Pasar el Estrecho de Bonifacio ha supuesto un cambio radical de las condiciones de viento para los participantes que quedan en la regata Mil Millas. De las calmas desesperantes del mar Tirreno se ha pasado a los violentos ponientes de esta zona de mar que separa Córcega de Cerdeña. Estaba previsto. Todos sabían que entraría el mistral con el viento de cara.
La sexta jornada resultó muy dura por el viento fuerte y canalizado hacia las proas de las embarcaciones y el mar encrespado. Excepto para el Brujo, que está aguantando el viento de Norte, en mar abierto, el resto de la flota ha tenido que sortera estas condiciones entre las costas de Córcega y Cerdeña. Duro.
El paso por el estrecho ha hecho romper al grupo perseguidor, que desde el principio de la prueba se encontraba más o menos agrupado a unas 40 millas de distancia del líder. Mare Nostrum, Pajuelin XIII y Nirvana III salían de las bocas en un primer grupo por la mañana; Poco a Poc Morenito está luchando para alejarse de la zona, realizando bordos interminables. Cometa A Dos, pasado el estrecho, tuvo que fondear frente a la isola Rossa para realizar reparaciones.
En la última jornada Brujo ganaba aún más distancia respecto sus seguidores, registrándose unas 100 millas por delante de sus más inmediatos perseguidores, el Mare Nostrum, el Pajuelin XIII y el Nirvana III. Los cuatro ya tienen puesto rumbo directo a Barcelona. Navegan por el Sur del golfo de León con fuertes vientos de hasta 30 nudos de presión. Pero mientras Brujo los recibe de componente Norte, el grupo perseguidor, a 100 millas a su popa, lo reciben más del NE (el conocido mistral). Brujo se encuentra a menos de 100 millas de la meta en el Port Olímpic de Barcelona.
Mientras, en la salida de Bonifacio, a 290 millas de la meta, está luchando contra un fuerte viento de cara y corriente en contra, el Poc a Poc Morenito. Prosigue su avance, de forma metódica, haciendo bordos continuos para alejarse de la ensenada de Asinara, que tiene al sur y ganar mar abierto.