General
Lo último de la gama ténder de la sueca Nimbus” es la T8. Se trata del tercer modelo de esta gama y, sin duda, el más deportivo. Un diseño netamente sueco donde prima tanto la funcionalidad como el rendimiento. De la mano de Nautic Luis, la probamos en aguas de la bahía de Roses, Girona.
De hecho, la T8 de Nimbus Boats es lo que ahora se conoce como un day-boat, es decir, un barco para pasar el día que también podríamos calificar del tipo walk around ya que se puede transitar alrededor del puesto de gobierno libremente y con toda seguridad. La T8 de esta firma es ya el tercer modelo, T11, T9 y T8 con estas características y se presentó oficialmente en el Boot de Düsseldorf 2020. Unas características muy llamativas comunes con otros conocidos astilleros que han irrumpido en el mercado mundial con notable éxito. ¿Se podría llamar como la vía escandinava en el nuevo diseño de barcos? Barcos que tienen en común, a grandes trazos, diseños sobrios, modularidad bien entendida, excelentes acabados y prestaciones. La T8 de Nimbus Boats es un claro ejemplo de ello.
Navegación
Nimbus T8, velocidad y seguridad
Por los dos escalones que muestra su casco, curiosamente muy cerca el uno del otro, sabemos que estamos ante una propuesta de prestaciones. Su atractiva proa posee el ancla insertada en el casco sin peligro de que toque la roda al fondear. La hélice de proa es muy eficaz e impide que abata con las rachas de viento.
Con una lenta progresión y el sistema ZipWake de trimado automático de los flaps activado a la mitad de su sensibilidad graduable, vamos dando al gas hasta alcanzar una velocidad máxima de 47 nudos a 6.000 revoluciones por minuto. Al acelerar, el planeo y la sustentación del casco es inmediata y parece que vayamos de puntillas sobre la superficie del agua, como flotando. Constatamos, sin hacer matemáticas, que la relación peso potencia es óptimo ya que alcanzamos el planeo en 4 segundos. Los steps o escalones ayudan en esa optimización de la energía propulsora. Ponemos la T8 a una velocidad crucero alegre, a 4.500 vueltas que equivale a decir, 32,5 nudos. El consumo es a este régimen es de 50 L/hora, es decir, 1,57 L/milla
A este régimen el Verado V8 de 300 caballos de Mercury ofrece aún esa rabiosa patada que probamos una y otra vez convenciéndonos que los 300 caballos instalados son los ideales… y la potencia máxima admitida. La T8 no precisa ni más ni menos potencia.
Aprovechamos, con la confianza de Nautic Luis, para hacer un poco el “indio” llevando al límite las posibilidades que la potencia del Verado V8 proporciona. Percibimos toda la potencia con un buen control al volante. La Nimbus T8 se muestra ligera y muy maniobrable a alta velocidad. Y podemos hacer un cambio de rumbo súbito sin comprometer nuestra seguridad. El inevitable pantoqueo del mar rizado con una incipiente marejadilla es sordo.
La forma de “uve” del casco hasta el espejo de popa abre bien el agua a contraola, haciendo que la navegación sea cómoda. El momento de mayor eficiencia del casco es cuando navegamos a 29,5 nudos, es decir, a 4.250 revoluciones por minuto. A ese régimen de crucero el consumo por milla es el más escaso, es decir, 1,42 L por milla. A este régimen la autonomía es de 164 millas aproximadamente. Las viradas abiertas a alta velocidad son poco pronunciadas y más con la ayuda del autotrimado de los flaps que nos compensa el efecto vela del top. En cambio las viradas en corto son pronunciadas por la naturaleza de su casco y siempre seguras. No hay indicios de cavitaciones y ventilaciones por lo que concluimos que el montaje del motor es también perfecto. En el puesto de gobierno, el control es absoluto. La lectura del plotter y los datos de control del motor es fácil. Y estamos bien parapetados tras el parabrisas. Sólo con cambiar nuestro apoyo en la base abatida del asiento o simplemente al sentarnos, nos protegemos del fuerte flujo de viento en la cara.
Habitabilidad
Nimbus T8, modularidad funcional
La bañera está compuesta por una mesa abatible suspendida desde el molde. ¡Qué bien no habrá que montar la pata habitual en el suelo! Al pivotar 180 grados las dos butacas del puesto de gobierno, se forma una dinette para cinco o seis personas. Destaco la delicadeza en la realización de la mesa así como la calidad de los tapizados que, con el rojo de esta unidad confiere a esta T8 una mayor estética deportiva. Existen dos opciones más de tapicerías con tonos más discretos.
El banco de popa, de respaldo abatible en tres posiciones, ofrece espacio para unas tres personas. Es interesante percatarse de los reposabrazos tipo visera que “recogen” a las dos personas de los extremos ofreciéndolas una mayor seguridad. Desde los extremos del banco, los allí sentados alcanzan bien el candelero de las bandas para agarrarse a falta de unos asideros específicos. Bajo este banco se halla una oportuna nevera eléctrica tipo cajón de alta capacidad.
Es interesante decir, que en opción y complementando la nevera, se puede instalar un fogón a gas escamoteable en la pared izquierda del puesto de gobierno, justo al lado de la entrada al camarote. ¡Me encanta la funcionalidad de la T8!
Como decíamos, el respaldo del asiento tiene tres posiciones que se accionan manualmente. La primera es la que resulta de no abatir el respaldo, que ofrece tanto un lugar donde sentarse orientados a popa, como el asiento que da a la dinette. Si abatimos parcialmente el respaldo, creamos a popa un asiento donde podemos reclinarnos y estar todavía erguidos. Si lo abatimos totalmente se crea una superficie totalmente plana a modo de solario convencional para unas dos personas. ¡Sencillo y genial! Debajo del solario hay espacio para la estiba.
Las dos plataformas de baño, no son muy grandes pero si lo suficiente como para acceder al mar o salir con seguridad gracias a una robusta y vistosa escalerilla telescópica con pasamanos tipo piscina en una de ellas. Vale la pena optar por tener el arco aunque no se practique el esquí o el wakeboard ya que ofrece un punto de agarre e incluso de apoyo muy cómodo a los que estén de pie hablando o transitando por esa zona. En las dos aletas tenemos dos cofres y aunque las aperturas parecen pequeñas, por ellas pasan bien hasta cuatro defensas en cada una para su estiba.
La disposición de los elementos en el puesto de gobierno está bien resuelta. Su consola ofrece en su centro un plotter combinado de navegación y control del motor y un control automático de los flaps de la reputada marca ZipWake. Sorprende y nos alegra contar con un compás magnético clásico para no confiar exclusivamente en el de la electrónica. La botonera de los servicios es de fácil interpretación y la palanca del gas está ergonómicamente bien instalada.
Frente al volante orientable gracias a su rótula, se dispone de una minúscula guantera para poner un móvil o unas llaves como mucho. En ella vemos una salida de 12 voltios y una de conector USB, ambas debidamente protegidas con sus tapitas. Hay más espacio adicional para pequeños elementos en unos huecos encima de la consola además de 4 portavasos inmediatamente detrás del parabrisas. El equipo de música está en la pared vertical de la izquierda desde donde nos percatamos de un reposapiés abatible para el acompañante del piloto. El piloto tiene el suyo integrado en el molde de la consola. Sentados o de pie apoyados en la base abatible del puesto de gobierno, tanto el piloto como el acompañante disponen de muchas opciones de agarre en navegación.
La entrada y salida al puesto de gobierno es fácil y rápida. Nos llama la atención el top-rígido realizado en un policarbonato ligero y translúcido que suplanta bien a los conocidos textiles u otras estructuras rígidas. El detalle es que al ser translúcido matiza la luz actuando como algunos biminis realizados en mallas textiles, disipando el calor directo. En la estructura tubular en negro tipo “ranger” que soporta el top, muy bien arraigada por cierto en la cubierta y en la sobreestructura del camarote, vemos unos cuantos leds. El mástil de la luz todo horizonte posee una plataforma para instalar un radomo de radar pequeño o mediano.
A proa tenemos, sobre la pequeña sobreestructura del camarote, un lugar donde, -a los sumo- se pueden sentar dos personas. Cuenta con un asidero en cada banda pudiéndose estar allí en navegación, eso sí, yendo a una velocidad moderada según el estado del mar. Abriendo la tapa asistida bajo la colchoneta, podemos entrar elementos grandes como cañas de pescar o bolsas de viaje o simplemente podemos ventilar el interior. Esta apertura sustituye la obligada por ley escotilla de escape por lo que su tamaño permite que salgamos por ella. A proa nos gusta la gran distancia entre candeleros que permite embarcar por proa cómodamente. El pozo del equipo de fondeo que hay bajo la tapa, es profundo y alberga el molinete y sistemas de cabitos para colgar cabos de amarras adujados. Encima de la tapa, la forma del molde parece invitarnos a colocar una colchoneta fina donde sentarnos de espalda al sentido de la marcha, encarándonos a los que estuvieran sentados en el solario.
Nos percatamos del nuevo sistema de botones para sujetar los acolchados que sustituyen a los clásicos botones a presión. Desde la proa debo decir que la calidad de todos los aceros y sus soldaduras, cierres, bisagras, pistones, botoneras, gomas sellantes, el cintón, cornamusas, etc… son de excelente calidad.
Nimbus T8, cabina espartana de calidad
Es un interior bastante espartano, sin duda, pensado para el descanso ocasional. La apertura mencionada antes, es de un gran atractivo desde esta perspectiva y contribuye como un interesante contrapunto al color blanco dominante. Existe un cofre junto a la escalera de acceso que, opcionalmente, puede ser un fregadero, que nunca viene mal. Naturalmente bajo las colchonetas existe espacio para la estiba. Las únicas distracciones visuales son los guardamares de madera en las amuras, las lámparas de lectura orientables y los prácticos saquitos portaobjetos textiles a la entrada. Precisamente el lavabo cerrado con su WC marino se encuentra a la derecha, al adentrarnos en esta austera acomodación.
Balance
Nimbus T8, un fusible de seguridad para los poco experimentados
La T8 de Nimbus es un auténtico cañón. Una barca 100% deportiva. Deportiva con solvencia en el sentido de que gracias a su casco y a sus steps ofrece unas prestaciones muy potentes con los 300 caballos del Mercury Verado. La motorización adecuada que resulta ser la máxima admitida.
Con el efecto vela que produce el top rígido al viento, hace que el barco escore hacia un lado. Nautic Luis ha acertado de pleno con la instalación del ZipWake que no es más que un sistema de trimado de flaps automático. Se puede activar o desactivar. Es un accesorio interesante para un barco con tops.
Podríamos considerar la Nimbus T8 como un barco ideal de prestaciones para aquellos navegantes menos habituados a los extremos. Si, ocurre que a esas velocidades alcanzadas, los barcos exigen habitualmente un control o autocontrol preciso por parte del piloto. Con la Nimbus T8, el nivel de exigencia es menor porque la seguridad pasiva, (fiabilidad de rumbo, estabilidad, robustez, escora…) que muestra al navegar a un régimen alto protege de algún modo al inexperto más entusiasta. La Nimbus T8 se muestra como un auténtico fusible para aquellos tentados de hacer diabluras con los sensitivos 300 caballos desbocados del Verado Mercury. La Nimbus T8 desprende seguridad.
La gracia final de la propuesta de Nautic Luis es que la homologación en España, por debajo de los 8 m de eslora, hace que no se deba abonar el llamado “Impuesto de matriculación”, ese +12% añadido sobre el valor del barco. Una buena nueva en un barco tan seductor como es la Nimbus T8.