General
Probamos la Parker 850 Voyager de la mano del representante para España Náutic Luis en Empuriabrava. Navegamos con un producto redondo, ya que su concepción permite soñar con aventuras más allá de salidas de día e, incluso, más allá de un simple fin de semana.
Desde que entramos en contacto con la marca Parker hace ya algunas temporadas gracias al atino de Nautic Luís de selecionarla e incluirla en su portfolio comercial, hemos visto la evolución de una marca que entró con muy buen pie en el mercado español. En panoramanautico, hemos realizado bastantes pruebas de esta marca, de diferentes modelos con diversos programas de navegación y no nos cabe duda de que la 850 Voyager ofrece un gran estándar, tanto en el concepto de embarcación como en su nivel de acabados y, naturalmente, en prestaciones. Un modelo que mirado desde una cierta distancia, ofrece también una línea estética sobria y elegante sin perder su aura deportiva.
Navegación
Parker 850 Voyager, prestaciones y comodidad en navegación
Probamos la unidad dispuesta por Nautic Luis con un único motor, el fueraborda DF350A de Suzuki Marine con el conocido Dual Prop System (doble hélice). El astillero indica que también pude instalarse una doble motorización con 200 Hp C/u. como máximo. Entendemos que con una motorización monomotor de esta potencia es suficiente para la navegación costera ya que el mantenimiento y el consumo será para sólo un motor. Aquellos que quieran dos motores, lo querrán por seguridad ya que probablemente harán travesías más ambiciosas, pero también deberán afrontar dos mantenimientos y dos consumos.
Con los 350 Hp y su Dual Prop System alcanzamos con toda la seguridad requerida una velocidad de 44 nudos. No está nada mal. Una relación peso potencia excelente que nos permite, además del mejor agarre que confieren dos hélices, unas salidas/aceleraciones deportivas que rizan el vello. Si además sumamos el zumbido Suzuki que se “activa” a partir de las 5.000 r.p.m., la experiencia quita el hipo. Su velocidad crucero la establecemos en 30 nudos, lo cual no está nada mal.
En nuestra opinión, lo que más nos gusta de la 850 Voyager de Parker es la suavidad en la navegación. El motivo es su gran forma de “V” del casco muy apreciable en las fotos de popa ya que ésta llega hasta su espejo. Tres redanes por banda ayudan a la sustentación contribuyendo a un navegar rápido y suave ya que la apertura del agua de la quilla del casco se realiza con toda suavidad. La acción del trim modificando el asiento del casco en la línea de agua es muy efectiva y arroja diferencias en el rendimiento notables en el mismo régimen de vueltas. Recomendamos su uso.
La escora en las viradas algo radicales suelen ser pronunciadas en los barcos con casco con una gran “v” (deadrise). La experimentada en nuestros ensayos son muy asumibles por parte de tripulantes hipotéticamente cautelosos o no habituados al mar.
El puesto de gobierno ofrece, en general, toda la información pertinente respecto a la navegación de una manera clara, de un vistazo. La consola tiene la inclinación adecuada para la lectura de los tacómetros analógicos que quisiéramos instalar y los digitales de Suzuki, así como los datos de navegación en el plotter “hybrid touch” de Raymarine.
Asimismo también ofrece una guantera de red y un cómodo reposapiés bien inclinado que acentúa la comodidad del asiento hiperenvolvente graduable en altura y distancia del volante de tres aspas fijo. El mando electrónico Suzuki, que permite una aceleración gradual del motor, está un poco retrasado a nuestro gusto y el equipo HiFi resulta algo dificultosa la visualización de su display. El área está muy bien protegida del viento y de una hipotética mala mar gracias al parabrisas de tres hojas curvas al estilo “glastron”.
Habitabilidad
Parker 850 Voyager, modularidad y espacio
La Parker 850 Voyager ofrece una cubierta muy bien resuelta. Nos llama la atención la buena distribución de la bañera conectada cómodamente con el puesto de gobierno. Un área que ha aprovechado toda la manga de la embarcación ya que para acceder a la proa donde se dispone de un solario para dos (o tres), el equipo de fondeo y la salida al pantalán por proa gracias a su balcón de proa abierto.
De su cubierta principal destaca muy especialmente la capacidad de ensanchar las dos áreas existentes para los tripulantes. La zona de la bañera con su dinette, con una mesa en teca de doble ala, posee un sofá en “U” para 6 personas. Uno de sus altos y cómodos tres respaldos, el de más avante, es abatible creando una zona social en “L” al lado del patrón. Abatido este respaldo hacia popa, en la “L” caben hasta 4 personas. Sin abatir, caben dos. Nos resulta especialmente atractiva esta opción muy bien protegida, por cierto por la altura del francobordo de Br.
Las dos áreas se benefician de una gran nevera de cajón profundo situada bajo el banco polivalente separador de la bañera con dinette de la zona de acompañamiento del patrón. Justo en frente también advertimos de la presencia de un set de cocina completo con tapa asistida por un pistón de gas compuesto por un fregadero con agua caliente y fría, espacio para colocar un fogoncito de cartuchos y dos cajones de considerables dimensiones que entendemos que es para la estiba del menaje y/o comida.
El tercer espacio que nos llama igualmente la atención es la plataforma partida de baño que bordea el fueraborda Suzuki DF350A pero perfectamente transitable entre ellas. Además de su escalerilla de acceso al mar bajo tapa en Er. posee la opción de que se pueda abatir el respaldo de popa de la dinette creando un banco donde sentarse y participar del chapoteo de los invitados o los niños en el agua estando secos. Se trata, sin duda, de una cómodo lugar desde donde perder el tiempo.
Acomodación que invita a soñar
A la gran comodidad y protección de su exterior, su acomodación no se queda corta. Ofrece nada más y nada menos que cuatro plazas para dormir. Bajo el puesto de gobierno, tras la escalerilla de acceso, se halla una gran cama dispuesta transversalmente para dos. A proa existe igualmente una gran cama para dos, ladeada en la banda de Er. y ¡ojo! A la altura de las ventanas por lo que auguramos excelentes momentos recostados contemplando la vida y los paisajes exteriores.
La estancia la completa un WC compartimentado con inodoro eléctrico de enjuague, ventilación y un fregadero de vidrio muy efectista en la decoración general del habitáculo en el que, el que escribe (1,75 m) puede estar totalmente erguido sin tocar el techo. No advertimos ninguna grifería que pudiera usarse igualmente como ducha. El Water Closet ofrece espacio para la colocación de productos de uso personal y un espejo de buenas dimensiones.
Advertimos de la presencia de tres taquillas colgantes en cada amura, un set de dos armarios a diferente altura y profundidad para la colocación de ropa. Bajo la gran cama de proa existe espacio adicional para la estiba. La estancia ofrece una gran luminosidad gracias a sus alargadas ventanas de metacrilato laterales y cenitales así como la luminosidad procedente de la escotilla practicable que existe en el umbral del acceso.
Nos parece que el nivel de acomodación puede inducir a soñar con aventuras más allá del fin de semana. Síestamos ante una weekender en toda regla, es decir, podríamos pasar cómodamente un fin de semana completo a bordo. Pero a nosotros no se nos escapa la posibilidad de que alguien proponga una escapada de varios días más, su duración ya sería cuestión del grado de aventura que se quiera, realizando un crucero en toda regla. Lógicamente cuatro personas bien avenidas sería el máximo recomendable. ¿Por qué no?
Balance
Parker 850 Voyager, mucha idea y calidad
Este barco, de espíritu netamente escandinavo, construido en Polonia ofrece unos altos índices de calidad. Ya no sólo por la calidad de sus trabajos y en la calidad, por ejemplo, del acero inoxidable empleado, sino por la ubicación, también por ejemplo, de los asideros colocados siempre donde uno los busca instintivamente. Eso denota bastantes millas por popa de sus diseñadores y de la marca. Las bisagras que hacen pivotar los respaldos que modulan las tres diferentes áreas, son robustos al uso.
La distribución de las áreas y los pasillos de tránsito cumplen con las normas de la ergonomía cómoda y necesaria para una embarcación rápida. Las alturas de los respaldos son un claro ejemplo. Los detalles como los acabados en las juntas, con sus “sikaflex bien untados”, las terminaciones de la teca y el aspecto general del gelcoat, tanto en las paredes interiores en bañera como en los francobordos, denotan un excelente buen hacer. Nos llama la atención la protección metálica de la roda del casco que apostilla una robustez general bastante evidente a la vista y percibible a alta velocidad.
Las soluciones modulables que buscan esa polivalencia en la habitabilidad están muy pensada y bien ejecutadas. Nos gusta también mucho el escamoteado discreto del bimini, que en las fotos apenas se percibe.
Se trata pues de una embarcación atractiva que, aunque no posea un solario al uso típicamente mediterráneo, si lo tiene en su bañera si se opta por la mesa grande opcional que hará de base para su instalación. La unidad probada posee una hélice de proa, interesante standard para una mejor maniobra “anti-abatimiento”.
TSI – Tecnología de casco infusionado conndos “steps” o escalones
Un factor añadido en la 850 Voyager es la rigidez de su casco. Producido mediante la técnica de la infusión (TI), hace que éste sea más rígido estructuralmente hablando conteniendo su grosor que, al final, significa menor peso. A ello hay que añadir en sus escasos 6,99 m de eslora, dos “steps” o escalones, en su casco, algo para nada habitual en estas esloras en las que suele haber solo uno. Los escalones provocan un mayor rendimiento en el planeo con una menor necesidad energética por parte de los motores ya que el vacío provocado en esa zona produce como un rodillo espumoso que contribuye a sustentar y a hacer deslizar mejor el casco sobre la superficie viscosa del agua. Ello hace que, en realidad se requiera menos potencia para impulsar el desplazamiento del barco (peso), un aumento de su velocidad punta, disminución del consumo y, por tanto, también una mayor autonomía.