Todos los navegantes que en su momento decidieron dar un golpe de timón a sus vidas enrolándose en el precioso barco de Anna Corbella y Oriol Pujol “Base Mini Barcelona-FNOB”, han llegado a Guadalupe. Todos menos uno, la experimentada navegante Pilar Pasanau a la que el infortunio físico le pudo y muy sabiamente tuvo que abandonar en La Palma.
Sin duda es una hazaña que de los 11 inscritos bajo el sello Base Mini Barcelona-FNOB hayan alcanzado el objetivo 10 barcos. Está claro pues el potencial del proyecto que la navegante Anna Corbella inició y que ahora tiene el soporte adicional de la Fundació Per la Navegació Oceánica de Barcelona. Todo un hito. Cabe, pues, esperar más promociones de navegantes.
Fede, el primero
Tuvo que suceder. Probablemente el alumno más aventajado y quizás más talentoso, -su palmarés previo de Fe de ello-, Federico –Fede-Waksman, llegó el primero de los diez habiendo invertido con su Pogo 3 de serie “Like Crazy” 10 días 21 horas 21 minutos 6 segundos a sólo casi 4 días del primer barco proto de la flota en llegar a Guadalupe. Travesía, sin duda, rapidísima la del Uruguayo.
Desde aquí queremos saludar y reconocer además a Djemila Tassin, Genís Hontoria, Carles Manera, Marc Claramunt, Felip Moll, Ignasi Ticó, José Linares, Massimo Vatteroni, Miguel Rondón y a todos los sponsors que en mayor o menor medida han contribuido a este excelente resultado grupal. Mencionar a Carlos Olsson su llegada a Guadalupe con su “Bridges to the Sea” con el gallardete del CN Altea.
Después ya ha sido un goteo incesante de llegadas que han llenado las redes sociales de alegría y buen humor a pesar de que los medos generalistas, especialmente las televisiones en España, no se hayan hecho eco de ello. Sin duda, también, algo falla por aquí habiendo en La Palma unos cuantos corresponsales atentos al volcán. ¿Nos podemos permitir el lujo de desaprovechar este éxito?
Una alegría también extendida al gran número de amigos que les esperaban pero también para los familiares, algunos actuando como auténticos reporteros.
Queremos mencionar el importante papel y la lógica alegría de los alumnos y profesores del Institut de Nàutica de Barcelona, muchos de los cuales han colaborado con los navegantes en la reparación y puesta a punto de sus barcos y, por supuesto, a todos los involucrados en el proyecto de “los 11”.
Más allá del compromiso personal para estimular vocaciones
Realizar la minitransat es, sin duda, un proyecto personal e íntimo de cada navegante. Pero una cosa se ha dejado clara en esta edición. Y es que cada patrón de la Base Mini Barcelona – FNOB ha cedido parte de su intimidad compartiéndola con otros. El compromiso de “los 11” ha sido magnífico para con un programa que ha emocionado y quizás haya abierto los ojos a más de uno de entre los más de 3.000 niñas y niños y sus profesores, que a través del Programa Educativo que la FNOB y el Museu Marítim de Barcelona. El programa, que sigue, se llama “22 dias en 22 pies. Una aventura en solitario en el Atlántico”.
Un programa que consistido básicamente en seguir la regata desde sus aulas. Cada barco ha sido apadrinado por uno o más centros escolares y cada deportista llevaba en el casco de su barco el vinilo que le recordaba que un grupo de niñas y niños estaban muy atentos a su rumbo.
Los navegantes han contestado a todas las preguntas de los niños y, sin duda se ha establecido un vínculo entre ellos que, en la mayoría de casos, se materializará en la visita de cada skipper al centro que le apadrina, una vez regresen. Más alegría pues en las redes sociales que nos han hecho vibrar durante los días de ausencia de noticias por estar la flota en plena navegación.
¡Enhorabuena a todos y buen trabajo Base Mini Barcelona – FNOB!