General
Más de 50 años avalan a la marca Nimbus Boats. Y en los últimos tiempos, hay que reconocerlo, la marca se ha abierto más que nunca al mercado internacional. Y lo ha hecho con una renovación de modelos que está teniendo mucha aceptación. Si hace poco presentamos la Nimbus 9W, ahora le toca el turno a la poderosa Nimbus T11.
Y naturalmente Nautic Luis, el importador para España de la marca sueca, nos facilitó probarla, testarla, fotografiarla y hasta hacer un pequeño clip durante la jornada que estuvimos navegándola en aguas de la bahía de Roses.
Con el vuelco dado estas últimas temporadas a los diseños de Nimbus Boats, la marca ha obtenido una renovada atención por parte del mercado. No es que no fueran apreciados sus modelos anteriores, siempre construidos bajo el prisma de la alta calidad, si no que precisamente no lo eran tanto como los que últimamente ha ido presentando. Eran barcos con un sello “demasiado orientado” a su mercado interior y/o probablemente al gusto medio de los aficionados de la europa más septentrional, por tanto, alejados del gusto meridional europeo. Con los últimos Nimbus, especialmente con el reciente 9W (ver nuestro videotest) y el nuevo Nimbus 11 T parece que se han roto barreras definitivamente también en el mediterráneo. Presentamos el Nimbus 11 Ténder.
Navegación
Nimbus 11T, concebida para navegar rápidos y cómodos
Basta con observar la línea general de la reciente Nimbus 11T para percatarnos que este barco, planteado también como posible ténder o auxiliar de megayates y gigayates, es veloz. Y no lo decimos únicamente porque muestre dos escalones en su casco para optimizar la potente propulsión de dos fuerabordas Mercury 300 V8 Verado, que también. Si no que su línea responde a esos perfiles espigados, con manga moderada, 3,46 m, y a esos francobordos relativamente bajos y suficientes para obtener la imprescindible protección del agua proyectada. Y eso es así porque el astillero sabe que para no mojarse lo necesario es hacer que el agua despedida de sus redanes salga proyectada por donde debe, es decir, a partir de la mitad de su eslora. Si eso es así, no hace falta preocuparse pues de levantar grandes amuras y francobordos para evitar las salpicaduras del mar. La Nimbus T11 se ofrece con dos opciones más bimotor: Con dos Mercury 350 Verado L6 y con motores medio-intrabordas Volvo Penta D4 320 Hp DPI y transmisiones de cola.
En nuestros ensayos , a pesar de su desplazamiento, más de 5.600 kg para sus 12,4 m de eslora total, alcanzamos algo más de los 40 nudos a 6.000 r.p.m. con 6 personas a bordo y con el peso del 60% del combustible disponible. Lógicamente se dejan notar el trabajo de los dos “steps” que contribuyen a un menor roce del agua en el casco. A este régimen la velocidad se nos hace corta puesto que vemos que el aplomo de la embarcación sobre el mar puede aguantar, sin duda, mucha más potencia en la popa y navegar mucho más rápidos con una sensación de seguridad absoluta. Subimos un poco la palanca electrónica del gas hasta situarnos en una velocidad de crucero briosa de 30 nudos con un consumo de 90 L/H, es decir, 3,9 L/milla. La velocidad óptima en planeo para obtener el menor consumo por milla posible por tanto la mayor eficiencia del casco, 3,8 L/milla, es de 31,5 nudos a 5.000 vueltas.
Percibimos una suavidad en el navegar pasmosa y al cruzar estelas ajenas por ausencia de olas, su casco con una forma de “V” profunda trabaja de lo lindo ensordeciendo cualquier leve pantocazo. Con este barco nos apetece más que nunca hacer un poco “el indio” y llevar un poco a los límites sus capacidades. Y lo hacemos pilotando. Los virajes y contravirajes súbitos dan confianza tanto al que pilota como a los tripulantes ya que las escoras, siendo algo pronunciadas como es lógico en una embarcación de manga contenida en relación a su eslora y a su casco con una forma de “V” muy marcada, no infunden temor. La respuesta a la rueda es rápida ante un hipotético obstáculo en el mar. La estabilidad en reposo de la Nimbus 11T es excelente y a ello contribuye su centro de gravedad bajo, cualidad importante para los momentos de fondeo.
El puesto de gobierno da cabida a tres personas sentadas, excelentemente parapetadas del viento y para dos más de pie en las bandas gracias a los grandes asideros que se ofrecen y los puntales anti-cimbreo del top rígido. Desde el puesto de gobierno, controlamos todo el perímetro con facilidad. La distribución de la electrónica para la navegación, dos pantallas Garmin de 12”, que además de ser plotter también ofrecen los datos de los motores Mercury, el Skyhook, o ancla virtual de Mercury y el display de los flaps tipo intruder o de cortinilla de Humphree, equipo de música, joystick y las palancas electrónicas del gas, están bien distribuidas e instaladas en el espacio disponible. A estribor, al lado del pasamanos se ofrecen dos discretas guanteras y otra, con guardamar, a la derecha del piloto. El volante es graduable en su inclinación al ser de rótula. Y se ofrece un reposapiés abatible estrictamente para el patrón.
Habitabilidad
Nimbus T11, la modularidad precisa
Esta Nimbus ha aprovechado bien las posibilidades de la modularidad. Una modularidad que no esclaviza al armador y en la que las “piezas modulables” no son de quita y pon y deban estibarse lo que hace que ésta modularidad sea realmente práctica.
Nos referimos esencialmente a la bañera en donde se haya una dinette formada por una mesa de doble ala que la bordea en firma de “U”, en una posición inicial de sus elementos, dos bancos dobles. Estos bancos pueden ofrecer hasta 6 combinaciones más conformando diferentes figuras que mostramos en las fotos. Estas figuras siempre quedan recogidas en una área-isla por la que se puede transitar por las dos bandas hacia la gran plataforma de popa en cuya banda de estribor hay una escalerilla de baño muy cómoda. En una de las posiciones de la dinette, al abatir el respaldo de popa, se prolonga el solario de popa bajo el cual hay un interesante espacio para la estiba haciendo juego con los cofres de estiba de cabos de las aletas. A este mega-cofre se puede acceder levanto la tapa eléctricamente con dos pistones desde la dinette o bien mediante una tapa bajo la colchoneta. La bañera puede estar protegida de sol, bajo un toldo tipo haima con dos puntales o con un toldo retráctil que surge del top.
Tras el puesto de gobierno, es decir, frente a la dinette se dispone de un gran set de cocina de unos 2 m de largo, con una tapa (que no posee deflector de calor), que ofrece un fregadero circular en inox. suspendido sobre el corian de la superficie de trabajo, y una superficie vitrocerámica de dos fogones. Dos grandes neveras de cajón dan servicio juntamente a los dos otros cajones para el menaje ubicados bajo los 2 asientos pivotantes de la dinette.
El encanto de su proa
Transitando por los profundos pasillos laterales cuyos francobordos nos llegan inivialmente casi a la cintura, subimos un escalón y alcanzamos la proa que dispone, sobre la sobreestructura, de un solario para dos. A ambos lados del solario se encuentran dos portavasos. En este tramo no falta un largo asidero y los guardamancebos en la borda donde agarrarse. En su extremo, observamos un asiento para dos, un lugar privilegiado donde estar en navegación, con sendos asideros en sus extremos. Bajo el asiento, se nos aparece una apertura muy útil que da al cabecero de la cama del camarote para la ventilación y para la estiba rápida de las colchonetas de esta zona. La salida por proa al pantalán es amplia y muy segura por encima justo del cofre del equipo de fondeo
Acomodación bien resuelta
Al deslizar el metacrilato curvo de la entrada nos aparece un área luminosa gracias a los largos acristalamientos de las amuras y a los pequeños ribetes visibles en los laterales de la sobreestructura. El mobiliario, con maderas color roble, en la más típica tradición de las marcas suecas, y una tapicería beige, contribuyen a una sensación con contraste.
A proa advertimos una cama doble elevada por lo que podrá contemplarse el paisaje a través de los grandes ventanales no practicables si nos erguimos contra la pared del cabecero. Dicha zona, con estantes y guardamares en las amuras y un mueble bajo se añade a la capacidad de estiba. Frente a este mueble se halla el habitáculo cerrado, curiosamente no ventilado del WC que posee un lavabo completo y una ducha aparte. A la derecha de la entrada del WC, advertimos la presencia de otra que nos conduce a una conejera bastante holgada de cama doble dispuesta longitudinalmente en sentido marcha bajo la posición del piloto en el puesto de gobierno.
Balance
Nimbus, T11, la simplicidad pensada
La calidad se puede manifestar de muy diversas formas. La más obvia es en los acabados. Otra puede ser el diseño o estética general de la embarcación así como sus prestaciones marineras. A nosotros nos gusta referirnos también a otro aspecto quizás más sutil: la simplicidad. Probablemente no haya nada más difícil que diseñar las cosas para que sean simples de concepto y a la vez completo. Ofrecer lo máximo con simplicidad es, sin duda, un ejercicio difícil de desarrollar y aplicar industrialmente. Se trata, en definitiva, de saber detectar qué es lo esencial y qué es lo superfluo y saber obviar, precisamente lo superfluo, lo innecesario. Es, sin duda, una difícil línea de discernir para no caer en la falta de equipamiento y/o funcionalidades.
Precisamente creemos que la Nimbus T11 es una embarcación muy pensada ya que, a nuestro entender, resulta muy evidente la labor de omisión de cosas superfluas. En este sentido, esta labor de síntesis la vemos, fundamentalmente, aplicada en la modularidad de su bañera. Con dos asientos de dos plazas, se pueden ofrecer hasta 6 combinaciones en la configuración de la misma. Nada sobra, nada falta. Sin complementos y con facilidad que no agobia para nada al armador. Ni más, ni menos. Con lo justo y necesario para ello. Precisamente una simplicidad que también advertimos en los sistemas de sujeción de los acolchados en los asientos de la bañera, mediante cintas integradas en los textiles que se ajustan a las estructuras de inox.
Precisamente el nivel de acabados es muy elevado, en línea con la calidad de otras marcas suecas internacionales, de vela y motor. Carpintería/ebanistería brillante, tecas, gelcoats y desmoldes impecables, aceros de calidad máxima y tapizados de excelente factura. Y naturalmente percibimos, a la primera, la tradición marinera de estos primeros 50 años de vida de la marca. Los asideros, por poner un ejemplo, están allí donde el gesto de agarre los demanda. Sin escatimar en su tamaño. ¡Bravo!
También es destacable el equilibrio alcanzado para el programa de navegación previsto. Inicialmente, a sabiendas que el astillero la ofrece como un ténder para megayates, podemos pensar que estamos ante una “day cruiser” que, sin duda nos invita a pasar el “finde” e, incluso para los más lanzados, a soñar en aventuras de más de dos días de navegación si nos atenemos a la gran confortabilidad en la vida a bordo.
No perdemos de vista que la T11 de Nimbus es una embarcación de carácter joven y especialmente orientada a la vida social. Sus tres áreas exteriores permiten no sentirse comprimidos y con una cómoda transitabilidad entre ellas –proa, bañera, plataforma- gracias a un buen trabajo en el planteamiento de las holguras de paso.
En relación a su capacidad marinera, estamos ante una embarcación de alto rendimiento, pensada para ir rápidos, por tanto, también es una “devoramillas” que nos puede llevar muy lejos con una confortabilidad excelente. Esta embarcación hace gala de la importante tradición escandinava en cascos de alto rendmiento. La Nimbus T11 se ofrece en dos versiones de motorización. Con doble motorización fueraborda y con motores medio-intraborda y transmisiones stern-drive o de “colas”.