda evolucionar ópticamente con un mueble armario más pequeño y otra disposición del compartimentado del WC para aliviar algo la estrechez visual.
En todo caso, son meros matices que contribuirán a hacer “más redondo”… lo ya redondo.