Este nuevo acceso, situado en el Portal de la Paz (plaza del monumento a Colón), acerca la entrada del Museo aún más en la fachada litoral de la ciudad, ancestral punto de entrada de la vida marítima y marinera hacia la ciudad. Además, lo hace más accesible a su entorno urbano, porque facilita la visibilidad de este equipamiento de primer orden a las olas de peatones y turistas que invaden diariamente esta zona de la ciudad.
Más que de una puerta de acceso, deberíamos hablar de un vestíbulo de 820 m2 y 13,5 metros de altura. Una gran sala hipóstila que introduce al visitante en la magnitud de las dimensiones del espacio expositivo que la sigue. Un espacio que ahora es más accesible que nunca, debido también a la transparencia de los muros exteriores que dan a la avenida de las Drassanes, que se han sustituido por grandes vidrieras. Esto facilita que el interior de las Atarazanas, y todo lo que pasa, interactúe más activamente con el exterior, y que el Museo sea aún más permeable a su entorno ciudadano.
Este nuevo gran espacio de bienvenida permitirá mejorar los servicios tanto de taquillas e información, como de guardarropa, antes muy reducido. Además, alojará la nueva tienda del Museo, que ahora tendrá un diseño circular muy innovador. Esta redistribución de los servicios ha permitido casi doblar el espacio destinado al servicio de cafetería y restaurante, que lucirá una cara renovada gracias a las obras de ampliación.
También acogerá una sala expositiva gratuita situada un piso por encima de las taquillas, donominada Espacio Mirador -porque tiene la particularidad de estar abierta, como si fuera una terraza con balconada-, desde donde se podrá disfrutar, por un lado, de la vista elevada del vestíbulo de la sala y, por otro, de una vista elevada del espacio expositivo interior de las Naves de las Atarazanas, a través de una gran pared de vidrio que separa los dos espacios. Además, esta sala contará con una programación de exposiciones regular a lo largo del año. El 23 de enero se inaugurará también la primera exposición de este espacio, Llaverias i el mar, que conmemora los 150 años del nacimiento del artista.
En el Espacio Mirador se suman también los dos espacios de escaparate situados en las vidrieras de la fachada de la entrada, que cuentan con más de 70 m2 cada uno, y que introducirán a los visitantes en la Colección del Museo a través de recreaciones ambientales o escenográficas que tratarán diferentes temáticas. Uno de estos espacios será accesible al público y susceptible de ser visitable. El nuevo vestíbulo contará también con dos atractivos como son la ballena-velero, una escultura metálica, articulada y con movimiento que colgará del techo del vestíbulo, diseñada y construida por el artista Raúl Beteta; así como la gran ilustración Retro iluminada del litoral barcelonés, hecha por Xavier Mariscal y situada en la zona de taquillas.
La dirección facultativa de la obra es de Josep Bohigas, Victoria Garriga y Toño Foraster. Con esta inauguración, el Consorcio de las Atarazanas Reales y Museo Marítimo de Barcelona concluye un proyecto de restauración que inició hace ya más de 25 años con el Plan de Actuación y Ordenación de las Reales Atarazanas de Barcelona aprobado en 1986.
Día y hora de la inauguración: 23 de enero a las 12.30 h
Puertas abiertas al público: 23 de enero (13-20h) y 24 de enero (10-20h)