A las 12:30 horas de este jueves 5 de junio, el líder de la regata Safran estaba a unas 35 millas al suroeste del extremo suroeste de la caja de hielo. El líder de la regata, el Safran ha sido siempre el más meridional de los cuatro competidores. Sin embargo, esta mañana perdió un poco de viento y se dejó caer hacia el norte, posicionándose para marcar a sus rivales situándose justo delante de ellos, cosa que le ha pasado factura al perder ventaja sobre el Hugo Boss, ahora a 32 millas del Safran.
Los cuatro barcos están convergiendo hacia el extremo meridional de la «nevera» (zona de navegación prohibida por presencia de icebergs), de la cual están obligados a mantenerse más al sur. La parte inferior de este cuadrilátero se encuentra a lo largo del paralelo 40ºN, entre los meridianos 51ºW y 47ºW. Para hacernos una idea, es la misma latitud de la ciudad portuguesa de Oporto. Nueva York está más al norte, en el 41ºN. Esta “nevera” está tan al sur que interfiere en la ruta más corta de la regata, que hubiera llevado a los barcos hasta el paralelo 44ºN.
“Es una temporada muy extrema de icebergs“, explica el Director de Regata Jacques Caraes. “Nunca los habíamos visto tan al sur, por eso fijamos esta zona de prohibición para la flota”.
Previamente a los hielos el paso por la borrasca ha dado a los barcos velocidades de vértigo. Desde el Neutrógena nos llegaban estas declaraciones:
Hemos tenido de 20 a 28 nudos de viento la mayor parte del día; el barco está cómodo haciendo 20 nudos de velocidad con dos rizos en la mayor y solent. Poner un rizo en la mayor nos permite gestionar la potencia del barco; más superficie de vela no siempre es algo bueno, y en este caso esta configuración nos está funcionando. Estamos devorando millas a este ritmo… La razón por la que esta vez es diferente de otras veces en que “lo he enviado”, es porque la última vez que “lo envié” como ahora, era con todas las manos en cubierta, y el caña tenía toda la presión encima. En este caso, estamos todos relajados, sólo hay una persona en cubierta y a veces no hay nadie. El piloto automático lleva el rumbo deseado, y mientras tu co-patrón duerme, tú puedes comer, hacer emails, y navegar, todo mientras surcas el océano y surfeas las olas a 20 nudos. “Estos barcos son fantásticos, puedes ajustarlos y dejarlos correr, y disfrutar del viaje”, me dijo Guillermo, con una gran sonrisa, “mira, ¡vamos a 21 nudos con 19 nudos de viento!” añadió con una risita, y sonriendo cada vez más.