Se trata, habitualmente, de un sistema modular que puede instalarse a pocos metros de la línea de costa, sin afectar, en la práctica, a la zona de baño, y cuenta con un pequeño módulo en tierra donde se controla el cobro y se entregan los chalecos flotadores.
La implantación de nuevas actividades en la costa ha de contar con la previsión de usos por parte del Ministerio de Medio ambiente y de las Comunidades Autónomas que tienen cedidas la gestión de los usos de temporada de playas y el mar territorial, y las ocupaciones del dominio público marítimo terrestre.
La implantación de un parque acuático necesita de los correspondientes informes de proyectos y actuaciones a desarrollar en el Dominio público marítimo terrestre, y en general en el litoral, sin olvidar que es el municipio el que impulsa la implantación de usos costeros.
Este año 2013 han sido publicados algunos concursos para la implantación de temporada de parques acuáticos hinchables. Y a algunos ayuntamientos les ha cogido a contrapié.
Si bien para este año, a estas alturas de temporada, ya no hay tiempo material de instalación ni licitación de la ocupación, sí que puede ser el momento para preparar la del año que viene, puesto que son plataformas de éxito entre los más pequeños y los jóvenes y parece una moda que viene para quedarse.
En unos años, tal vez, junto con chiringuitos y ocupaciones en la playa, zona de hamacas y sombrillas, aparecerá en cada plan de usos municipal una zona dedicada a parque acuático hinchable, que deberá contar de la correspondiente autorización de costas, pago de canon y licencia municipal.
En los tiempos que corren debemos estar abiertos a nuevos usos y actividades sostenibles con la costa, que sean integrables en los usos de las playas urbanas, como las llama la reformada Ley de costas, exigiendo las máximas garantías de seguridad de materiales y de responsabilidad de sus gestores.
Jaume Prats
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