El cambio de año trae consigo la valoración de los últimos meses y la lista de los buenos propósitos que, a día 1 de enero, se suelen acompañar de una voluntad efímera, de superficialidad, y de una intención que no puede cumplirse.
Pero las Fiestas Navideñas quedan lejos y con el ánimo de ayudar a quien los busque, un área de mejora que propondría seria que el concesionario destinara esfuerzos en la mejora de la seguridad en el trabajo de las personas que trabajan en el puerto.
Los puertos y dársenas de recreo son centros de trabajo y con ello debe tenerse en cuenta la aplicación de los principios de la acción preventiva, la aplicación correcta de los métodos de trabajo de cada empresa, y las interacciones de las diferentes actividades desarrolladas en el centro, especialmente cuando puedan generar riesgos graves.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales preceptúa que cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la aplicación de la normativa sobre prevención de riesgos laborales. En este sentido, se establecerán los medios de coordinación que sean necesarios en cuanto a la protección y prevención de riesgos laborales y la información sobre los mismos a sus respectivos trabajadores.
Cuando pensamos en centro de trabajo, la idea que nos viene a la cabeza es el varadero y las empresas que realizan las reparaciones en el mismo; como si la marinería o el personal de administración no asumieran riesgo alguno, o el puerto no tuviera una infinidad de proveedores, desde electricistas, personal de mantenimiento, personal de limpieza, hasta buzos.
A estas alturas todo centro de trabajo debe tener una planificación de acciones en materia de coordinación de actividades empresariales de control de los proveedores contratados.
Pero por la máxima diligencia que puede exigir un concesionario o gestor, el paso a la excelencia es convencer al usuario para que facilite la relación de empresas y personas que están autorizadas para realizar trabajos en su embarcación, quién puede acceder y qué tipo de trabajos se pretenden realizar.
El puerto es un centro de trabajo, el varadero es un espacio especialmente habilitado para realizar una serie de reparaciones, pero la actividad empresarial se puede ejercer en cada una de las embarcaciones que hay dentro de la instalación, y este riesgo debe ser conocido y coordinado por el concesionario, último responsable de lo que ocurre en el puerto.
En los últimos años ha habido una mejora remarcable en la concienciación medio ambiental de las instalaciones, y el paso que debe seguir es que todos los que trabajen y contraten sean conscientes y conocedores del riesgo que asumen.
Jaume Prats.