Independientemente del tipo y marca de motor de tu embarcación, llega un momento en que nos pasa por la cabeza cambiarlo por uno nuevo. ¿Por qué? Pueden ser varios los motivos. El más común es que se hayan ido sucediendo un cúmulo de pequeñas averías en el motor como consecuencia del desgaste en determinadas piezas, hasta que un día la última avería es de mayor importancia y requiere de una actuación con un presupuesto elevado.
Entonces es cuando uno se pregunta: ¿vale la pena salvarlo? Evidentemente hay que poner en una balanza el coste de “arreglar” el motor y la vida útil que le pueda quedar en condiciones razonables de funcionamiento, con la tranquilidad que nos puede dar la fiabilidad de uno nuevo.
Otro momento para sopesar la idoneidad de cambiar tu viejo motor por otro, es por la cantidad de horas y la calidad de esas horas trabajadas (r.p.m habituales de trabajo) por el motor. Pérdida de potencia, menor capacidad de aceleración, mayor consumo, más emisiones de humo y más ruido,… Son síntomas que se pueden detectar aunque el motor siga funcionando razonablemente bien. Querer navegar con tranquilidad sin temor a una avería inoportuna lejos de nuestro puerto también es un buen argumento para plantearse cambiar de motor y navegar muchos años, sin el corazón encogido con la posibilidad siempre presente de que el motor “diga basta” y nos estropee el verano por la avería “seria” que, en el fondo, estábamos esperando.
Y otros motivos podrían ser que te gusten los nuevos diseños de los motores, especialmente en los fuerabordas, o quieras aumentar la potencia de tu barco dentro de los límites establecidos por el constructor del modelo de embarcación. Por qué no, ¿verdad?
¿Por dónde empezar?
Lo más importante es que contrastes con profesionales cualificados. Puedes quedar con ellos para que te “ausculten” el motor. Cuenta los mil y un detalles del historial de tu motor. Repasa las facturas de actuaciones realizadas.
Estos datos son los que precisa un profesional, y si tu motor, todavía no ha sufrido una avería de las serias, probablemente el profesional podrá ver cuándo probablemente vaya a suceder y en dónde. Seguro que de este intercambio de información se sacarán conclusiones sobre qué hacer y cómo proceder.
Consecuencias de una remotorización
Además de revalorizar tu embarcación en el mercado, optar por remotorizar tu barco con un motor nuevo supone muchas ventajas. Desde luego mayor seguridad y fiabilidad en tus salidas y un mayor confort. ¡Sí, la tecnología avanza! Por extensión disfrutarás de un mayor placer de navegación al sentirte más seguro y también obtendrás unas mayores prestaciones. Su inevitable impacto ambiental, acuérdate de que tu motor es de combustión, será mucho menor en términos de emisiones y además, la tecnología actual, te hará consumir menos carburante.
Lo que debes considerar en un presupuesto
Probablemente te informes con artículos como éste en internet acerca de los costes de un motor nuevo. ¡Buen paso, sin duda! Pero lo absolutamente recomendable es que te reúnas con la marca o un representante oficial de la misma allí donde esté tu embarcación. Ellos valorarán la instalación a acometer y todo aquello necesario que deba cambiarse adicionalmente con el motor. Instalación eléctrica, escapes, modificar o no la bancada, el espejo de popa, los accesorios electrónicos… mil detalles que el profesional que esté contigo, en el fondo, agradecerá para afinar en su presupuesto y futura actuación.
Cuándo acometer la remotorización
Nosotros recomendamos a partir de cuándo acabes de navegar… ¡si es que acabas! No te recomendamos iniciar precipitadamente algo delicado en medio de la temporada como, por ejemplo, cuando te pueda suceder una avería fatal que pretendas subsanar rápidamente con una remotorización de emergencia para aprovechar el verano. Aunque si es realmente una avería “definitiva”, quizás te lances a ello. Lo entendemos.
Probablemente una remotorización express sólo te la pudieran realizar en caso de que se tratara de un motor fueraborda al que hubiera que sustituir por otro…
Tomar una decisión de este calibre no es fácil pero tampoco tan complicado como nos parecía al principio. Todo proyecto de remotorización tiene una cierta complejidad que precisa de un análisis exhaustivo de la embarcación, de un conocimiento previo de la vida anterior del motor y, sobretodo, de un conocimiento de las expectativas y deseos del cliente ante tal actuación.
Apreciado lector, si fuera el momento el elegido para remotorizar tu barco, ponte en manos de un profesional cualificado.