La Confederación Española de Asociaciones de Clubes Náuticos (CEACNA), cuya masa social se estima en unas 200.000 personas, reitera su apoyo al Club Marítimo Molinar de Levante (CMML) de Mallorca y emplaza a los organismos públicos Autoridad Portuaria de Baleares (APB) y Ayuntamiento de Palma a que cumplan la Ley y permitan que el proyecto de ampliación de esta entidad histórica se tramite «conforme a derecho y sin injerencias».
La Ley de Puertos del Estado, recuerda la CEACNA, es muy exigente con las ampliaciones, tanto en la tramitación como en las garantías medio ambientales, y no es por tanto necesario que el Ayuntamiento de Palma se arrogue competencias que no le corresponden y trate de hacer prevalecer argumentos de tipo político por encima de las normas legales vigentes.
La intención expresada por esta corporación de catalogar y proteger la sede del Club Marítimo Molinar de Levante, el más antiguo de España y el decano de los de Baleares, es una maniobra que sólo busca entorpecer e introducir confusión en un proceso administrativo en curso. El edificio social del CMML carece a todas luces del valor arquitectónico y patrimonial que le atribuye el Ayuntamiento, hasta el punto de que sus cubiertas son de uralita.
La CEACNA recuerda que el proyecto de ampliación del CMML responde a necesidades muy claras. Por un lado, pretende garantizar la seguridad de un puerto que se ha quedado obsoleto y que sufre desperfectos importantes cada vez que se produce un temporal. Por otro, es consecuencia de un imperativo legal, dado que el CMML viene obligado a realizar una importante inversión si quiere optar a la renovación de su concesión, que expira en 2018. En último término, cabe destacar, contra lo que pregonan la propia autoridad municipal y las plataformas opositoras a la ampliación, que el plan no es el de un “macropuerto” para “superyates”, sino el de una instalación para 150 amarres de hasta 15 metros perfectamente dimensionada y acorde a los requerimientos de la flota recreativa actual.
El Club Marítimo Molinar, que mantiene contra viento y marea sus actividades deportivas para la base a pesar de la precariedad a la que se ha visto inducido por la incertidumbre sobre su renovación, forma parte del patrimonio náutico inmaterial español. Su historia centenaria narra la evolución de la tradición marítima recreativa y es, por tanto, un bien irrepetible que debe ser protegido. Ninguna solución u ocurrencia que implique su desaparición o deslocalización es aceptable, de ahí que resulte paradójico que el Ayuntamiento hable de conservar el patrimonio mientras sus acciones abocan a los 300 socios del Club Marítimo, la mayoría de ellos gente humilde y trabajadora, a perder para siempre su lugar de ocio y reunión.
Los clubes náuticos españoles tampoco ven justo que todos los vecinos del Molinar hayan podido reformar sus viviendas, en muchos casos sin respetar el original ni el entorno, y ahora se opongan a que un club con 100 años de historia se modernice y pueda seguir llevando a cabo su labor social y deportiva en unas instalaciones sostenibles y adaptadas a las necesidades reales del sector en el que opera.