Está generalmente aceptado que la realización de unos juegos olímpicos en un país determinado implica un empuje deportivo tal que se prolonga durante años. Pues bien, esto no es siempre así. En general los JJOO implican un crecimiento deportivo con respecto a la situación anterior a su celebración en cada país, pero también sucede que los éxitos alcanzados en casa no suelen repetirse.
La mera comprobación de los resultados obtenidos por los distintos países antes, durante y después de la celebración de unos Juegos Olímpicos ofrece resultados sorprendentes. Basta comprobarlo en la tabla adjunta.
En la primera columna se indican las ciudades organizadoras y el año de celebración de los JJOO. En la segunda columna las medallas obtenidas por cada país en los juegos celebrados justo antes de que una ciudad de ese mismo país fuera sede y organizadora de unos JJOO. La tercera columna indica el número de medallas conseguidas en los JJOO realizados en casa. La cuarta columna corresponde al número de medallas obtenidas por ese país cuatro años más tarde y así sucesivamente.
Obviamente, hay celdas en blanco porque todavía no han transcurrido suficientes años desde la celebración de los juegos que utilizo como referencia.
| – 4 años | Jugados en casa | + 4 años | + 8 años | + 12 años | + 16 años | + 20 años | + 24 años |
Moscú 1980 | 125 | 195 | boicot | 132 | 112 | 63 | 89 | 90 |
Los Ángeles 1984 | boicot | 174 | 94 | 108 | 101 | 91 | 101 | 110 |
Seúl 1988 | 19 | 33 | 29 | 27 | 28 | 30 | 31 | 28 |
Barcelona 1992 | 4 | 22 | 17 | 11 | 20 | 18 | 17 | 17 |
Atlanta 1996 | 108 | 101 | 91 | 101 | 110 | 104 | 121 |
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Sídney 2000 | 41 | 58 | 49 | 46 | 35 | 35 |
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Atenas 2004 | 13 | 16 | 4 | 2 | 6 |
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Pekín 2008 | 63 | 100 | 88 | 70 |
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Londres 2012 | 47 | 65 | 67 |
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Río 2016 | 17 | 19 |
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Lo primero que hay que señalar es que la Unión Soviética se extinguió en 1991 y que los deportistas de la URSS participaron en los JJOO de Barcelona 92 bajo la denominación “Equipo Unificado” con 112 medallas y, a partir de esos juegos, los deportistas de cada una de las repúblicas lo hicieron bajo sus propias banderas. A partir de entonces la fila recoge las medallas de Rusia solamente.
También hay que fijarse que la Unión Soviética no participó en los JJOO de Los Ángeles en 1984 como represalia al boicot que los Estados Unidos hicieron a los JJOO de Moscú en 1980, como protesta por la invasión de Afganistán. Naturalmente, sin esos dos países en cada uno de esos juegos el número de medallas disponibles para los otros participantes aumentó.
También hay que tener en cuenta que no siempre está en juego el mismo número de medallas, pues cambian las modalidades y las disciplinas; unas entran y salen otras. Por supuesto, en los deportes de equipo se entiende que se contabiliza una sola medalla.
Si se fijan en la tabla verán que, sistemáticamente, el organizador cosecha más éxitos cuando juega en casa, con dos excepciones: Estados Unidos y el Reino Unido. Si descontamos que los juegos de Los Ángeles se celebraron sin la participación soviética, la cifra de referencia para los primeros debería ser la de Atlanta 96 (101 medallas). Pues bien, en Barcelona 92 los estadounidenses consiguieron 108, en Pekín 110 y en Río 121. A su vez, los británicos ganaron en casa 65 medallas y lograron dos más en Río.
Varios países no dan muy buena impresión. Australia no ha hecho más que bajar desde Sídney 2000, Grecia ha caído en picado, muy por debajo de su medallero anterior a los juegos de Atenas. Por su parte España experimenta una caída algo mayor que la de Corea del Sur, pero siguen alcanzando más medallas que antes de organizar los propios juegos. ¡Entre cuatro y cinco veces más que antes de Barcelona 92!
China desciende en el medallero desde la celebración de sus juegos, pero aún está por encima de los éxitos conseguidos con anterioridad a los mismos.
¿Será que los deportistas están más cómodos jugando en casa? ¿Será que les afecta el cambio de aguas cuando viajan fuera? No será por eso. Lo cierto es que los países donde se encuentra cada una de las ciudades organizadoras de los juegos implementan al alza programas deportivos –y presupuestos- desde que reciben la nominación, con la clara finalidad de quedar bien con la propia población y remachar así el efecto publicitario que supone su celebración. Los efectos no son baladíes, pues se puede multiplicar el turismo que se recibe a partir de ese momento u obtener un prestigio internacional que redunda en las exportaciones, por poner unos ejemplos. Sin embargo, lo que parece indicar la tabla es que, una vez disputados los juegos, cae el interés y el presupuesto. Tal vez esto sea razonable, pero se supone que los efectos de la celebración de los juegos incluyen la construcción de instalaciones deportivas que han de durar lustros y que han de permitir un efecto duradero en cuanto a la práctica deportiva de alto nivel. Pero previo a todo ello está la repercusión publicitaria y mediática que ha de llevar a los jóvenes a llenar esas instalaciones y a la construcción de otras nuevas. Y así sucesivamente.
Una vez más, afirmaciones que se hacen públicas cual dogma de fe resultan ser bastante inciertas.