En un primer vistazo nos percatamos que se trata de un barco muy pensado. En general, todos los RS lo son, pero en este caso estamos ante un barco fino, fino, fino y de prestaciones especiales.
Con solo 30 kg de peso es tan sencillo y rápido de montar como una plancha de windsurf. Es fácilmente llevable por la arena y no digamos ya en su carrito de varada.
Es un barquito muy desarrollado para que pueda dar todo de si a personas entre los 35 y los 90 kg.
El casco nos enamora. Pudiéramos decir que estamos ante un skiff aleteado al más puro estilo australiano. Plano como un surf de carena, pantoque que se diluye bellamente hasta la roda y una proa afiladísima, esbelta preciosa que da gusto verla cuando uno está ya en la banda. Las bandas, muy aleteadas, son extraordinariamente ergonómicas y cómodas, con las omegas curvas sin ángulos. El gelcoat tiene un ligero antideslizante que no rasca siendo suficientemente eficiente. Además de la cincha central graduable, cada omega posee un listón donde trincar los pies. ¡Buena idea!
Su bañera es muy abierta, diáfana. Los imbornales del espejo efectivos, muy estilosos en su ejecución, cual un panal de abejas. Para eliminar esa agua condensada entre casco y cubierta, posee el desagüe a babor en el espejo. La caja de orza no llama especialmente la atención, pero sí notamos que la orza de sable se desliza muy bien por ella. Una orza perfiladísima…! La orza tiene una graduación muy útil. Y qué decir del timón. Nos gusta su increíble sencillez medianta una gomita para mantener su también perfilada pala izada cuando se esté en tierra y sus cabitos para sujetarla abajo mientras navegamos o para levantarla al llegar a tierra.
RS Aero 7, jarcia y reglaje de nivel
Nos deleitemos en ver la maniobra imaginando lo mucho que se ha pensado para llegar a tal sencillez y efectividad. Nos gusta el diminuto y efectivo tamaño del acastillaje en poleas y mordazas. El palo, de dos tramos, es de carbono conificado todo el segundo tramo. En el tope una mordaza fácilmente mordible y “desmordible” con la driza. El pinzote, allí donde se junta botavara de carbono con el palo, muy solvente, con un milimetrado para ajustar bien la vela con el cunningham, también hiperfino. En el puño de escota de la botavara, además de la cinta guía, más milimetrado de referencias para usar el pajarín con precisión y al gusto, sin necesidad de pensar demasiado. No hay obenques, algo que solo se reserva de momento a su hermano mayor el potente Aero100, ni tampoco stay ni botalón retráctil ¡Diversión garantizada con tres tipos de vela según pesos o vientos! ¿Lo ideal? ¡Proveerse de las tres!
- Aero 5: para jóvenes; con una mayor de 5,2 m2
- Aero 7: para féminas y hombres ligeros, con una mayor de 7,4 m2
- Aero 9: para hombres, con mayor de 8,9 m2
Aero 7, jugando con todo
En el agua, sorprendentemente, resulta más estable de lo que nos imaginábamos en tierra. Nos ponemos a ceñir para ganar confianza y ver las primeras reacciones. La confianza se la cogemos enseguida. Vemos rápido que la posición de nuestro peso es fundamental en el rendimiento del barco según cada rumbo. Es divertidísimo hacer probaturas para sacar nuestras conclusiones personales.
Una vez hayamos jugado con nuestro peso, pasamos a hacerlo con la maniobra y su reglaje. Cunnigham, escota de mayor y pajarín, son los tres elementos en los que te concentras y vas viendo cómo es de sensible a la más leve variación. Sin duda, una parcela del juego interesantísima y que vale la pena retener en memoria. El barco llevado de cualquier manera, sin prestar atención a la maniobra, o llevarlo trimadito, da una u otra satisfacción. Cuesta poco llegar a conclusiones sobre cómo llevar reglado el Aero7 ya que nos ayuda mucho los milimetrados de referencia del palo y botavara. Botavara, por cierto, no muy baja ni alta. Ideal, eso sí, para no hacer contorsionismo extremo.
Jugar con el mar. Combinando los dos puntos anteriores con las olas, la diversión está asegurada. Porque estamos ante una embarcación que se desliza a la mínima como una tabla de windsurf. Bajar las olas, desplazando ligeramente nuestro peso es sumamente gratificante y divertido. La gracia estriba en hacerlo con el barco totalmente recto ya que así evitaremos que las aletas de las bandas se claven en el agua, nos paremos en seco y perdamos el mundo de vista con un buen sorbo de agua salada tan gratuito como innecesario. En estas condiciones, disfrutaremos sintiendo la energía potencial justo antes de bajar las olas… ¡La experiencia “fun” con el Aero7 será memorable!
RS Aero 7, para navegar tranquilos o para navegar a tope
Al ser tan ligero, el Aero7 no necesita un casco ni aparejo radicales, por lo que resulta igualmente reactivo y estable a la vez que fácil de navegar. Pura diversión en todas las condiciones de viento sea cual sea el estado del mar.
El Aero7 difiere del Aero5 y del Aero9 exclusivamente por el tamaño de la vela. El resto, embarcación, acastillaje y jarcia es lo mismo. Por tanto, digamos que el RS Aero7 posee una filosofía muy “fun” y polivalente, como en el windsurf. Es decir, si resulta que el Aero7 es para toda la familia, el hecho de poseer la vela del Aero5 de 5,2m2 hará que la navegación pueda ser tranquila o a la medida del peso de los tripulantes más jóvenes o los tripulantes inexpertos o inseguros. El trapo de la vela Aero7 es para aquellos que ya gustan de practicar un programa más intenso y exigente como jugar con las olas, realizar grandes ceñidas a boyas o buscar velocidades puntas extremas que, sin duda, pueden sobrepasar los 20 nudos de velocidad. El Aero9 tambien es lo más apropiado para los que estamos algo más “fuertes” y vayamos a saco.
+Info:
http://www.rsveleros.com/veleros/Performance