General
Tuvimos la oportunidad de navegar por primera el Prestige 750 en su presentación mundial realizada hace unos días en Cannes. Loable sin duda del esfuerzo realizado por Jeanneau en su marca Prestige Yacht por ofrecer verdaderamente un barco de prestigio.
Textos y fotos: Pn y Prestige Yachts
De imponente debemos de calificar la primera unidad, por cierto ya vendida y con otras 4 en construcción, del Prestige 750, buque insignia de la marca Prestige Yachts que ha desarrollado con afán Jeanneau a partir de los dibujos del italiano estudio Garroni. Francamente bonito y diferente respecto a las últimas propuestas ofrecidas por Prestige Yachts con sus modelos 620 y los 450 con su versión “S”. Tras las obvias innovaciones estéticas, todo apunta a que Prestige Yachts ha encontrado definitivamente una línea muy definida para próximos modelos. ¿Precio? 2.435.000€ + IVA
Navegación
Con algunos "tics" de yate pequeño
A los mandos de un barco de 22,58 m de eslora total las sensaciones que nos ofrece son ya las de un barco, todavía de planeo, pero con un aplomo que invita a navegar de otra forma. De forma sosegada, tranquila, sin brusquedades, y avanzándonos mucho en las maniobras de giro dado que su radio de giro es obviamente bastante grande. Aprovechamos para decir que nos sorprende bastante para este porte el ángulo de escora, no por considerarlo peligroso, si no por nuestras percepciones respecto a nuestra experiencia con otras propuestas de estas dimensiones. Ello es debido a su manga contenida de 5,46 m y a su casco con una marcada gran “V”. Una forma idónea para navegar con mal tiempo a contra ola, que confiere mucha comodidad ya que las “uves” abren mejor el agua, pero probablemente no del todo idóneo para un barco de planeo de este porte dada su mayor escora en las viradas y su balanceo en el fondeo aumenta como luego cometamos.
Los registros de velocidad no están nada mal. Los dos motores Man de 1.200 Hp c/u impulsan sus 41 Tn mediante ejes directo insertados en túneles evolutivos a una velocidad máxima de 28 nudos, significando un consumo total de 418 L/h. Según su capitán su velocidad de crucero debe situarse en los 23 nudos estando nosotros también de acuerdo. Su consumo total en esta franja de velocidad a un régimen de 2.200 rpm es de 350 L. Alcanza el planeo a los 15 nudos. Su autonomía es de 320 millas a 22 nudos de velocidad quemando unos 290 L totales.
En nuestra larga conversación con su experimentado capitán, extraímos varios datos de navegación interesantes. El barco ha navegado con mal tiempo siendo precisamente su manga un factor a considerar en el rumbo, ya que las olas cogidas por las aletas hacen que el barco tienda a balancearse incómodamente. Cualquier otro rumbo resultará más cómodo para mantener el equilibrio a bordo. Tal como sospechábamos el efecto “vela” de su hardtop rígido en el sobrepuente, tiende a acentuar este hecho además de su profundísima forma de “v” de su casco que en su popa la quilla converge en unos formidables 17 grados. Esto es, según el capitán, probablemente lo más relevante en las navegaciones realizadas hasta ahora que, al parecer, no son pocas.
Desde el puesto de gobierno tenemos un control absoluto del exterior, aunque a algunos les pueda parecer que la visibilidad podría ser mejor. El puesto de mando está dotado con pantallas multifunción, tanto en el control, de los datos de navegación como el de los motores y sus datos de control. Esta primera unidad está dotada con un joystick que permite realizar las maniobras en puerto como las de una lancha o un yate de menor envergadura. El software combina la acción de las hélices de su transmisión directa con unas efectivas hélices colocada una a proa y otra a popa. Nos resulta algo extraño, no por incómodfo en mi opinión, gobernar el barco con la rueda entre las piernas, algo anecdótico, quizás, si consideramos que el piloto automático suele trabajar mucho en barcos de este porte. Dato interesante para los más técnicos: un potente giroscopio de 900 kg inmoviliza más que estabiliza el barco en los fondeos a 8.000 rpm dentro de su cardán. Curiosidad: 110.000€ añadidos para que el barco esté inmóvil durante los fondeos.
Habitabilidad
Para seducir al armador
Poco a añadir a la habitabilidad de un barco, ubicado en la franja de los considerados pequeños del segmento de los superyates. Posee 4 camarotes más el de la marinería profesional en el que pueden convivir adecuadamente una pareja compuesta por cocinera/o-ayudante y capitán/a.
Nos llama la atención las excelentes vistas que desde su gran salón en la cubierta principal. Unos ventanales enormes que animan a la vida contemplativa y a las grandes tertulias de sobremesa. En el umbral de la puerta de acceso se halla la cocina abierta full equip con campana extractora de humos y barra americana. Frente a ella una mesa para 6 comensales en una atractiva mesa de cristal.
La acomodación es sumamente atractiva para el armador que dispone de su camarote en un lugar de privilegio y elevado. Un camarote “king size” con su lavabo y un gran vestidor aparte. La decoración con maderas blanquecinas es contemporánea.
En la parte central del barco y en su cubierta inferior, se ofrece otro camarote doble con lavabo completo privado y un pequeño “office” y una gran grama centrada. Los invitados se sentirán muy felices y bien acomodados. En cada una de las bandas y en el mismo nivel, se hallan dos camarotes más con dos camas individuales en cada uno. Ambos camarotes compartirán un mimo lavabo ubicado en el pasillo.
La habitabilidad exterior es francamente confortable. Y tiene todo los indispensables en una eslora como ésta. Empezando por su sobrepuente con un hardtop corredero textil y todos los servicios como nevera, cocinilla/parilla además de dinette y solarios para tomar el sol. En la bañera nos llama la atención la cortina enrollable que se inserta y se extiende entre los dos puntales que soportan el voladizo donde se ubica el auxiliar izable con una grúa. A proa no podía faltar el solario con un buen toldo en su cabecera abatible.
Balance
La relatividad del concepto lujo
Qué duda cabe que Prestige Yachts ha culminado su corta andadura como marca independiente perteneciente a Jeanneau, con un barco interesante y realmente diferente a todos sus modelos Prestige precedentes. Un barco ambicioso que, sin duda, podríamos considerar el peldaño necesario para ese armador que mira hacia arriba en su evolución como armador.
Aún reconociendo de que estamos ante un barco atractivo, con unas líneas bellas exteriores que emulan claramente las de los superyates, debemos considerar que hay detalles que no le hacen justicia. Debemos decir que en esas apreciaciones intervienen pareceres innegablemente subjetivos sobre lo que es el lujo o lo que debe ofrecer un barco que aspira a ser de alto nivel.
Por ejemplo creemos que toda la importancia y magnificencia dada al camarote armatorial ubicándolo en la parte delantera del barco, no es completa por esa falta de ventanas de gran formato que un camarote de ese rango debe poseer y que se ofrecen ya en barcos de eslora mucho más pequeña y de carácter deportivo desde hace tiempo. Desde esos camarotes debemos poder ver preciosas puestas de sol o amaneceres desde la misma cama o, al menos, tumbados en un chaise-longue. Un detalle sorprendente es que acceder a los camarotes, incluido el del armador, debe hacerse de lado por su estrechez. Un barco de prestigio no puede permitir que se entre de lado. Por otro lado, aspectos como una cocina abierta quizás no sea la mejor opción para un barco de prestigio de ese porte… Como decíamos, nuestros comentarios los hacemos desde una perspectiva que puede no ser considerada por tener otra visión sobre lo que debe ofrecer un barco de 22 m de lujo… ¿O es que no es de lujo?
¿La eslora es lo que define al lujo? ¿El prestigio lo da el tamaño?
¿Un barco es refinado porque es sencillamente grande? Nosotros creemos que no. La sofisticación está en la estética, pero también en la ergonomía, en los detalles, en el estilo,… El Prestige 750 es un barco grande que todavía bebe demasiado de sus hermanos menores de gama. Los barcos que vengan con esloras superiores a los de este Prestige 750, deben olvidarse de lo que se hizo en los modelos pequeños de esta gama y empezar a andar con diseños propios, con estilos propios. A partir de estas esloras el armador puede que espere algo más que volumen y grandes vistas en el salón. Querrá algo más de refinamiento, de exclusividad. Querrá un barco más sofisticado como el que tiene el diseñador Garroni en su cabeza pero que las lógicas del mercado y el marketing de Prestige Yachts se encargan de rebajar.