General
No es la primera vez que probamos un velero de la marca italiana Solaris. Con el 37, el más pequeño de la gama, constatamos que la firma italiana sigue instalada en la calidad, en las prestaciones y, sobre todo, en la belleza.Fotos: Pn y SolarisTextos: Pn
Estamos ante una unidad que rezuma calidad. Observando el barco desde el pantalán, uno ya se imagina las capacidades marineras de este 37. Un treinta y siete pies que, por qué no decirlo, parece bastante más grande de lo que formalmente se indica sobre el papel.
Desde el muelle nos detenemos unos minutos en repasar su línea, elegante y sobria, y diríamos que hasta atemporal. Es muy difícil que su línea diseñada por Soto Acebal pase de moda. A pesar de que cumple con las últimas tendencias, un pantoque hasta la mitad de su eslora, una manga en popa siguiendo la estela de los barcos oceánicos de competición y unas amuras algo más “llenas” que hace uso pocos años, son las únicas licencias que han conectado el diseño clásico general con la actualidad.
Fue una lástima no poder disponer de este barco por más tiempo ya que el día asignado para la prueba de mar, las condiciones de viento no acompañaron por lo que no pudimos percibir lo que, en realidad ya sabemos de nuestras pruebas anteriores con otros modelos algo más grandes. ¡Los Solaris navegan muy bien!
Navegación
Solaris 37, un crucero para hacer regatas... ¡con posibilidades!
Con una intensidad de viento entre los 3 y los 5 nudos de levante y un ligero mar de fondo, nos dispusimos a probar el Solaris 37. Por suerte, el barco estaba dotado de una vela Código 0, lo que hizo mucho más llevadera la decepción que supone estar en un barco “potente” con poco viento.
Unos primeros registros nos llevaron a anotar 5,2 nudos con un viento a aparente de 6,9 nudos. Arribando un poco a los 60º la velocidad estuvo entorno a los 4,8 nudos y navegando de través ya nos situamos en los 3,2 nudos de velocidad. Con un viento a aparente de 4,5 nudos y navegando con el viento por la aleta (120º), registramos un SOG de 3,00 nudos. Todo estos registros se anotaron usando el Código 0 que para mayor “inri” no disponía de un “barber” para atrapar esa brizna de viento oscilante. El “barber” se improvisó…
Desde luego tener en Código 0 para los navegantes mediterráneos es casi una obligación. Aparte de hacer andar o no el barco con él, sin duda, es un elemento que nos hará disfrutar del barco aun habiendo poco viento como fue el caso.
Está claro que una vez adaptados a la ligera brisa reinante y totalmente centrados en la navegación, el Solaris 37 probado, configurado para un programa de estricto crucero, ofrece alicientes. El mismo Código 0 es uno, pero también su dobletimonería con una dirección tradicional mediante sector que actúa sobre una pala profunda y compensada otro ya que es muy sensible a lo movimientos de muñeca reaccionando claramente al mas mínimo movimiento. Una larga carrilera en el suelo para la escota de la mayor, o los winchs Harken 46 de la escota “a la alemana” (dos extremos libres) al alcance del timonel, permiten mantener un rumbo preciso y un trimado casi milimétrico, lo que es muy placentero. Una maniobra que permite navegar concentrados con poco viento, que también tiene su intríngulis, solo a falta de unos escoteros para el foque trimables desde la bañera (sólo en opción) para abrir o cerrar el foque. Los winchs del foque son Harken 46, por tanto, bien dimensionados.
Con este armamento el Solaris 37 y cuatro entusiastas más, decidimos sacar partido a la prueba al a que se nos invitó, logrando hacer avanzar el barco y viendo como, por ejemplo, el Solaris 37 reacciona de inmediato ante un aumento de la presión del aire.
Su navegación es muy estable en parte gracias a su bulbo de 2.700 kg montado en forma de torpedo a 2,40 metros de profundidad. Los torpedos evitan los cabeceos excesivos y más con mar de fondo. La sensación no es la un barco ligero (7400 kg), pero si la de un barco ágil. El barco acelera bien y, desde luego, no es ningún muerto
El piano, muy ordenado, recibe la maniobra proveniente del palo por debajo del piso de teca y está compuesto por cuatro mordazas dobles Spinlock XTS enrasadas. Los winchs en las brazolas están ben colocados para que una tripulación los accione con comodidad. El de más a popa, que corresponde a la escota de mayor, está cercano al timonel por lo que éste, colocándose la rueda entre las piernas al sentarse en la banda, podrá ir trimando a su antojo sin necesidad de que alguien lo haga.
El Solaris 37 tiene vocación por las regatas, está ideado para el sistema de medición ORC. Si miramos su arboladura posee un palo, pasante directamente asentado en el casco, y un par de pisos de crucetas retrasadas. Los obenques bajos de cable preestirado caen sobre la vertical de la borda. El palo está conificado en su parte superior y el stay se arraiga en los 7/10 aproximadamente.
En caso de viento posee un enrollador de foque (105%) reenviado a popa por estribor y una mayor, con una baluma ligeramente positiva con sables forzados, que posee dos fajas de rizos automáticos. La mayor se iza mediante un winch eléctrico, cosa que para muchos es de agradecer (I= 13,20 m, P=13,40 m, E=5,50 m, J=4,08 m). La arriada es rápida ya que la vela va relingada al palo mediante una hiperdeslizante carrilera. Naturalmente, como hemos dicho, la maniobra está totalmente reenviada al piano en la bañera. El back-stay, montado en forma de “pata de gallo” es trimable mediante un tensor de rosca.
Esta unidad Solaris 37 está dotada con un motor Volvo Penta D2 de 40 caballos, transmisión saildrive y con una hélice de tres palas plegable (flex-o-fold). Su velocidad de cucero a 2.200 r.p.m. es de 5,6 nudos y de 6,8 nudos a tope.
Habitabilidad
Solaris 37, decoración elegante, cómodo para cuatro.
Desde la cubierta da la sensación de estar en un barco de un mayor porte. Este modelo que sustituye al Solaris 38, tiene forma de bala, similar a la de los barcos oceánicos de competición tipo Open 60. Esta circunstancia hace que el paso por su cubierta sea cómodo. Los pasillos laterales hacia proa son muy amplios, 50 cms. en la zona de mayor manga, y el paso hacia la bañera, venciendo las brazolas con sus winchs, son cómodos aunque con riesgos ya que no hay rugosidad antideslizante en ellos. La bañera, con dos bancos, no poseen ninguna inclinación compensaescora en su base, no habiendo tampoco en el suelo listones-tope para los pies donde sujetarse en las escoras. Posee una gran mesa fija de doble ala que, al plegarlas, facilita el tránsito hacia popa. Encima de la mesa, la botavara de Sparcraft posee una gran luz led para iluminarla de noche. Las bitácoras de las ruedas están inclinadas hacia el exterior facilitando así un mayor espacio para transitar hacia popa abierta y descender a la plataforma de baño abriéndose y cerrándose eléctricamente tapando el espejo de popa.
Tanto en la caseta como en la proa por delante el palo, las escotillas están enrasadas por lo que la superficie de paso es totalmente diáfana. El balcón es abierto. La totalidad de la superficie está forrada de teca, siendo un acierto que el “sikaflex” entre listones sea gris claro, para evitar así un sobrecalentamiento muy incómodo en caso de pisar descalzos la cubierta.
En esta unidad, el armador optó por elegir la configuración de dos camarotes con un habitáculo de trabajo o de estiba, en el cual apreciamos la perfecta estiba vertical de un fueraborda junto a otros pertrechos.
La acomodación tiene una distribución clásica. En la parte central y en un mismo ambiente, se hallan la cocina en forma de “L” perfectamente dotada de lo necesario para un crucero, aunque la nevera de arcón es algo pequeña. Existe la posibilidad de colocar otra vertical en la banda aprovechando la presencia de un armario, pero así mermamos la estiba. Nos gusta la mesa de apoyo plegable en la cocina. Contigua se ha instalado el sofá cuadrado, muy envolvente frente al cual está instalada una gran mesa desplegable para unos 10 comensales. Bajo el sofá se hallan la enfriadora, el fancoil y los servicios propios del aire acondicionado. A sus espaladas los armarios colgantes admiten cualquier tipo de estiba y debajo los guardamares poseen un e ingeniosos sistema para que los libros estén fijos en las escoras. En la banda opuesta un largo sofá discurre hacia la mesa de cartas que parece estar suspendida en el aire gracias a un puntal que la sostiene. Nos llama poderosamente la atención el completísimo y muy bien realizado cuadro eléctrico, perfectamente orientado a la vista. Luces led y dos grandes escotillas cenitales practicables, además de las ventanas fijas de las bandas, dan luz natural a una decoración sobria, de tonos claros muy elegante.
El lavabo, a Estribor, esta compartimentado entre el lavabo y la ducha mediante un biombo de metacrilato. El inodoro tiene una tapa adicional para ducharse sentado, por seguridad. El fregadero está apoyado espléndidamente sobre la madera y posee un espejo habilemente inclinado.
El de proa, deducimos que es el del armador porque posee un lavabo completo privado. Éste tiene una cama doble con armarios de estiba colgantes y uno de gran formato en el acceso. Dos ventanas alargadas en las amuras y una escotilla cenital con cortinilla y mosquitera replegable, dan la luz natural necesaria complementada con las luces led y las luces de lectura del cabecero. A babor, el pequeño lavabo está totalmente forrado de madera en el que destaca un fregadero redondo en inoxidable apoyado en la madera. ¡Cualquiera diría que este habitáculo tan pequeño sea el propio del armador!
Balance
Solaris 37, ¡detalles por rematar!
Si bien es cierto que estamos ante un astillero con una experiencia de 40 años, que trabaja finito en los acabados, nos sorprende ver algunas cosas que no debieran verse en un barco cuya publicidad lo destaca por su “Rendimiento, Belleza y Sofisticación”.
Nos referimos al nivel del lavabo del armador, poca cosa en cuanto a ideas y styling en comparación con el lavabo de uso general del salón. Otro detalle es que, a pesar de que los plafones del suelo se han colocado minuciosamente intentando que las rayas de las maderas tuvieran continuidad entre los plafones, al final resulta que los espacios entre los mismos son irregulares. En este aspecto falta una vuelta de tuerca y el encaje, si se opta por este comprometido sistema, debiera ser perfecto.
Otro aspecto es el de las dimensiones de ciertos servicios. Si la dinette del salón admite hasta 10 comensales en una, pongamos, alegre cena, la nevera de arcón no dará abasto ni siquiera para enfriar las bebidas. Es cierto que podemos instalar otra vertical aprovechando un armario, pero mermamos estiba en un barco de crucero.
Por otro lado hay que reconocer los impecables acabados de los exteriores. Gelcoats excelentemente desmoldados, trabajos en teca de altos vuelos, sellado y marcos de ventanas perfectos y en general una embarcación muy bien realizada en todos sus detalles. ¿Todos? Bueno, pues no. ¿Por qué se dejan las regalas sin antideslizante? De acuerdo, ¡porque es más bonito!. Pero recordemos que un pisotón en una mojada equivale a un patinazo…
El Solaris 37 hace gala de grandes detalles como cornamusas escamoteables, roldanas en los puntos de roce de las amarras, topes en guardamares,… Detalles que sin ser extraordinarios dan fe del buen hacer de este astillero.
El Solaris 37 es un barco, sin duda, de alto rendimiento que hará muy felices a sus armadores. Vean si no el video. Navegantes que probablemente hayan pasado ya por otros tipos de barco y que busquen un barco distinguido, de elegancia italiana y de alto rendimiento. Sin duda, ¡habrán dado con una excelente opción!