General
Probamos la unidad #2 de este modelo, el Levanzo 25, de la recientemente creada marca italiana Lilybaeum. No pudimos resistirnos solicitar la prueba de este "capriccio" visto en el pasado Salón Náutico de Barcelona desplazado allí de la mano de Barcelona Yacht Company, importadora y distribuidora de otras importantes marcas internacionales.
Allí estaba. En el muelle del Port Vell entre barcos que doblaban su eslora pero consiguiendo atraer la atención de los aficionados. Descubrimos una nueva marca de embarcaciones, Lilybaeum Yacht que presentaba la segunda unidad de su modelo Levanzo 25 de la mano de Barcelona Yacht Company, la importadora y distribuidora de esta marca para España y Portugal excepto Baleares.
Un modelo de indudable aire retro o vintage pero con el contrapunto de destalles muy actuales. Y, por supuesto, con la contradicción de una popa retro frente a las angulosas lineas de un moderno fueraborda Mercury V8 250 Verado. Un contraste más que atractivo que estamos convencidos que será visto así también por el que busca encontrar una opción de eslora contenida, bonita, sencilla, fácil de mantener y, sobretodo, vistosa.
La Levanzo 25, un verdadero capriccio para ser visto y disfrutar de algo diferente.
Navegación
Levanzo 25, navegación grácil y muy confortable
Salimos a navegar en un día de calma total, ¡dichoso anticiclón!, dos personas con un ligerísimo mar de fondo. Llevamos un único motor de 250 caballos de potencia V8 de la gama Verado de Mercury. El astillero fija como potencia máxima los 400 caballos con uno o dos motores. La simplicidad de un único motor, en nuestra opinión, le da una elegancia especial más que dos. Lo que si tenemos claro, tras nuestro ensayo es que la Levanzo 25 aguantaría muy bien una mayor potencia que la instalada. Aún así, hemos alcanzado una velocidad máxima de 33 nudos, lo cual es suficiente para una embarcación de esta categoría, eslora y programa de navegación. Nosotros hubiéramos instalado una potencia de 300 o 350 caballos. Y no porque formalmente los necesitara, si no porque nos hubiéramos divertido más. La potencia mínima indicada por el fabricante es de 225 caballos, algo que nosotros situamos en los actuales 250. Debemos decir que también entendemos las razones presupuestarias que puedan haber detrás de la decisión tomada.
Al mando, vamos acelerando progresivamente en línea recta. El planeo lo alcanza en las revoluciones habituales, 3.000, con una velocidad de 16 nudos. Poco a poco a poco vamos subiendo las vueltas y nos plantamos a una velocidad máxima de 33 nudos accionando la inclinación del motor (trim) a lo que responde muy bien. Viendo los límites en sus prestaciones nos vamos centrando en el pilotaje y nos percatamos que la Levanzo 25 se muestra ligera, grácil en los cambios de régimen. Reacciona inmediatamente en los momentos que “estando muy arriba” en r.p.m., decidimos entregar toda la potencia. Sí, es el efecto Verado combinado con un desplazamiento de tan solo 1.800 kg en seco.
Con el ligerísimo mar de fondo residual existente nos basta para constatar que la navegación es muy suave. Eso es debido a que la Levanzo 25 abre bien el agua gracias a su casco con la forma de “uve” adecuada. El agua sale proyectada por las bellas amuras, muy por proa. Si levantamos el morro un poco con el trim, el agua sale más hacia atrás, esto es más o menos a la altura del puesto de gobierno. Detalle importante a tener en cuenta debido a que puede ser interesante considerar el asiento según tengamos el mar de proa con el viento, por ejemplo, de la tarde. Entendemos que con el peso de una motorización doble, el uso del trim, es menos importante ya que el peso y el propio efecto propulsor tiende a levantar la proa.
Iniciamos un pilotaje más agresivo realizando viradas abiertas y otras más cerradas. Está claro que no estamos ante una opción deportiva radical, ya que en las viradas cerradas detectamos algunas ventilaciones. A alta velocidad y virando abiertamente, la Levanzo 25 se agarra bien, “no culea” y la sensación es de gran placer. A simple vista se ve que el diseño del casco, no es para hacer cabriolas al límite.
La maniobrabilidad es excelente a una velocidad de crucero que situamos en los 25 nudos. Reacciona bien ante un imaginado objeto flotante y nuestra posición al volante es cómoda, perfectamente apoyados en el final de nuestras lumbares y bien parapetados del viento tras el coqueto deflector curvo de la consola. El reposapiés cobra más importancia que nunca al no podernos sentar -ni falta que hace- de una manera convencional. El puesto de gobierno podría ser considerado para hasta tres personas, una a banda y banda del timonel que está en el centro. La sensación de robustez general es manifiesta al tiempo que percibimos una suavidad general al deslizarse en el agua sin ruidos no vibraciones extrañas.
La instrumentación se divisa de forma clara excepto el VHF que queda en una posición difícil de poder atender a la primera vista. En nuestra opinión, creemos que la botonera de servicios debiera estar más en la posición vertical disponible para poder colocar el VHF de una manera que permitiera una mejor visibilidad de su pantalla.
Habitabilidad
Levanzo 25, con lo indispensable para el Mare Nostrum
No hay duda que la inspiración es cien por cien mediterránea y de diseño italiano. A simple vista no le falta nada en su cubierta para disfrutar de una salida al mar con todo el confort.
Accedemos desde el finger del pantalán lateralmente a su gran plataforma de baño. En ella advertimos que el espejo de popa se eleva unos dedos por encima de su superficie. Allí está instalado el magnífico fueraborda Mercury V8 Verado de 250 hp. En su extremo de babor se halla la tapa que esconde la escalerilla de baño. Cerca está el cajetín que esconde la ducha de agua dulce.
Para acceder a la cubierta principal y única, sacamos la larga colchoneta dispuesta en la crujía de la embarcación, subimos un estético e peldaño en el molde y transitamos con toda la comodidad entre las dos grandes colchonetas que conforman el solario de popa, hasta bajar usando como cómodo peldaño la parte central del banco de popa, al que previamente le sacamos su pequeño cojín para pisar con seguridad.
Nos encontramos ya en la bañera con un buen banco recto que discurre de banda a banda, y con una profundidad óptica y real respecto a la altura de los francobordos interiores de los laterales que nos da una sensación de seguridad y recogimiento. Sentados en el banco nos percatamos de unos asideros forrados de piel donde agarrarnos muy próximos y a ras de las brazolas perfectísimas forradas de teca. Enfrente, saliendo del set de cocina, hay otro asidero donde agarrarse con la misma estética.
Enfrente está el set de cocina, no muy grande pero su muy surtido con lo necesario. Es decir, nevera de 12 V. de apertura lateral, un gran fregadero rectangular y una superficie de madera de trabajo que podría sustituirse por un pequeño grill o quemador vitrocerámico.
Este set de cocina es polivalente. En él se apoyan los dos puntales unidos de popa del hardtop y es , al mismo tiempo, donde, por su cara delantera, se disponen los dos asientos del puesto de gobierno que, en realidad, no son tales, ya que son un apoyador longitudinal para dos (¡o tres!) porque se ha considerado, a nuestro juicio acertadamente, que en este tipo de embarcaciones se suele gobernarlas de pie, bien apoyados al final de las lumbares. Con este sistema se consigue un buen ahorro de espacio en el puesto de gobierno. Es un buen atino poner una cuña en el suelo como reposapiés.
Bajo el solario de popa, se nos aparece gracias al accionamiento de un pistón eléctrico, un gran espacio para la estiba. Allí donde teóricamente deberían caber uno o dos motores intraborda, ahora se pueden colocar pertrechos de considerable longitud y grandes como ahora eskies, o, incluso cañas para la pesca, además de estibar sin estrecheces las grandes colchonetas de los solarios. Bajo el banco, nos asombra los tres cofres con tapas de apertura/cierre estancas.
El acceso a proa por la bandas, superando el puesto de gobierno, es amplio, cómodo y está asistido por unos largos asideros también forrados de piel excelentemente cosidos al metal que está ligeramente curvo, resiguiendo el diseño del barco y a ras de las amplias brazolas en las cuales es cómodo sentarse. La consola de gobierno, también exhibe un largo y estético asidero que la rodea de banda a banda.
La proa es un lugar polivalente y muy apetitoso donde estar. Por un lado lo podemos disfrutar con una pequeña mesa soportada por un pie telescópico instalado en una plano superior de la cubierta. La mesa está rodeada de sendos bancos en las amuras para dos personas más otra en su vértice. La dinette ofrece unos excelentes y mullidos respaldos que recogen muy bien la espalda. En los extremos de la bancos se han dispuesto dos reposavasos dobles. Bajo los bancos se disponen de más espacio para la estiba con cofres también con tapas de cierre estanco. Al bajar la mesa y colocando una pequeña colchoneta encima, se forma el segundo solario de la Levanzo 25. El suelo de la cubierta está cuidadosamente forrada, desde la bañera hasta la proa, con el símil teca “flexiteek”. En la bañera se encuentran dos sumideros/imbornales de desagüe que parecen actuar perfectamente, sin dejar esa “aguita residual” tan molesta a la vista.
Balance
Levanzo 25, un capriccio italiano
Pocas veces se tiene la oportunidad de adquirir lo que llamamos un capriccio. Entendiendo como capriccio una opción en la que no se demanda algo alineado con la normalidad. Efectivamente la Levanzo 25 del recientemente fundado astillero italiano Lilybaeum Yacht, es algo que se sale de la normalidad. Los fundadores de la marca, procedentes del astillero Sanlorenzo, han dado rienda suelta a su imaginación consiguiendo un diseño de líneas vintage pero con la comodidad y la habitabilidad y la comodidad que se demanda, creando una clara opción diferenciadora respecto a la oferta en este segmento de esloras.
La Levanzo 25 es una opción que, tras la sofisticada primera impresión, muestra una gran simplicidad ofreciendo, a la postre, lo que casi todo el mundo ofrece en el mediterráneo para un programa de navegación day-cruiser. La diferencia es que su aspecto retro marca la voluntad de salirse de la estela general en embarcaciones de este porte. La Levanzo 25 sólo es apta para aquellos que se atrevan a salirse de las reglas al adquirir una propuesta que no va a dejar indiferente a nadie allí donde se vaya.
Debe decirse que otro de sus puntos fuertes es su calidad constructiva. Hemos posado la vista en todas partes y la verdad es que percibimos un halo de veteranía importante en su construcción y montaje. Los acabados están muy bien realizados, tanto en el gelcoat, en el trato en los símiles de teca así como en las tapicerías y aceros. El hardtop se muestra eficaz y muy sólido, y la necesidad de mayor sombra se resuelve con los puntales insertados en popa -tan de moda ahora- que sujetan un toldo rectangular y que se estiban fácilmente en el mega-cofre bajo el solario de popa.
Nos gustan algunos detalles constructivos como el uso del carbono en el mástil alado del pabellón, el uso de tapas estancas en los cofres bajo los asientos, las cornamusas escamoteables en esa gran brazola curva que va de popa a proa que invita a sentarse. Los acabados son excelentes en otra área sensible como es el sistema de insertado del ancla de proa en la roda. Lo que resulta, en nuestra opinión, más atractivo de la Levanzo 25 es… ¡su popa!
El astillero que ya ha anunciado 12 unidades para este 2022 y la próxima aparición de un nuevo modelo de 33 pies, el Lipari 30.
Esta jovencísima marca sabe lo que hace. Ofrece la posibilidad de customizar bastante la Levanzo 25. Así pues ofrece hasta 5 colores diferentes para el casco, 6 tipos de teca sintética y 6 opciones más de colores de la tapicería. La lista de opcionales es bastante completa, pero lo que más nos ha sorprendido es la posibilidad de poseer una pasarela de embarque plegable, creemos que algo bastante útil en la mayoría de los puertos no provistos de “fingers”, como pudimos comrpobar
La unidad probada se ofrece por 133.00€, impuestos y transporte incluidos. Recordemos que por su eslora no tributa el +12% del llamado i puesto de matriculación.