De las diez clases que navegarán en Rio, en ocho tenemos el pasaporte para competir en los Juegos del 2016. Tan solo no nos hemos clasificado como país en las disciplinas de dinghi ligero individual femenino Laser Radial y en el pesado y clásico Finn. En el resto podemos ser aspirantes a todo en el compromiso de la vela olímpica. Y de estas ocho disciplinas en la que estaremos presentes, en seis ya se han designado a los regatistas que van tener el visado para representarnos en la XXXI Olimpiada.
Iván Pastor lo será en windsurf RS:X Masculino, Marina Alabau en RS:X Femenino, Joaquín Blanco en Laser Standard, JordiXammar/Joan Herp en 470 Masculino, Bárbara Cornudella/Sara López en 470 Femenino y Tamara Echegoyen y Berta Betanzos en el skiff FX 49er.
Con plaza de clase garantizada en los Juegos está el catamarán mixto Nacra 17, con Fernando Echávarri y Tara Pacheco, pero aún no nominados para sellar definitivamente su visado para Rio -que no se hará oficial hasta que concluyan las regatas que este fin de semana disputan en Hyeres (Francia)-.
Tambien el skiff olímpico 49er tiene plaza reservada para la Regata Olímpica, aunque hasta la clásica de Mendemblick (Países Bajos) a disputar en próximo mes, no se sabrá qué pareja de regatistas irá al campo olímpico, ya que en esta clase se la juegan a ‘una sola carta’, las dos parejas que son aún aspirantes a representar a España en ella, la tripulación formada por los asturianos Federico y Arturo Alonso y los cántabro-gallegos Diego Botín e Iago Lopez. Quien esté por delante en las difíciles aguas holandesas será quien irá a la olimpiada carioca.
Piques históricos
Tener buenos regatistas y en un alto nivel es un lujo para el deporte y un espectáculo para sus aficionados y seguidores, aunque sabemos que esto puede provocar algún desencuentro. El deporte es competencia pura, rivalidad al cien por cien. Por ello la lucha para alcanzar el éxito es dura y el objetivo último, más.
Esto no solo pasa en nuestro país. Ocurre en todas las naciones con tradición olímpica. Muchos recordarán las arduas polémicas despertadas en dilucidar qué regatista o regatistas podían representar en unos Juegos. Entre nosotros, y en nuestra historia, basta evocar las rivalidades entre Gónzalez de Córdoba y Félix Gancedo, de Mimi González, Theresa Zabell, Helena Montilla, Neus Garriga, Santiago López-Vázquez, Iker Martínez, Lucía Reyes, Alicia Cebrian, Blanca Manchón, Marina Alabau, Tamara Echegoyen, Silvia Roca, etc, etc, etc,
Todo ello demuestra que la vela está viva y vive en todos estos momentos donde la plenitud es necesaria para ser competitiva. Si no existieran estas dualidades, estas rivalidades, es probable que no tuviéramos el nivel que se necesita para estar a la altura de esta práctica deportiva. Es como la liga española de fútbol: es buena porque existen equipos como el Madrid o Barcelona con una más que probada rivalidad.
Estos días se ha desatado de nuevo la polémica olímpica. No es negativo. Demuestra que hay talento. En esta ocasión, la protagonista ha sido de nuevo la clase 470. La joven pareja formada por los catalanes Jordi Xammar y Joan Herp ha sido designada para representar a España en la clase en Rio. Y su asignación no ha sido muy bien asumida por sus más directos rivales, la veterana pareja canaria formada por Onán Barreiros y Juan Curbelo, que han mostrado su malestar por la elección de los catalanes. Y quieren demostrar que ellos son los regatistas más apropiados para estar en la Regata Olímpica. Incluso han recurrido a la Federación, para que rectifique la designación y han dinamizado un crowdfunding, para poder participar en las pruebas que se disputan estos días en Hyeres.
Como decíamos la polémica antes de los Juegos forma parte del repertorio preolímpico. En este caso el versus está entre una pareja que ha constatado sus virtudes y limitaciones y otra que tiene la arrogancia de ser una pareja emergente y con ganas de mostrar que puede estar muy preparada para enfrentarse contra los mejores en Brasil.
Veteranía versus juventud
A estas alturas nadie discute la calidad de Onán, ni su veteranía, ni su experiencia en campos de regata olímpicos, mundialistas y europeos. Han tenido tiempo y ocasiones para demostrar que son los mejores. Onán ha participados en los dos últimos Juegos. Pero también, muchos ven en la pareja Xammar/Herp un futuro que ya es presente y que los próximos Juegos han de ser los suyos.
Unos no han pasado el corte de forma holgada y convincente, puede que hayan quedado por debajo de las expectativas, a pesar de su veteranía. Demasiado igualados con sus rivales. Se podría decir, utilizando términos deportivos, que no han arrollado, que se han quedado a un punto, para ser convincentes. Otros, el impulso de su juventud los hace imparables.
En el fondo, cuando el deporte y sus deportistas llegan a este nivel, la calidad, la técnica, como el valor, se presupone en ambos equipos. Pero brillar y lograr el éxito, en el momento oportuno, es decir durante los días de la Regata Olímpica, solo se verá en el momento de la verdad. Y la racha ascendente de los más jóvenes parece imparable.
Solo si se gana la polémica quedará en el más absoluto de los olvidos. Mientras tanto…, pressing para todos y espíritu olímpico.
Angel Joaniquet