“Ayer por la tarde sobre las 19h las condiciones eran alisios del hemisferio sur de 15-17 nudos bastante flojillo. Íbamos bastante justillos y en ese momento íbamos con toda la mayor y el J2, muy poca ola, prácticamente un metro de ola, y teníamos el J1 en el aire, enrollado preparado. En los últimos días habíamos tenido periodos de usar el J1 y el J2 que es la vela de adelante más grande o la vela de atrás, la que tiene menos superficie, que es la que aguanta el palo. Llegó el parte de posiciones, revisamos la meteo y parecía que durante la noche el viento se iba a abrir un poco más y a bajar y un poco y nos decidimos por poner otro génova que tenemos richer, para vientos un poco más abiertos y tenerlo igual listo para el momento en que bajara el viento sacarlo y no perder millas. Durante esta maniobra habíamos bajado el J1. Alex estaba en la proa desenganchando la amura y tirando de la vela nueva hacia delante, del richer, para proa para engancharlo e izarlo. Fue justo en ese momento cuando rompió la parte interna del enrollador. En eses momento salió el génova volando y en unos segundos el palo cayó hacia popa todo de una pieza. En la caída la botavara pegó en cubierta y se partió y después el palo fue cayendo de una pieza hasta que tocó el agua. Una vez en el agua en pocos segundos empezó a hundirse y al empezar a hundirse en la regala del barco, en la cubierta, en el canto de la cubierta, al hacer fuerza allí el palo se partió, una vez ya estaba metido en el agua, a unos dos metros de la base por donde estaba haciendo palanca contra el barco. Todo fue muy rápido. Enseguida el palo empezó a pegar golpes contra el casco y tuvimos que cortar todo. Sacar la radial, cortar la jarcia y tirarlo todo al agua. Sobre todo por seguridad. Porque no nos hiciera un agujero en el barco y tuviéramos que estar con el barco lleno de agua o en la balsa. Entonces intentamos deshacernos de él lo más rápidamente posible y nada, arrancar el barco, poner el motor y rumbo a Salvador de Bahia”.
Fallo mecánico
En los IMOCA hay un estay fijo que es obligatorio. Abajo del estay fijo hay un enrollador. Entonces dentro del enrollador hay un eje metálico de unos 25mm, pues el eje metálico este se ha cortado, como un corte perfecto, y eso es lo que ha dejado ir el estay y ha roto el palo.
[El año pasado] yendo hacia Newport se rompió la parte de arriba del palo por encima de la segunda cruceta, creemos que por un problema de estructura o por un problema de estabilidad. Íbamos con otra combinación de velas, íbamos con la mayor y el estay sail con 25 nudos de viento y era otro tipo totalmente de rotura. Esta vez ha sido con poco viento. Ha sido un fallo mecánico de una pieza que había sido revisada un mes antes de la competición.
Pues el equipo Hugo Boss que llevamos trabajando con este barco año y medio prácticamente, aparte de hacer modificaciones para mejorar la velocidad del barco, después de la regata Nueva York-Barcelona, vimos que el tema de la fiabilidad era muy importante ya que habíamos tenido muchos problemas. Entonces se trabajó exclusivamente en mejorar la fiabilidad del barco. Se cambió la jarcia, se cambiaron todos los cables y burdas que aguantan el palo. Un mes antes, se enviaron a revisar un enrollador a la fábrica para revisar que no hubiera ninguna micro rotura. Yo era un poco maniático debido a los problemas que había tenido con el Estrella Damm. La conexión a esta pieza en este barco es totalmente diferente al otro barco, con una pieza muy flexible que no tiene por qué crear ningún punto rígido, que es lo que pasó hace cuatro años. Aparte se ha cambiado el motor, las baterías, todos los sistemas para intentar fiabilizar el barco para poder acabar la regata.
Bueno, la verdad que teníamos muy buen rollo a bordo Alex y yo. Habíamos empezado muy bien la regata, nos habíamos ido colocando en todas las situaciones tácticas que había habido muy bien, habíamos ganado y perdido millas pero en general el feeling era muy bueno. Las discusiones a bordo para tomar las decisiones eran muy buenas, eran muy positivas. Siempre que hacíamos algún movimiento en que nos separábamos de la flota acabábamos ganando millas, eso te da mucha moral y mucha confianza en ti mismo para lo que viene por delante y, sobre todo, en unas condiciones que pensábamos aún no eran las idóneas para el barco y se estaba defendiendo y nosotros estábamos haciendo una buena regata y haciendo una buena táctica. Estábamos pendientes de pasar los cuatro o cinco días siguientes que eran los que quedaban pendientes de poco viento y ya meternos en los océanos del sur y empezar a tener días de viento duro y de olas grandes que eran las condiciones, en teoría, mejores para este barco. Es decir, a bordo el ambiente era de que estábamos súper motivados, trabajando a tope. El trabajo ha sido muy intenso., los primeros quince días, yo creo que para todos los barcos, por lo menos para los cuatro barco que íbamos en cabeza muy, muy intenso, con mucho trabajo y bueno…”