La seña de identidad del nuevo concepto de superyate diseñado por el estudio alemán Beiderbeck Designs está en la configuración de sus cabinas, especialmente la del propietario, que dispone de una cubierta para él solo. Cuenta con un ático de 150 m2, amplio salón con barbacoa y bar y una espaciosa terraza con piscina privada.
El equipo Beiderbeck se explaya en los elementos de privacidad lo largo de su diseño: “Es posible que el armador tenga que utilizar su yate para reuniones de negocios y recepciones exclusivas. Pero, al mismo tiempo, puede disponer de un espacio íntimo y privado al que solo podrán acceder sus seres más cercanos y queridos, y no sólo para el ocio. Esta situación es recurrente en los propietarios de este tipo de superyates que, en su mayor parte, no tienen estatus de celebridad pública, pero tienen el gusto de las élites y sus mismos sueños tecnológicos”.
“Piden diseños deportivos más gigantescos para crear separaciones estrictas, ya sea temporal o permanente, entre una zona de invitados de lujo equipada a todo el confort, y la zona concreta del propietario. Lo más importante, sin embargo, es que estos diseños deben ser generosos”. Este yate de 90 metros, puramente privado, alcanza hasta seis niveles de cubierta.
Entre sus características notables de a bordo tenemos un helipuerto, una pequeña piscina y pista de baile iluminada dentro y fuera de la cubierta; un cine, garaje para alojar dos auxiliares, y un club de playa de dos niveles.