La Asociación de Instalaciones Náutico Deportivas de Baleares, ANADE, reclama la unidad de todos los municipios de las islas donde se asientan marinas secas ilegales de almacenaje de embarcaciones en suelo rústico para acabar con esta práctica. Una actividad que, además de suponer un perjuicio económico para las arcas públicas y una competencia desleal para los varaderos y naves que realizan su actividad conforme a la normativa, acarrea importantes problemas medioambientales y de salud pública.
La patronal mayoritaria del sector aplaude la medida impulsada por el Ayuntamiento de Andratx para combatir, vía decreto, esta práctica y hace un llamamiento a las localidades afectadas, a la Federación de Entidades Locales de les Illes Balears (FELIB) y a las administraciones competentes para que apoyen “una iniciativa que marca el camino para poner fin a una problemática que el sector náutico lleva años denunciando”, destacan desde la asociación.
La patronal recuerda que el problema de explotación comercial ilegal en suelo rústico de las denominadas marinas secas afecta a municipios de todas las islas y además de suponer un competencia desleal para los varaderos, así como para las naves legales de almacenaje de embarcaciones en polígonos industriales que cumplen con la normativa, representa un perjuicio económico para las arcas públicas, que dejan de ingresar los impuestos correspondientes y comportan otros graves problemas.
En este sentido, ANADE denuncia que estos espacios, muchos de ellos localizados en Áreas Rurales de Interés Paisajístico (ARIP), no cumplen con las estrictas medidas de seguridad exigidas por normativa “representado un peligro para la salud pública, especialmente para menores que pueden acceder a estos terrenos, en su mayoría carentes de vigilancia o de cualquier tipo de control, y a las embarcaciones que se alojan en ellos con el consiguiente riesgo de accidente”, apuntan.
La patronal señala que la falta de seguridad y medidas de control provocan también daños medioambientales y una contaminación estética del paisaje rural “por los vertidos que pueden darse desde algunas embarcaciones al terreno, así como por las que son abandonadas por sus propietarios tal y como sucede en las marinas”, argumentan dese la asociación. En este sentido, la patronal recuerda que las naves y varaderos que desarrollan su actividad de manera legal cuentan con instalaciones perfectamente adecuadas y con todas las garantías de seguridad y medidas ambientales para minimizar el impacto ambiental y el riesgo de accidentes.