El éxito en las regatas A Dos pasa por una “exquisita” relación entre los dos tripulantes, algo nada fácil dentro de los límites de un barco, en una regata sin escalas donde no hay posibilidad de bajarse, y donde los seres humanos, inevitablemente, tienen diferentes experiencias y opiniones, o simplemente distintos modos de hacer las cosas. Así, desde prever cómo se desarrollará un escenario meteorológico, a cómo ajustar una vela o cuánto tiempo dejan una bolsa de té en agua caliente son cuestiones que, en un determinado contexto de estrés y presión, pueden provocar auténticas hecatombes a bordo. De modo que el dominio sobre sí mismo es una de las virtudes a valorar en este tipo de formatos de tripulación.
Alex Thomson, el patrón habitual del Hugo Boss, ausente la regata New York to Barcelona Race por motivos familiares, competirá a finales de este año en la Barcelona World Race con Pepe Ribes. “Para mí las mayores cualidades de alguien con quien compito A Dos son: debe ser tan duro como el acero, que no le importe no dormir, que no se canse de trabajar, y que básicamente esté dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar. Debes estar dispuesto a debatir a bordo el uno con el otro, feliz de tener que discutir las cosas, tener la piel gruesa. En definitiva, no es más que hacer un trabajo y hacerlo lo mejor posible. Además, tengo la oportunidad de mirar a Pepe a los ojos cuando bajamos una ola a 40 nudos y sé que él también está asustado. Eso marca las diferencias…”.
En la IMOCA Ocean Masters New York to Barcelona Race se produjeron diversas dinámicas entre las tripulaciones. La más típica es la relación “maestro-alumno”. A bordo del Safran, por ejemplo, navegando con el experimentado Marc Guillemot estuvo el talentoso joven ex Figaro y regatista olímpico en 49er Morgan Lagravière que, en última instancia, asumirá el cargo de patrón del nuevo IMOCA 60 del equipo, cuando sea botado.
Esta relación es similar a bordo del equipo Neutrogena, donde el español Guillermo Altadill, uno de los navegantes oceánicos con más cabos doblados en vuelta al mundo, ha tenido por compañero al chileno José Muñoz. Con una vuelta al vuelta al mundo en doble en su haber, no está verde ni mucho menos pero, al igual que Morgan Lagravière, nunca había regateado antes en un IMOCA 60. La vieja combinación entre un viejo veterano y un joven también era la combinación entre el gran experto Nandor Fa y Marcell Goszleth del Spirit of Hungary que finalmente se tuvo que retirar.
La disposición de Hugo Boss ha sido un poco diferente, al navegar con otro navegante español de gran experiencia, Pepe Ribes, el cual compite con el estadounidense Ryan Breymaier, que en este caso sustituyó a Alex Thomson para esta regata.
Breymaier dice que cuando se trata de tomar decisiones, tienen discusiones, pero como él es el sustituto, por lo general la última palabra es de Ribes. Por contra … “Estamos llevando la caña todo el rato, así que durante la guardia realmente no se puede hacer nada más. Recojo muchos datos y los miro, para luego tomar una decisión sobre el tema. Pero yo soy un sustituto a tiempo parcial, mientras que Pepe ha estado trabajando duro en esta regata desde hace mucho tiempo…”.
La relación más igualitaria se encontraba precisamente en la única tripulación mixta de la regata, formada por Anna Corbella y Gerard Marín, en el GAES Centros Auditivos.
Corbella describe su relación: “Ninguno de los dos impone su voluntad , ya que ambos llegamos generalmente a la misma conclusión, aunque a veces uno de nosotros es más convincente o se siente más fuerte ese día. Lo discutimos todo, todas nuestras decisiones son de carácter conjunto. Ambos somos muy tozudos, pero tal vez Gerard sea más impulsivo, y yo algo más reflexiva. Creo que es positivo, un buen equilibrio”.
Al igual que en solitario, los navegantes en doble de regatas oceánicas deben tener la más amplia gama de habilidades, que es en principio la diferencia de las regatas con tripulación completa. Como explica Guillermo Altadill: “En un barco Volvo hay una persona dedicada a cada puesto de trabajo, por lo que yo era trimer y timonel, pero nada más. En un IMOCA 60 soy el navegante, debo resolver todos los problemas mecánicos, tratar de ser un fabricante de velas y, básicamente, un gran experto en todo. Así que tienes más responsabilidad, pero también tienes más libertad para hacer lo que quieres. En el Volvo rara vez me fui a la proa del barco, en esta probablemente tendré que ir a la proa cuando estemos navegando a 40 nudos en popa y la proa pasando por debajo de las olas”.
Normalmente en tripulaciones dobles el trabajo entre los dos miembros del equipo se divide por igual, pero también hay una considerable cantidad de navegación en solitario cuando el otro compañero está descansando u ocupado abajo. El trabajo también se divide de acuerdo a las habilidades de cada individuo. En el Neutrogena, por ejemplo, Altadill toma las decisiones y se ocupa de la navegación, si bien comparte con Muñoz el trimado de velas, la caña y las maniobras.
Como un lujo añadido en esta regata, a bordo han contado con un tripulante de comunicación como Andrés Soriano, que podía ayudarles a llevar el barco, pero si podía realizar otras labores como cocinar para ellos y servirles café.
Aunque no haya ningún caso en esta regata, hay otros ejemplos de viejas “parejas de baile”, como el formidable dúo español formado por Iker Martínez y Xabi Fernández de gran éxito olímpico y en la Volvo. Tal vez este sea el mejor arreglo para una regata oceánica en doble, dos regatistas que están acostumbrados el uno al otro, que instintivamente saben sus puntos fuertes o débiles, lo que está pensando el otro, hasta el punto que casi no necesitan hablar. Un objetivo difícil teniendo en cuenta que cada persona es un mundo.