El equipo con bandera holandesa, liderado por el veterano Bouwe Bekking, aprovechó que era el barco más rápido de la flota (con una velocidad de casi 20 nudos) para pasar a un Azzam que no vivía su mejor noche en aguas del Pacífico pero que no descansa en su intento por recortar la distancia entre ambos, que actualmente es de 14,4 millas náuticas.
Eso sí, en un cambio de vela realizado en plena noche, el proa del Team Brunel –Gerd-Jan Poortman- era lanzado por una ola contra el daggerboard en un hecho que se tradujo en un brazo magullado y en la rotura de un tímpano.
“Incluso aunque vengais a cortarme el brazo, yo navegaré hasta Cabo de Hornos”, comentaba Johnny
En el último reporte de posiciones no sólo el Brunel se colocaba en cabeza sino que el barco patroneado por Ian Walker rompía la llave del J1 y, apenas una hora más tarde, el tangón. Pese a que la reacción de la tripulación fue rápida y eficiente, el problema se saldó con una pérdida de millas y de posiciones.
“El ruido fue tan espantoso que despertó a la parte de la tripulación que no estaba de guardia; y fue tan fuerte que provocó una sacudida en todo el barco. Navegando por el Pacífico a 20 nudos hizo que en cuestión de segundos, cada pelo de nuestro cuerpo se erizara con la onda de esa sacudida. Eso sí, la parte más impresionante de este momento de rotura fue lo rápido que todo el mundo reaccionó”, explicaba el OBV del Azzam, Matt Knighton.
La mayor intensidad de viento la registraba este domingo el MAPFRE con picos que alcanzaron los 21 nudos. El equipo español, patroneado por Xabi Fernández, hacía frente a la rotura vivida a bordo días atrás con un buen trabajo de la tripulación y centrándose en su rumbo y en los barcos de cabeza. Actualmente la distancia entre los españoles y el barco de cabeza es de algo más de 31 millas.
Pero no sólo el Abu Dhabi Ocean Racing (y días atrás el MAPFRE) eran víctima de las roturas a bordo, sino que los problemas llegaban también al Dongfeng Race Team.
Durante la pasada noche, el equipo chino tuvo problemas con el sistema de bloqueo de la driza provocando anomalías en el J1. La apuesta por un J2 en un ángulo poco idóneo para su uso hacía que el equipo saliera del paso pero perdiera millas respecto al resto de la flota. (Mira el video abajo)
“Quisimos cambiarlo antes pero en Sanya nos dijeron que estaba bien y que todo a bordo estaba en buen estado”, comentaba Charles Caudrelier a su OBR, Sam Greenfield.
En su conjunto, y tras los últimos acontecimientos, las tripulaciones siguen manteniendo su rumbo hacia Auckland y se centran en trabajar mucho y en hablar poco. De todo ello puede dar buena cuenta Horace (Chen Jinhao) uno de los tripulantes más jóvenes y más comprometidos del Dongfeng y quien cumplía 23 años este domingo 15 de febrero.
En palabras del OBR del equipo, Sam Greenfield, Horace “es todo un caballo de batalla con la energía y el vigor de Jack Russell. Siempre es uno de los primeros en subir a cubierta y jamás llega tarde a una guardia. Tal vez no es el sueño de un periodista pero, de nuevo cabe decir que son muchos los que no lo son”.
La rutina del tripulante chino hace gala del mantra que en la jornada de hoy se aplican todos los equipos: “Trabajar mucho y hablar poco”. Las condiciones meteorológicas que están por venir no prometen ser muy favorecedoras y los equipos, poco a poco, comienzan a agruparse. En este punto, las estrategias de las tripulaciones juegan un papel crucial.
En el Team Alvimédica y en el equipo de las chicas, el Team SCA, las cosas no han cambiado demasiado y se podría decir que a bordo de estos dos barcos la vida ha sido algo más tranquila que para el resto.
Así y si bien en el Team Alvimedica comienzan a centrarse más en su navegación que en los resultados de los demás; en el Team SCA no sólo hacen frente a los roles del viento sino que tratan de adaptar sus relojes biológicos a los horarios del “otro lado del mundo”.
“Desayunamos a las 17.30, almorzamos a las 01.30 y cenamos a las 09.30 horas”, apuntaba divertida Anna-Lena Elled.