General
Probamos la Crownline 270 SS. Un modelo que dentro del vasto portfolio de esta marca norteamericana muestra un gran equilibrio entre las prestaciones y su nivel de confort a bordo en navegación. Siendo 100% Made in USA, la 270 SS es francamente apetecible para el gusto europeo que navega en el mediterráneo.
Una vez más tenemos el placer de probar una Crownline, -y ya van unas cuantas- que importa desde Denia Crownline Spain, desde hace décadas para España y desde hace un tiempo también actúa como el distribuidor para Europa. De la mano de Francesc Camprubí, como siempre se nos permite testarla a fondo por las bonitas aguas de Xàbia/Jávea en la Costa Blanca.
La probamos con las expectativas altas ya que conocemos la marca y sus tics. Nos sorprendemos. Dentro del alto nivel que muestran sus modelos, percibimos un navegar con aplomo y dulzura en una propuesta con la tanto se puede navegar y hacer muchas millas cómodamente, como, y gracias a sus notables prestaciones, simplemente “hacer el indio”…
Tras los diversos test realizados hoy, agradezco que Francesc Camprubí me lleve a descubrir la sinuosa costa de Jávea/Xàbia y un poquitín algo más al sur.
Gracias y nos vemos en su Stand 540 en el próximo Salón Náutico de Barcelona 2022.
Navegación
Crownline 270 SS, potencia y comportamiento de barco más grande
Salimos a probar la 270 SS de Crownline en aguas de Denia. Mar como un plato, sin viento y un ligero mar de fondos residual proveniente de lejos. Dos adultos a bordo de 80 kg, combustible a medio tanque (201L), agua inapreciable y una motorización dentro-fueraborda Mercruiser de 6,2L V8 de desplazamiento y sus 300 Hp de potencia, la máxima admitida en este modelo.
Tras una interminable salida por el canal del Puerto de Denia, vamos progresivamente dándole a la palanca mecánica (de cable directa al motor) que resulta ser super-sensible y suave. Constatamos una insonorización excelente de la caja del motor. ¡Podemos hablar sin chillarnos!
A las 3.000 r.p.m. esta Crownline busca el planeo cosa que finalmente hace bajándose su espigado morro. Retenemos la aceleración que se produce al entrar en planeo con un ¡sooo, caballo! Logramos mantenernos en las 3.000 vueltas en planeo yendo a 16,3 nudos.
Damos rienda suelta y a un régimen de 3.500 vueltas vamos deslizándonos a 23,1 nudos, lo que equivale, en nuestra opinión, a una velocidad crucero tranquila, eco o también llamada de “poco gasto”.
Subimos a las 4.000 revoluciones y empezamos a galopar a una velocidad de crucero dinámica de 27,5 nudos. Creo que es una velocidad interesantísima para hacer millas de un tirón sin perder tiempo para esos trayectos con destino concreto.
Debo decir que la reserva de potencia a partir de las 4.000 vueltas es importante. Subimos hasta los 30 nudos (4.500 r.p.m.) y luego hasta su tope de 5.000 vueltas que equivalen a 35 nudos y al cabo de unos segundos nos plantamos en los 36. La palanca no da más pero a partir de aquí, ya pensamos en llevar al límite el motor cambiando el asiento del casco usando el trim, con lo que reducimos la superficie mojada rozante en el agua que, por supuesto, tiene su grado de viscosidad, hasta llegar a una velocidad de 37,2 nudos a un régimen de 5.300 vueltas.
Destacar como factor importante en estos registros la presencia de un escalón o step en la carena del casco. Ello facilita el planeo, gracias a la creación de un vacío que promueve la creación de un “rodillo espumoso” de agua que contribuye a la optimización energética de la propulsión lo que, en cierto modo y en grandes trayectos, favorece un menor consumo total con esta mejor eficiencia.
La sensación al mando es de una especie de flotabilidad extra a la que también contribuyen los tres redanes en cada lado de la quilla.
Debido a ese mar de fondo realizamos unos Take-Offs (despegues) que los amerizamos con una extrema suavidad. Buena noticia, ¡las cervicales a salvo! Siguiendo en ese rumbo constatamos que la navegación es aterciopelada, muy suave y, en definitiva, segura.
Decidimos navegar en paralelo al sentido de las olas en un estilo más deportivo con aceleraciones desde regímenes de velocidad altos y nos satisface notar erizándose nuestro vello, la excelente buena reserva de potencia y la flexibilidad del motor cuando se la demanda.
Decimos que navega muy bien como en general hacen los barcos de mayor porte. Y es que en los barcos “pequeños”, en muchos de ellos, normalmente en esloras menores de 25 pies, se produce un cabeceo que debe saberse neutralizar antes de llegar a una sincronía desquiciante. No es fácil, pero se puede. En este caso, siendo un casco de 27 pies, con altas probabilidades que pudiera producirse… ¡ná de ná!. Nos encanta no perder el tiempo en este comportamiento bastante habitual.
El gobierno
Dócil, suave, preciso y cómodo. Estos son los adjetivos que definirían nuestra experiencia de la prueba. Tanto estando al mando como al estar cómodamente sentado en la bañera. La potencia que entrega y la flexibilidad del motor nos empujan casi sin darnos cuenta a un pilotaje deportivo que va “in crescendo”. Realizamos viradas abiertas, y también algunas innecesariamente cerradas,… un poco el indio, ¡vamos! Y nos quedamos más que satisfechos por la seguridad que desprende la 270SS. El volante, de diámetro perfecto, nos permite sortear algún objeto flotante imaginario, viendo que la 270 SS cambia de dirección con precisión con solo medio vuelta de volante, con suavidad, dulzura y 100% seguro.
Nos gusta pilotar de pie, con la cara al viento por encima del marco del parabrisas, naturalmente con gafas, pero sentados también tiene su atractivo. Con una visibilidad adecuada al frente siempre y cuando graduemos la altura de nuestro sillón hiper-envolvente. El reposapiés, muy adecuado. Tenemos “un pero”, probablemente anecdótico. Y es que para nuestro gusto, la palanca se nos queda un poco atrás bajo el perfecto reposabrazos dispuesto. Sí buscamos la ergonomía adecuada que de, de ¡haberla, hayla! Parece que con hacer retroceder el asiento en su deslizante raíl, lo solucionamos… pero ya no puedo uno apoyar los pies de forma natural. Finalmente decido ir apoyado en la base abatible del sillón como si fuera un asiento de competición tipo “bolser”… y la cara al viento.
Decido ir a proa confiando “la caña” a nuestro amigo Cesc Camprubí. Me reclino en los asientos extendiendo el reposabrazos. ¡Dale caña Cesc! Como un Marajá. Siento que puedo estar aquí durante millas y millas mirando la abrupta costa de Xàbia. Con un mar algo picado, habría que adecuar la velocidad, pero probablemente seguiría allí postrado mirando al infinito…
Habitabilidad
Crownline 270 SS, habitabilidad para seis o siete
Me imagino a dos personas en el cockpit, tres más acompañándonos en la bañera y una o dos más en proa. Más no, aunque la capacidad máxima puede ser de 9 según nos muestra el marcaje CE. Para nuestro gusto sería atiborrar de personas y en el fondeo sería incómodo sentirnos apretados.
Aún así, pudiera ser que, estar en su excelente plataforma de baño y alguna que otra persona bañándose, ayudaría a reducir la densidad de personas a bordo.
Destacamos el excelente solario que se puede montar en proa. El único necesario en mi opinión. Por otro lado nos encantan los asientos orientados a la plataforma de baño, no solo como lugar para seguir el juego o la acción en el agua, si no como punto también donde estar durante la navegación rectilínea.
La bañera es amplia con el típico injerto que las marcas norteamericanas ofrecen donde suele colgarse el pie en “L” de una mesilla asistencial a un lado. Esa misma mesilla puede montarse en proa de la misma manera. El tránsito entre proa y popa se puede sellar con una puertecilla tipo “biombo” para momentos quizás de mal tiempo o excesivo oleaje. La hoja central del parabrisas termina de sellar el pasillo al cerrarse.
A su lado, tras abrir una puerta semicircular, la 270 SS de Crownline muestra un habitáculo profundo que actúa como WC. ¡Bravo!, muy necesario con su inodoro vacuoflesh y bien dotado de un espejo, aireación y un seno lavamanos dispuesto encima de una encimera amplia. El lugar es agradable y amplio. En el tramo del pasillo advertimos de una puerta que al abrir se nos aparece una papelera y mirando más, espacio adicional para estibar, por ejemplo, la mesilla o algún que otro acolchado supletorio para la creación del solario en proa.
En el piso del pasillo, casi en la proa, destaca un cofre largo con cubeta para la estiba. Más a popa en el pasillo de la crujía, tenemos otro alargado en el que entiendo que pueden ir varios wakeboards y en el centro de la bañera existe otro, también asistido mediante un pistón de gas, para la estiba general. Decir que, bajo los dos bancos largos de proa, aparece más espacio de estiba, el de Er. conectado con el espacio del habitáculo donde se hallaba la papelera.
En los asientos de la bañera, existen más cofres para la estiba general que, junto a las guanteras laterales de la bañera y de proa con sus sujetavasos y salidas de audio, hacen que la 270 SS de Crownline tengan una buena capacidad general para la tipología de barco que representa. Las dos butacas del puesto de gobierno se pueden orientar a popa haciendo de la bañera un excelente donde estar y socializar.
Muy oportuno es el arco, muy sólidamente integrado en la estructura general del barco que soporta por avante y por detrás un bimini para librarnos del sol cenital y unas oportunas luces led para esas noches de verano de abordo. El acceso a la plataforma de baño es fácilmente transitable a través de un pasillo con un par de escalones, tanto de entrada como de salida.
Balance
Crownline 270 SS, una oferta redonda típicamente norteamericana
Si en algo destacan especialmente los norteamericanos en casi todas las facetas de la vida es la enorme practicidad con que afrontan cualquier reto. Crownline Boats disfruta de ese halo como constructor norteamericano de calidad y la consiguiente y natural deshibinición de quien prima lo práctico por encima de lo elegante o estético, algo que en Europa no está tan claro.
En este sentido la 270 SS (sport series) es un compendio de esa forma de proceder, algo muy interesante especialmente a la hora de ejecutar la construcción de embarcaciones de recreo de calidad.
De la completa Crownline 270 SS lo que más nos gusta es su navegar. Ofrece una navegación sosegada y cómoda si vamos tranquila y rectilíneamente hacia un punto, a buen ritmo, pero también es una propuesta divertida para el pilotaje joven bien entendido y seguro.
La Cronwnline 270SS representa a un tipo de barco de excelente factura, especialmente “redondo” en el gusto de una gran mayoría de estadounidenses. Se trata ya de un diseño clásico de proa abierta -una bowrider- con prestaciones, un buen navegar y con un buen armamento. Probablemente hubiéramos podido requerir una nevera eléctrica para redondear la propuesta, pero si nos ponemos en la piel del fabricante quizás estaría de más ya que el navegante medio americano suele traerla repleta de cervezas y hielo desde casa. Quizás sea ésta una afirmación basada en estereotipos, pero tiene su lógica… aunque no haya espacio concreto para una nevera.
La 270SS está repleta de buenos detalles. Desde las bisagras semi-pantográficas de apertura de los cofres de bañera, a los acabados de su tapicería pasando por las guanteras que por doquier disponen los tripulantes. Nos llama la atención el pequeño bolardo escamoteable para el tiro de alguien que quiera ser arrastrado haciendo wakeboard, ski o en un simple donut hinchable.
Nos fascinan sus dos asientos de su plataforma de baño, excelente punto donde compartir el chapoteo de una familia tipo al fondear, como para disfrutar de las diferentes tandas de wakeboard en una encalmada tarde de verano. Para este ultimo uso, sin embargo, añadiríamos unos asideros de agarre para no salir despedidos en una virada súbita.
La 270 SS ofrece esa dualidad familiar y ese espíritu joven para divertirse. Y mire donde se mire, denota en todo momento detalles de calidad. Nada chirria o está fuera de lugar, nada se ha escatimado realmente y todo está producido y montado con solvencia. No acertamos a ver ningún vicio oculto, como tornillos de diferente calibre en lugares recónditos o sitios sin pintar porque allí no suelen alcanzar la mayoría de las miradas… No queremos olvidarnos de mencionar que, por estar debajo de los 8 m de eslora, la 270 SS no tributa ese +12% del llamado “impuesto de matriculación” y que puede invernar tranquilamente sobre un remolque.
Una vez más desde Costa Blanca Boats en Denia, más conocidos como Crownline Spain, importadores para Europa de la marca, ha colmado nuestras expectativas ante un periodista que, a esta altura de la película, conoce ya bastante bien una buena parte de su portfolio destinado al mercado europeo.
¡Enhorabuena! …y nos vemos en el Stand 540 de este próximo 60º Salón Náutico de Barcelona.