Portugal apuesta por el surf. Es una jugada sincera. La he vivido. Sabedores de que reúnen, objetivamente, las mejores condiciones para desarrollar el surf, con infinidad de spots y buenos enclaves para la actividad de este deporte, las autoridades deportivas, municipales y estatales, conscientes del potencial que el surf tiene para la economía portuguesa, y que revierte positivamente en la sociedad, no han dudado en invertir importantes sumas de dinero –y eso que es un país ‘rescatado’ de la CE- y crear centros modélicos, destinados al alto rendimiento deportivo del surfismo.
Desde hace décadas, muchos ‘pros’ del surfismo internacional se establecieron en Portugal para disfrutar de sus olas y, como consecuencia, de su enamoramiento con este litoral, crearon escuelas para enseñar sus secretos en este estimulante entorno de la costa atlántica portuguesa. Ahora son los poderes públicos quienes apuestan firmemente por la creación de centros de alto rendimiento del surfing.
Las escuelas creadas por los ‘viejos rockeros del surf’, que después de cabalgar por Hawai, California, Australia y Sudáfrica, descubrieron la larga e infinita costa portuguesa, y se asentaron en ella, ya fueron pioneros en el viejo continente en eso de transmitir el conocimiento de su afición. Desde hace años son un referente en esta pedagogía, con ‘escuelas’ ubicadas en las playas de Peniche, Nazaré Viana do Castelo o en las praias de Aveiro. Pero lo novedoso, hoy, es que, ahora es la propia sociedad lusa la que potencia centros de alto rendimiento dedicado exclusivamente al surf.
El ejemplo más reciente es el Centro abierto este verano en la playa de Sao Jacinto, en la zona de Aveiro, que por lo que pude ver es un ejemplo modélico a seguir. Francia fue la pionera en este tipo de centros de alto rendimiento destinados al surf, auspiciado por sus dirigentes deportivos. Ahora Portugal se apunta el tanto y están invirtiendo en la construcción de unos centros que serán lugares emblemáticos para el surf.
El pasado 25 de junio se inauguró -cuando aún no era público que al surf lo elevaban a la categoría deporte olímpico- un Centro de Alto Rendimiento en Sao Jacinto. Está asentado en las dunas de la famosa playa, en la lengua exterior de arena de la laguna de Aveiro. Una funcional y espectacular estructura arquitectónica, perfectamente integrada en la praia, con el mejor estilo de la vanguardia de la arquitectura lusa. Un edificio impactante que alberga uno de los templos para perfeccionar el surfing. En un entorno privilegiado, frente a la costa que crea las olas más regulares del continente europeo, se va a preparar la élite mundial de esta disciplina deportiva.
El éxito está asegurado. Los impulsores del centro tienen claro que potenciar el surf, en todas sus gamas, forma parte de la recuperación económica de la zona. Así lo ha visto también la Comunidad Europea, que ha cofinanciado el proyecto. Es un espacio geográfico de largas playas, donde desde hace décadas ya existen escuelas y centros de enseñanza para aprender a cabalgar sobre las olas.
Un ejemplo a seguir
Sinceramente creo que lo que se está haciendo en Portugal es un ejemplo a seguir en nuestro país. Muchos profesionales del surf, asentados en las mejores zonas españolas para su práctica, regentan meritorias escuelas, tanto de aprendizaje como de perfeccionamiento. Puede que haya llegado el momento de pensar en crear Centros de Alto Rendimiento deportivo para el surf español.
En nuestro país existen excelentes lugares para aprender y disfrutar del surf, guiados por entusiastas surfistas, muchos de ellos conocidos deportistas que participan en los circuitos internacionales de la disciplina y que, por ellos mismos, ya atraen a muchos aficionados que quieren mejorar el cabalgar sobre las olas.
De todos son conocidas las mecas de estos aficionados, Moya en isla de Gran Canaria; la Caleta de Famara o La Santa, en Lanzarote; las escuelas asturianas de Ribadesella, San Juan de las Arenas o Rodiles; las de Cantabria de Mogro, Somo, Ajo; las vascas de Bakio, Sopelana, Mundaka, Algorta o A Lanzada en Pontevedra. El eje galaico-cántabro y las islas Canarias son el mejor campo de surfismo hispano, y esto hay que saber revalorizarlo. Con apoyos institucionales, deportivos y financieros, si es necesario.
Como dicen, no hay excusa que valga. Si hasta la fecha la formación surfera de élite se ha recluido a las escuelas de los ‘maestros surfistas’, ahora, con la elevación a deporte olímpico, el surf y la preparación de sus deportistas ha de pasar por unos centros homologados y de alto nivel de rendimiento deportivo.
Tenemos un claro ejemplo a seguir. Cercano. Portugal ha apostado por elevar la formación del surf, de forma sincera y natural. He visto un país donde los surfistas han encontrado de nuevo la ola. Tendríamos que seguir el ejemplo luso y apostar también por el surf, ya que tenemos unas zonas privilegiadas para su práctica. El estímulo de muchos surfistas, que ven ahora su deporte con la aureola olímpica, refuerza este anhelo.
No perdamos la ola, porque a veces, teniéndola tan cerca como la tenemos, no la sabemos aprovechar. Y esto es lo peor que puede pasar, cuando ves las olas de tu vecino y no valoras las que tenemos aquí. Evitar que esto no ocurra, pasa por consolidar un CAR, o varios, de surf, con el objetivo puesto en Tokio 2020.