Las vivencias y el nivel de detalle de los relatos, que él va dividir en un excepcional “Menú de Navegación”, creemos que son un excelente pasatiempo cultural para estos días en que todos hemos estado o estamos aún algo más introspectivos. Agradecemos a Carlos Rico que nos haya remitido en exclusiva estos textos. ¡Buena lectura!
Erik Tarrés / Editor-Director paranoramanautico.com
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Aprovechando esta ingrata experiencia que todos estamos compartiendo sobre este periodo de “confinamiento”, voy a tratar de montar el presente relato con la finalidad de establecer una interrelación, que haberla “hayla”, con los otros tres que hasta el momento han visto la luz. Así una vez más me dispongo a seguir los pasos con toda modestia del mejor narrador de la vida en el mar, (criterio compartido por muchos), Joseph Conrad (1857/1924). Una de sus mejores obras fue “El espejo del mar”.
Antes de seguir adelante, al mencionar lo del “confinamiento”, merece una cierta reflexión sobre lo que supone para el marino una cierta proximidad con este término. Una de las características particulares que se dan en la vida del marino, es el confinamiento a que se ven sometidos todos los que forman la tripulación de un barco. Al término de su trabajo nadie marcha a casa con su familia o invierte su tiempo libre con lo que más le place. Podemos estar hablando de muy diversos espacios de tiempo, desde unos pocos días, en una navegación costera, para pasar a los 20 días que nos puede, llevar una ruta de Barcelona a Buenos Aires, o los dos meses que duraba el viaje desde Golfo Pérsico hasta Europa, cuando por la guerra se cerró la navegación por el Canal de Suez.
También se daba con cierta frecuencia pasar largos periodos de tiempo fondeados en ríos del Golfo Guinea, en espera de que se solventaran problemas tanto de la carga como administrativos en aquellos problemáticos países. En resumen lo que habremos vivido ahora como situación excepcional para el marino pasa a ser algo habitual en su trabajo. Por no citar el problema añadido que puede suponer que en estos periodos de tiempo, puedan darse situaciones de complicación de salud que no son nada fáciles o a veces muy difíciles de solucionar. Es un riesgo añadido, al cual no se le suele dar excesiva importancia, ya que inconscientemente se confía en ese “el ángel de la guarda” haciendo horas extras.
Sin más preámbulos, voy a tratar de explicar de que consta este MENÚ, que me he inventado y con el que trataré de dar una forma didáctica a los diversos tipos de navegación. Si bien tienen en común el barco y la mar, se podrán dar entre ellas diferencias considerables. Los factores que contribuyen a ello entre otros son: dimensiones del barco, ruta con la implicación de la meteo, la Naviera, y, ¡cómo no!, los tripulantes, con el Capitán a la cabeza como protagonista principal. Y aunque el tiempo es un elemento que juega un papel destacado, hay que tener en cuenta que no es lo mismo pasar un muy mal tiempo sobre un buen gran barco que sobre un pequeño mal barco. ¡Nada que ver! Hay gente habituada a barco grande, que no sabrían estar en uno pequeño. En resumen, ande o no ande caballo grande.
Vamos a hacer un MENÚ de tres platos, postres y café. De esta forma trataré de encajar mis relatos anteriores con este actual, en una clasificación que podrá resultar discutible si bien me reservo el derecho de darle un formato que sea ameno de lectura, tratando de conseguir que ambos nos lo pasemos bien.
LOS ENTRANTES
Los vamos a asociar a la navegación de altura. El relato de “RUMBO AL CARIBE” (diciembre 2019) nos podrá servir de ejemplo. También nos va a ser útil mi embarque en el “MINAS CONJURO”, de los que hablaremos con mayor detalle más adelante. La ruta habitual era cargar grano (maíz) en Brasil y Argentina, con destino a puertos españoles del Mediterráneo.
Si bien en principio pueda parecer que la duración de los viajes y el tamaño de los barcos puede darnos una sensación importante, la realidad es que se trata de un tipo de navegación tranquila, (siempre que no hablemos del Atlántico Norte), con barcos grandes y amplios espacios interiores. Aquí voy a hacer referencia a mi relato de “SINGLADURAS SINGULARES” (octubre 2016) que fue el embarque anterior a este, lo cual nos ofrece dos formas de navegar completamente distintas, lo anterior más que navegar lo podríamos llamar “sobrevivir”, que ya era mucho.
PRIMER PLATO
Lo vamos a reservar para la navegación de gran cabotaje. Para ello nos va a referirnos el relato, “SUECIA, MADERA Y MAR HELADO” (diciembre 2017). Aquí se nos presenta una navegación que empieza a mostrar mayor dureza como consecuencia de dos aspectos fundamentales. Uno es que se hacía con barcos que no reunían condiciones para enviarlos al Mar del Norte y Mar Báltico en pleno invierno. El otro es que debíamos navegar siempre con tiempos duros, a lo que si añadimos su tamaño, poco más de 60 m, da un plato que para ser el primero es bastante fuerte. Como complemento a este tipo de navegación nos podrá servir mi embarque de Tercer Oficial en el “Benicasim”, cubriendo un servicio regular en el Mediterráneo, entre Barcelona y Alejandría.
SEGUNDO PLATO
Sin duda alguna este plato fuerte lo he reservado para el relato con el que inicié esta serie, “SINGLADURAS SINGULARES” (octubre 2016). No cabe duda de que todo lo acaecido en aquel viaje, tiene como mejor resultado poderlo explicar.
Con el paso de los años sin duda el recuerdo de aquel viaje merecía ser narrado para asombro de propios y extraños. Fue el barco quien decidió tener su última palabra, probable le dimos pena y nos dejó “arribar” a puerto. Fue un “cara o cruz”. Una simple avería en la bomba portátil de achique que sustituía a las del barco hubiera significado el final prematuro de viaje.
POSTRES
Llegados a esta parte agradable del MENÚ, vamos a echar mano de algo suave y ligero como puede ser una navegación de cabotaje. Para ello nos servirá un periodo de embarque en CAMPSA, con barcos por cierto, muy solicitados por su ruta de proximidad entre puertos de la Península, Baleares y en ocasiones Canarias. En su mayoría buenos barcos. La parte menos grata era que los Pilotos que recién se incorporaban a la Compañía, constantemente eran objeto de constantes transbordos para ir cubriendo los relevos entre las plazas de Segundo y Tercer Oficial. Mas delante hablaremos de este periodo con más detalle.
CAFÉ
Aquí le llega el turno a este complemento que no puede faltar en un buen MENÚ. Nos vamos a referir a la rutinaria navegación que supone la línea entre Barcelona y Palma. Estas rutas solíamos llamarlas “tranvía”. Es incuestionable la función que realizan, pero exenta de una navegación atractiva. Un corto periodo de embarque en el “JUAN MARCH”, me permitió conocer su funcionamiento. Como podemos ver la propuesta de este MENÚ DE NAVEGACIÓN, trata de establecer a mi criterio una relación entre las distintas formas de navegar. Como decía antes, si bien tienen en común barco y mar, en lo demás pueden llegar a ser bien distintas. El recuerdo extraordinario, el poderlas revivir.
Resumiendo…
- LOS ENTRANTES: Navegación de altura, que lo formaran el relato de “RUMBO AL CARIBE”, con el “Ruiseñada” más el del “Minas Conjuro”, del que hemos hablado más arriba.
- PRIMER PLATO: Gran cabotaje, ver “SUECIA, MADERA Y MAR HELADO”, con “La Giralda” y el “Benicasim”,citado anteriormente.
- SEGUNDO PLATO: Sigue el gran cabotaje con un episodio muy “singular”, ver “SINGLADURAS SINGULARES”,con el “Eco Mercedes”.
- POSTRES: Un cabotaje a bordo de la C.A.M.P.S.A.
- CAFÉ: Una navegación rutinaria en el “Juan March”, en la línea Barcelona/Palma.
“Navigare necesset est, vivere non est”
Carlos Rico. Premià de Dalt, abril del 2020.
Próximo relato:
- SUECIA, MADERA Y MAR HELADO