La flota de la Mini Transat 2015 permanece en Arrecife (Lanzarote) poniendo a punto sus embarcaciones y haciendo los arreglos necesarios para poder dar el salto al Atlántico en condiciones de garantía. Solo Nacho Postigo, (Vamos Vamos) cuya embarcación fue arrastrada contra las rocas durante el remolque a la salida de Douarnenez está pendiente de confirmar si podrá realizar la travesía.
Líderes sólidos pero no invencibles
Tanto en los series como en los prototipos, los dos ganadores de la primera etapa, Ian Lipinski (Entreprises Innovantes) y Davy Beaudart (Flexirub) han tomado una ventaja destacable respecto a sus contrincantes. En los prototipos, una distancia de 9 horas separa al líder del segundo. En los series, Tanguy Le Turquais (Térreal) se sitúa a 6 horas del campeón. Diferencias grandes pero no insuperables. En la edición de 2013, Benoît Marie llegó segundo en la primera etapa 5 horas después del italiano Giancarlo Pedote. Esto no le impidió quedar primero y llevarse la victoria final con varias horas de diferencia. Claramente, todo está por decidir en la segunda etapa.
Sin record de velocidad
A pesar de que esta primera etapa ha sido muy rápida, el récord de velocidad no ha sido batido por ninguno de los participantes. El más rápido ha sido el francés Frédéric Denis (Nautipark) que acumuló un total de 243,5 millas en 24 horas, una distancia que queda lejos de las 305 millas recorridas por Bertrand Delesne en la regata Les Sables – Les Açores – Les Sables en 2010. En la flota de los series, el récord sigue estando en 245 millas, realizado por Xavier Macaire, actual campeón de Francia de Course au Large.
Una goma que se estira
En esta edición, las primeras horas fueron determinantes. Prueba de ello es que la distancia más importante entre el líder y la flota se estableció el 26 de septiembre, día de llegada de los primeros barcos. En las últimas millas, los dos líderes marcaron la diferencia, aprovechando las condiciones meteorológicas para distanciarse un poco más de sus adversarios. Varios participantes han terminado fuera del tiempo establecido de la primera etapa, que es el tiempo que ha tardado en primero (6 días en este caso) a partir del momento en que éste atraviesa la línea de llegada. Todos ellos tuvieron que hacer una parada técnica. Además sufrieron la escasez de viento de los últimos días que agravó más la fractura entre el primero y el resto de la flota. Katrina Ham, última de la clasificación de esta primera etapa, tuvo 417 millas de retraso respecto al líder, es decir, una distancia del 35% del tiempo de referencia. Las condiciones meteorológicas, la preparación y los objetivos, son algunos de los parámetros que explican estas diferencias.
Inventario
Al final de la primera etapa, 15 participantes tuvieron que detenerse a lo largo de la costa española y portuguesa por razones técnicas. Para ocho de ellos, la escala se tradujo en abandono. Para otros, como el español Fidel Turienzo (Satanás), la escala ha sido una muestra de tenacidad, ya que a pesar de llegar a Sesimbra (Portugal) con el mástil en tres trozos, pudo repararlo y salir antes de las 72 horas reglamentarias de parada. Fidel está ya buscando un nuevo mástil para preparar el barco y poder tomar la salida de la segunda etapa desde Lanzarote.
Los españoles han demostrado una tenacidad imparable: Nacho Postigo, víctima involuntaria de un accidente en la salida de Douarnenez, está haciendo todo lo posible para reparar el barco, encontrar una nueva quilla y llegar a Lanzarote para la segunda etapa. Obtuvo la aprobación del jurado internacional para poder reparar el barco y tomar la salida de la segunda etapa sin tener que realizar la primera. Su clasificación global en la prueba será calculada respecto al tiempo de la segunda etapa y el tiempo (teórico) de la primera etapa, correspondiente a su mismo puesto. Si termina quinto en la segunda etapa, se le dará el tiempo del quinto de la primera etapa. Precisión importante, su clasificación no afectará las posiciones de los otros participantes.
El más pillo
El francés Maxime Eveillard, último barco de la flota en llegar a Lanzarote en la tarde de ayer, fue el anfitrión de una paloma que desde el cabo de Finisterre navegó con él hasta llegar a Lanzarote, donde, sin decir ni adiós ni gracias salió volando buscando el oeste. Tal vez, buscando Santa Cruz de Tenerife, donde vive su propietario, identificado gracias al número que llevaba según las normas la paloma. Una curiosa anécdota para terminar esta primera etapa.
Lanzarote, una escala diferente
Tras su llegada a Lanzarote, los ministas esperarán en la isla canaria hasta el próximo 31 de octubre, día de la salida de la segunda etapa. La Marina de Arrecife ha acogido a la flota de ministas que ya se han hecho a la ciudad y disfrutan del buen tiempo, de la oferta turística y cultural de la isla y preparan con tesón el mini para la próxima etapa. El próximo miércoles día 7 de octubre se celebrará la entrega de premios de la primera etapa. Tras la presentación el pasado sábado, las instituciones locales y los organizadores de la regata hablaron así de la escala: