Aprovechando que en muchos países extranjeros es fiesta el próximo lunes 4 de mayo, el Salón Náutico de Palma se prolonga este año durante cinco días tratando de captar la atención de un público que cada vez confía más en el certamen balear, como es el visitante extranjero. El Salón tendrá un horario de 11.00 a 20.00 horas, con excepción del 1 de mayo, que cerrará a las 23.30 horas, día en el que habrá actividades destacadas.
El XXXII Salón Náutico de Palma, que se instala en el Poll Vell del Puerto, acogerá a 207 expositores -un 32 % más que el año anterior-, 117 barcos y 63 superyates de más de 25 metros de eslora.
El director de la Feria Náutica, Chema Sans declara que este año se ha producido “una comercialización extremadamente dinámica” con una ocupación del 100% de las parcelas disponibles, que incluso ha dejado fuera a 20 empresas interesadas.
El salón cuenta con dos exposiciones, una flotante que se extiende en 41.000 m2 y otra sobre tierra de 4.550 m2. El visitante encontrará hasta 2.800 marcas procedentes de 15 países, pero además podrá disfrutar de eventos paralelos como es la cita gastronómica “Tapa Mar” con un menú que se ofrecerá en los restaurantes que colaboran con el salón.
Por otra parte cabe destacar el área de exposición dedicada a los superyates, donde este año veremos 63 unidades de más de 25 metros de eslora, de los cuales el 70% son veleros. La embarcación de vela más grande tendrá 52 metros de eslora, mientras el promedio será unos 30 metros. En relación al año anterior, la eslora media de las embarcaciones ha crecido en tres metros, según informa el director del salón.
El salón tiene un coste de 450.000 euros que asumen las empresas privadas y los visitantes –la entrada de adulto cuesta 5 euros-, por lo que la administración ha aportado las instalaciones y los recursos, pero no dinero público.
En Baleares existen más de 1.000 empresas vinculadas al sector náutico de las cuales 340 son sociedades mercantiles que mueven alrededor de 340 millones de euros anuales, lo que refleja la importancia del salón en términos económicos.
El objetivo es unir “ocio y negocio” y que el evento siga creciendo año tras año con los beneficios económicos y turísticos que suponen para Palma.