Los últimos años del Salón Náutico Internacional de Barcelona han estado marcados por un crecimiento sostenido. Más embarcaciones expuestas, más espacio ocupado, hasta el punto de que este año se anunció el “completo”. No había ya más espacio para acoger a más expositores. Se plantea, pues, la necesidad de expandir el recinto de algún modo. El crecimiento en los salones flotantes es generalizado. Por ejemplo en Cannes se ha decidido pasar en 2019 toda la vela al vecino puerto Pierre Canto, y concentrar solo las embarcaciones a motor en su escenario habitual del Vieux Port.
Siguiendo en Barcelona, este éxito es el normal reflejo de la evolución del mercado, con un crecimiento también sostenido de las ventas. También hay que destacar el éxito de público, con una estimación de más de 50.000 visitantes durante los cinco días del Salón.
Efectivamente, según ANEN, con datos facilitados por la Dirección General de la Marina Mercante, el período que va del mes de enero al mes de septiembre de 2018 ha experimentado un aumento de las matriculaciones –ventas- del 4,1%. Ojo: el mismo período del año 2017 había experimentado un crecimiento de un 9,2% de las ventas sobre el mismo período del año 2016. Dicho de otro modo: sigue el crecimiento, pero ahora es más lento. Naturalmente, faltaría analizar lo que pudiera suceder durante el cuarto trimestre del año, pero no hay motivos para pensar que la evolución sea distinta. Ni que se produzca una euforia compradora ni que tenga lugar un frenazo brusco de las ventas.
Los datos: en 2017 se matricularon en los tres primeros trimestres del año un total de 4.825 embarcaciones de todo tipo, mientras que en 2018 han sido 5.021. Al cierre del ejercicio 2017 se habían matriculado 5.327 embarcaciones, así que no es difícil especular que a finales de esta año serán unas 5.500. Una cifra muy considerable, pero que está muy lejos de las 10.149 embarcaciones vendidas en 2007, que fue el año récord de la historia de la náutica española.
Cuando escribimos “embarcaciones” significa toda clase de embarcaciones, incluidas las motos acuáticas. Y esto es muy importante porque las motos son el segmento que más crece. Descaradamente. Nada más y nada menos que un 14,4%, lo cual dispara el porcentaje general, pues el crecimiento de las embarcaciones convencionales a motor es de solo el 0,7%, el de las neumática plegables es del 4,9% y el de las neumáticas semirrígidas del 0.9%. Y lo que es peor: las matriculaciones de embarcaciones a vela han descendido un 6,9%. ¿Tendrá algo que ver la crisis de Bavaria? Dicho de otro modo: sin las motos acuáticas el mercado decrece.
Si observamos la evolución por esloras veremos que las embarcaciones de hasta 6 metros las matriculaciones han crecido un 3,2%; un 14,7% las embarcaciones entre 6 y 8 metros y un 9,2% las embarcaciones entre12 y 16 metros. Por el contrario, bajan las matriculaciones para las embarcaciones de 8 a 12 metros (un 14,4%) y las de barcos de más de 16 metros (bajan un 4,7%). En realidad, estas últimas son poco significativas, pero el resto de los casos es fácil de analizar. Las esloras de menos de 6 metros se corresponden las motos acuáticas y los barcos que se pueden gobernar con la licencia de navegación, mientras que los barcos de hasta 8 metros son los que están exentos del pago del Impuesto de Matriculación.
Otro sector a comentar es el del chárter. Según los datos publicados por la revista Mediterrània, que edita ADIN, también el sector del chárter se resiente. En este caso los datos se refieren al período Enero-Agosto, pero el resultado es un descenso de las matriculaciones de embarcaciones en lista 6ª de un 6,1%, debido seguramente a la saturación del mercado. En este sentido no ayuda la proliferación de los alquileres llamados “pirata”, es decir, barcos de lista 7ª que se alquilan de forma absolutamente ilegal y, por supuesto, a menor precio. Concretamente el diario El Mundo publicó el pasado 19 de julio un artículo según el cual la oferta de embarcaciones ilegales en Eivissa y Mallorca superaba al de embarcaciones de lista 6ª. Concretamente se cifraba en 2.400 barcos operando ilegalmente en esas islas, mientras que la oferta legal era de 2.200. Los barcos irregulares, según el citado artículo, no eran solo españoles, sino también de Turquía, Alemania y Polonia. Lo mismo sucedía con los portales de Internet donde se anunciaban estas ofertas.
También es un dato interesante el del domicilio de las personas físicas o jurídicas que adquieren las embarcaciones. Por que, como se sabe, el Impuesto de Matriculación es un tributo cedido a las Comunidades Autónomas. Una cosa es dónde se matricula un barco, lo cual nada tiene que ver con dónde se va a usar ni con dónde vive el comprador, y otra cosa muy distinta es dónde se cobra el impuesto: donde vive el comprador. La comunidad uniprovincial de Baleares lidera el ranking con 1.029 unidades compradas, seguida de Catalunya con 965 y Andalucía con 876. Se insinuó que la situación política en Catalunya es el resultado de un descenso del 13,7% de las matriculaciones, pero en circunscripciones nada sospechosas de experimentar ninguna circunstancia política extraordinaria las compras han descendido también: Madrid en un 8,40%, Tenerife en un 8,21%, Las Palmas en un 5,81%, Valencia en un 4,85% y Alicante en un 1,64%.