General
Hemos probado, de la mano de Barcos Singulares, la unidad #2 del nuevo C-Cat 48. Se trata del primer modelo de catamarán a vela que la histórica italiana Comar Yachts, ahora C Catamaranas, construye.
Tras un espacio de tiempo sin actividad aparente, Comar Yachts vuelve a las andadas en el mercado náutico con la marca C Catamarans. Pero esta vez se aventura en el mundo de los multicascos tras una etapa muy fructífera en los moncascos, los conocidos Comet, iniciada en 1961. Así pués que, tras una etapa de dificultades y repliegue empresarial, la propiedad del astillero ha decidido reentrar en el mercado con una propuesta inusual, la de los multicascos, con un bagaje técnico importantantísimo, con ideas propias y con una concepción muy artesanal de la producción en la que el cliente tiene mucho que decir y, por consiguiente, de aportar. En el horizonte, el astillero nos comunica que plantea ya dos proyectos más a su nueva etapa con un 57 y un 68 piés de vela.
De la mano de Barcos Singulares, de Barcelona, de momento probamos una propuesta, el C-Cat 48, una segunda unidad ideada para el “long– cruising”, la cual nos dio muy buenas impresiones en cuanto a su capacidad marinera.
¡Vamos!
Navegación
C-Cat 48, navegación ligera, sensaciones de velero
Salimos a navegar en un día no muy ventoso, con un viento real que nunca superó los 10 nudos de intensidad. Lo hicimos desde, probablemente el puerto mejor orientado a ofrecer servicios integrales a los multicascos: Port Ginesta en Barcelona.
Con poca intensidad de viento, decidimos navegar con un gennaker, -como si fuera una vela Yanki- de principio a fin. Vela más que recomendable en aguas del mediterráneo. No usamos el foque. Por tanto, no es una prueba al uso en la que se usen todas las velas en los rangos de viento de 0 a 180 grados.
La primera impresión a la rueda es que con apenas 6,8 nudos de viento aparente este casi 15 m de eslora total es bastante ligero de comportamiento. Acelera con facilidad cuando carga la racha. De hecho, navegamos ya a casi 5 nudos. A bordo vamos 10 personas, con una vela mayor “con corner” en el puño de pena, 5 sables forzados en la mayor, con dos metros menos de lo habitual en estas esloras de un palo de carbono. El C-Cat 48 pesa casi 10.000 kg, bastante menos que los multicascos de su segmento de eslora ya que, por ejemplo, partes claves de su estructura y muchos refuerzos, como por ejemplo los mamparos, son de carbono. Ello hace que sea bastante liviano. Si a ello sumamos que dispone de 2 orzas retráctiles, ligeramente curvas, con refuerzos de carbono que dan un calado total de 3 m, fomenta que la navegación sea con bastante capacidad para la ceñida. ¡Punteamos que da gusto por ser un catamarán! En esta unidad, el armador ha decidido que tanto los pescantes del ténder como el travesaño de proa que une los dos cascos, sean de aluminio en vez de lo originalmente dispuesto en carbono. Por tanto significa que este C-Cat 48 podría haber sido aun algo más ligero. Este catamarán ofrece un calado mínimo de 0,90 m en la zona central de los cascos y de 1,20 m con las orzas totalmente izadas.
En la matinal navegando con el C-Cat 48 vamos entrando en calor con registros interesantes. Navegando a 60º respecto del viento aparente de 8,1 nudos, aumentamos la velocidad a 5,7 nudos. Orzando hasta los 45º con algo menos de viento, 7 nudos de viento real, resulta que nos ponemos en unos muy interesantes 6,5 nudos y creando más viento aparente orzando un poquito más, 9,8 nudos de intensidad, nos plantamos en unos estupendos 7,1 nudos de velocidad. Constatamos la ligereza, la capacidad de aceleración y de ceñida desde una de sus dos ruedas exteriores los cual nos hace pensar, en determinados momentos que, el C-Cat 48 se asemeja más a un velero que a un catamarán convencional. ¡De ahí el titular de este artículo!
Velas del C-Cat 48:
- Mayor: 80 m²
- Foque autovirante: 40 m²
- Genova: 53 m²
- Gennaker: 125 m²
- Codigo 0: 90 m²
- Spi parasailor: 165 m²
Desde ambos puestos de gobierno, se ve perfectamente el comportamiento de las velas además de un excelente campo libre de visión avante por encima de los flotadores que, por cierto, lucen escotillas enrasadas al piso. Nuestra espalda, estando gobernando el C-Cat 48, no está del todo protegida y nos da apuro pensar que podemos caernos por un traspiés por la popa. Ojo pues, ya que no hay un cierre o simplemente un guardamancebo que actúe de barrera.
Desde nuestra posición, podemos trimar nosotros mismos las velas ya que disponemos cerca los winchs para ello. En un momento dado en que todo el mundo está distraído, reglo yo mismo la maniobra por lo que certifico que el timonel puede apañarse muy bien en el gobierno de este 48 pies. Hay que considerar que en la unidad #1, se instaló un sistema de foque autovirante lo que es una posibilidad para facilitar más la navegación con tripulación reducida. El carro de la mayor es de fácil accionamiento estando en el puesto de gobierno. La escota del foque también está a mano, aunque vemos que realiza un tortuoso periplo venciendo un ángulo de 90º, hasta su salida tras el stopper previo al winche Harken en bañera. Aún así, la escota discurre con facilidad.
El armador ha renunciado a la electrificación de los winches pero, en cambio, usa un creativo acople, que ya habíamos visto, con una taladradora tipo “black&decker” para cobrar escotas desde cualquier de los 4 winchs cercanos a las ruedas de gobierno. ¡Efectivo y, desde luego, más económico que un Harken eléctrico! Destacar que la botavara posee un perfil de ala que refuerza su resistencia y que facilita, junto al lazy-bag recoger la mayor para rizar o entrar a puerto.
Por deseo expreso de su armador, la toma de rizos en especial, no está reenviada a la bañera ni tampoco la driza de izado de la mayor. Hay que ir a la base del palo para su reglaje. Lo normal, nos indican, es que vaya parcialmente escondida debajo de la sobreestructura hasta la bañera. Echamos en falta disponer de unos peldaños en el inicio del roof en esta área para poder subirnos más cómodamente al palo y poder plegar mejor la vela mayor en su caída.
A la caña la sensibilidad del barco es muy gratificante. Cualquier movimiento por leve que sea en las ruedas, tiene un efecto en el rumbo, con lo cual, estar a la caña de este catamarán es pura diversión. Las palas, pues, son efectivas. Decíamos que el C-Cat 48 tiene unas buenas dotes para la ceñida lo que es un aliciente para cualquier navegante.
Habitabilidad
C-Cat 48, lo tradicional en su habitabilidad que funciona
En el C-Cat 48 parece que hayan pesado más los aspectos técnicos constructivos que ofrecen un navegar especialmente ágil y sensitivo que no la estética. Aunque los cascos ofrecen unas rodas con ángulos negativos o invertidos, muy “racing” y actuales, lo cierto es que el diseño general, desde su perfil, hasta los detalles de bañera, pasando por el perfil de la sobreestructura o roof, no se concede un ápice estético llamativo. La línea en general, es muy perfilada y rectílinea. Apenas hay una caída de cintón. Verdaderamente sobrio sin artificios modernos. ¡Quizás su modernidad, su atractivo resida en la contención! Un diseño que, ¡cierto! los años no jugarán en contra de este competente catamarán.
Esta unidad, que va a navegar muchas millas más de lo que suele hacer un catamarán en régimen de chárter, ofrece una bañera muy cerrada, excepto en los puestos de gobierno. Una pared literalmente separa, también visualmente, el mar y al tender de la bañera y por la cual discurre el largo carro de la escota de mayor, haciendo que la vida a bordo esté muy bien protegida para travesías largas. Todo lo contrario de lo que suele suceder ahora con los catamaranes que tienden a abrir el interior a una bañera muy abierta, con vistas y accesible al mar.
La única concesión en proa al relax o al confort mientras se contempla la navegación, es el pequeño banco ubicado en las proas de los cascos. Como mucho, podemos colocar unas colchonetas encima del piso recto encima de los cofres de estiba de defensas o el pozo del equipo de fondeo sitaudo en la base del palo. El travesaño que separa ambas redes es muy cómodo para circular evitando pisar las redes para acceder al botalón fijo de proa y controlar la maniobra de fondeo. El tránsito por los cascos hacia la bañera es amplio, sin obstáculos. No advertimos un solario típicamente creado para ello. Si vemos que en proa hay espacio de sobra, o incluso en el roof, para colocar alguna colchoneta para tomar el sol.
Acomodación
El Comar Cat 48 ofrece una habitabilidad que pudiéramos calificar de tradicional. Entramos en el salón y vemos una disposición clásica con un rincón a babor formado por una mesa cuadrada y un sofá grande en “L” que la rodea. A Estribor vemos una mesa de cartas y repetidores de la electrónica externa. En opción se puede crear un puesto de gobierno interior en este punto como lo ya hecho en la unidad #1. A popa, se dispone de una completa cocina con un gran set en “U” donde se concentran grandes superficies de trabajo con los electrodomésticos típicos de una cocina. Sorprende ver a estas alturas que los cuatro fuegos son de gas en vez de las vitrocerámicas inductivas de ahora. La explicación es que los armadores han renunciado a un generador de apoyo. La cocina colinda con la gran bañera exterior que ofrece una mesa fija no muy grande y un asiento en “L” que la rodea. La cocina se abre parcialmente con una cristalera corredera para conectarse con la bañera. En el otro lado de la dinette, se halla un gran banco largo, muy ancho, que diríamos que actúa más como zona de reposo como si fuera un solario,… pero a la sombra. En el lado izquierdo de la entrada en el salón, un gran mueble tipo cómoda, integra dos grandes frigoríficos, uno de ellos congelador.
Al ser esta unidad una versión para armador, en el flotador de Estribor observamos una cama doble en popa, una zona de armarios para la estiba de ropa y enseres personales junto al gran lavabo con ducha a aparte. En el otro flotador se dispone de un camarote a popa, esta vez su cama doble está dispuesta del través con un mueble armario dentro de la estancia. En la zona central se dispone de un lavabo de inferior tamaño que el del armador con ducha a parte que se comparte con los moradores del camarote de proa que ofrece asimismo una cama doble, aunque de menor envergadura que las otras.
Una acomodación estilísticamente austera, pero con mucho atino en los tonos con un “charm” general muy acogedor además de las excelentes vistas al exterior. Destacamos la bella factura en cada uno de sus detalles y el indiscutible sabor marinero de determinados remates, como los mamparos separadores de los camarotes ubicados en popa. Cierres y tiradores de calidad y la multitud de cajones profundos y armarios compartimentados dan un ambiente excelente por la pulcritud de los trabajos. Se nota que esta unidad está muy pensada para viajar.
Balance
C-Cat 48, relativamente al margen de la esclavitud de los mercados
El C-Cat 48 nos parece un barco interesante por la filosofía que desprende, a nuestro juicio e impresiones, bastante alejado de las tendencias que el mercado induce a generar. Se aprecia un diseño de líneas fino, sin artificios. También estamos ante un barco que, sin duda, se ha “modelado” según el criterio personal del astillero junto con el del armador. En definitiva, ofrece unas concesiones estéticas de hoy, muy comedidas, y para nada extremas. Dicho en activa: desprende, en general, un halo bastante tradicional, en especial su acomodación, y un perfil exterior cuya única concesión a la actualidad o modernidad son las proas invertidas de los cascos. La curvatura del roof curiosamente contrasta felizmente con las líneas rectas de sus cascos. He aquí el encanto de la linea del C-Cat 48.
Por el otro lado, mirando el C-Cat 48 de perfil, se nota la tradición marinera de C Catamarans. Nos encanta ver una botavara más pegada al roof con un ángulo menor de 90 grados en el pinzote, es decir, botavara elevada más a popa que en el palo, lo cual ofrece un aspecto marinero y algo, por qué no decirlo, más racing. La presencia de dos orzas algo curvas e izables, son, sin duda, una declaración de principios de que, cuenta más la navegación que muchos artificios posibles para la vida a bordo. ¡Estamos de acuerdo!
En este sentido pues, comulgo con esa bañera cerrada y protegida del mar por popa ya que, probablemente, los armadores que opten por el C-Cat 48 pretenderán realizar algún cruce que otro del Atlántico, más allá de los paseos relajados por baleares -cosa, por supuesto, respetable- . Probablemente el cliente del C-Cat 48 atienda también más a las prestaciones marineras, la robustez del barco y su menor desplazamiento (fibra y carbono en cubiertas) que no a aspectos más relativos a la estética en la acomodación interior o al lujo en si mismo. Este C-Cat lleva dos motores Yanmar de 80 Hp con transmisiones pod o saildrive y hélices plegables (existe la posibilidad en opción que sean de ejes). Los motores están algo adelantados para evitar algo la humedad y la consecuente corrosión y están insonorizados también con pintura ignífuga. No posee generador por deseo de su armadores confiando la generación de energía a los alternadores y alguna que otra placa solar.
Acomodación, que, por cierto, está impecablemente realizado demostrándose todo el bagaje adquirido desde 1961 de C Catamarans. Llama mucho la atención, así lo percibimos al navegar con los propietarios del astillero, que, en definitiva, se ha puesto mucho énfasis en satisfacer las necesidades en prestaciones del cliente que, curiosamente parecen coincidir felizmente con los criterios de la marca. No en vano el astillero presume de realizar proyectos relativamente “costums”.