General
Tuvimos la inmensa suerte de poder contemplar, tocar y navegar la joya de la corona de Sasga Yachts, el barco insignia del astillero mahonés que vuelve a denominar a sus modelos como menorquín. Una propuesta que aúna tradición, tecnología y buen gusto y que augura un éxito arrollador en el mercado internacional y en especial, entre los conocedores de la marca como pudimos comprobar.
Texto: Erik Tarrés Lenneryd
Fotos: Astillero y E.T.
Con suma exquisitez fuimos atendidos la prensa técnica por el Sr. Sastre y su equipo en el puerto de Mahón donde se encontraba el Menorquín 68 Flying Bridge el cual, por cierto, estaba a pocos días de ser entregado a un armador italiano el cual, ha contribuido -creemos que notablemente- , a la optimización de los espacios y en algún que otro detalle en el estilismo general del barco. El propietario es un conocido industrial italiano diseñador de cocinas. ¡El resultado ha sido espectacular!
Navegación
La evolución de una carena, lejos ya de la tradición
Lejos quedan ya esos cascos tradicionales que para compensar la cada vez más entrega de potencia de sus motores tenían que compensar sus carenas con unas voluminosos estructuras a modo de flaps en sus popas que eran usadas además como plataformas de baño.
Digamos que, en un momento dado, se tuvo la necesidad de desarrollar carenas de semiplaneo acopladas a las obras muertas de líneas tradicionales de los cascos para mejorar la navegación, aprovechar mejor el empuje y rendimientos de los motores actuales y, por qué no decirlo, garantizar un navegación seca.
Este necesario “cambio de chip” se aplicó en el Menorquín 42 último. Un modelo de notable éxito en el que se trabajó la estabilidad (¡se realizaron 24 diseños diferentes!) ya radicalmente diferente a sus hermanos precedentes y punto de partida del imponente y precioso Menorquín 68 FB. Del Menorquín 42 se ha evolucionado al Menorquín 68 FB. La única reminiscencia útil en la carena del Menorquín 68 Fb es el mantenimiento de un quillote a media eslora que contribuye a una mayor estabilidad lateral del barco en reposo y a una mejor gobernabilidad.
Si nos fijamos en su popa, ya no cierra en el típico codaste aunque éste siga estando presente por estética. Ahora su bañera es más amplia, y se asemeja mucho más a las de un yate convencional.
Esta unidad, dotada con dos motores Volvo Penta D11 de 670 caballos cada uno y una transmisión interior mediante ejes en Z-drive antes de salir por la bocina, nos deleitó con sus 22 nudos de velocidad máxima en un mar algo movido y caótico. El semiplaneo se inicia en los 14 nudos. A menos de esa velocidad este 21 m desplaza el agua. El atino y la experiencia ha sabido valorar las grandes prestaciones de los flaps tipo “cortinilla” de Humphree.
Debemos decir que esta unidad, la primera, está armada hasta los dientes de 2 generadores y una potabilizadora estando además al 80% de combustible (de 3.500 L) y 50% de agua (de 1.500L). Además, curiosamente, el casco es monolítico por expreso deseo de su propietario. Realizado mediante la infusión, que es la propuesta productiva estándar del astillero, probablemente se hubieran ahorrado unos 2.500 kg de su desplazamiento total.
Interesante es el dato de que a 16 nudos de velocidad se tienen unas 500 millas de autonomía y de 1.500 si tuviéramos la paciencia de navegar a 8 nudos.
Por tener algunas referencias de consumo diremos que navegando a 10,5 nudos (1.500 rpm) tiene un consumo total de 43 L/h. A 2.000 vueltas, esto es a 14,6 nudos, su consumo es de 92 L/h.
A pesar de que es un barco dotado de ejes y que es un error exigirle radios de giro cerrados, el Menorquín 68 FB describe una circunferencia bastante más cerrada de lo habitual por ser un “llaút” y no escora especialmente ante el supuesto efecto del peso de su flying-bridge, que dicho sea de paso, no es tan elevado en proporción a otras esloras de la marca.
La maniobrabilidad en corto, esto es en el atraque en flecha al amarre en el pantalán, es interesante dotarse de alguna ayuda. José Luis Sastre nos demostró que con el sistema Yacht Controller hasta un niño puede colocar los 21m de este barco con sus 5,80 m de manga en el lugar más angosto.
Nuestra experiencia por aguas de Mahón de nuestro test sobre el Menorquín 68 FB es el estar a bordo de un yate que conserva el indudable sabor del llaud, el sosiego de los mismos y, en definitiva, esa maravillosa invitación al slow-sailing al más alto nivel.
Habitabilidad
Acogedor, buen gusto y calidad
Digamos que el Menorquín 68 FB ofrece cuatro áreas muy amplias para la vida social. En proa, el solario existente se podría considera casi como de “formato isla”ya que los pasillos son muy anchos al paso y la zona disponible tras el “cap de mort” característico de la marca que remata la roda junto al equipo de fondeo, es enorme. La teca del piso luce espectacularmente.
Otro espacio muy interesante es su sobrepuente por el que se accede por una escalerilla muy segura y confortable al paso. Ya en el flying bridge advertimos tres zonas. La zona de gobierno la cual destaca por sus dos bancos, parapetados tras un deflector tintado. El destinado para los acompañantes a la pareja posible del puesto de gobierno, tiene el respaldo reversible ya que también es uno de los brazos del sofá en “U” que envuelve la mesa frente al gran mueble de la cocina exterior. En la parte de popa, copando parte del voladizo que cubre la bañera de la cubierta principal, y al pie del mástil, existe una gran superficie diáfana donde colocar unas dos tumbas para tomar el sol. El Flying bridge posee un T-Top de aspecto muy liviano.
Una tercera área muy atractiva es la amplísima bañera frente al acceso a los interiores. Una mesa en madera noble soportada por dos patas fijas colocadas enfrente de un banco de cuatro plazas. A la mesa se pueden sentar 8 personas. El espacio de la bañera es enorme, dando satisfacción a todos aquellos propietarios que han reivindicado siempre una bañera más amplia para las largas sobremesas veraniegas. A Er. advertimos la salida hacia la pasarela retráctil y a Br. la salida/entrada a la gigantesca plataforma hidráulica. Plataforma que admite estibar una pequeña semirrígida como ténder. Justo en este acceso se esconde bajo el piso el cofre donde está la balsa salvavidas. La bañera esta franqueada por guiacabos de rodete para el mejor funcionamiento del cabrestante dispuesto para tensar las amarras junto a la necesaria bita. Las brazolas que envuelven la bañera poseen unos candeleros rematados con un listón de teca muy en la línea de las embarcaciones de Menorca. Los pasillos que conduce hacia la proa son anchos y en la mitad de su trayecto hay un escalón. Los guardamancebos son de mediana altura están montados sobre la brazola de teca sin barnizar.
La cuarta área a destacar para la vida social es la que se nos abre al cruzar el umbral de la puerta. La cubierta principal ofrece una luminosidad extraordinaria y una gran visibilidad. Lo primero que advertimos es que a pesar de la modernidad que refleja, se sigue apreciando el sabor marinero de Menorquín gracias al uso de las maderas con el toque eterno del piso rayado. Zona de gran volumen en la que se ha dispuesto una cómoda discurre por el lado de Br. bajo los grandes ventanales y cortinajes convencionales. La cómoda posee una bodega, el lugar donde se escamotea un monitor de TV y espacio para la estiba. El área ofrece un gran salón con una mesa de doble ala desplegable envuelta por un megasofá favorecedor de largas tertulias. En el lado opuesto de uno de los brazos de sofá se extiende el puesto de gobierno, con la rueda de gobierno astutamente colocada asimétricamente en la consola. El banco pudiera ser casi para tres personas por su amplitud y dispone de un reposapiés enfrente, bajo la consola. La salida al pasillo lateral de Er. es un acierto, o más bien, un “must” en barcos de estas dimensiones. En la banda contraria al puesto esto de gobierno, junto al acceso a la acomodación en la cubierta inferior, se ubica una mesa fija junto a un sofá en “L” conformando una dinette.
Espacio para la marinería
A la acomodación para la marinería se entra por la cocina, cuyo acceso está situado a Er. junto a la entrada. La cocina, sin ser especialmente espaciosa, está especialmente desarrollada con las sugerencias del armador, empresario de muebles de cocina italiano, que ha aprovechado el espacio disponible al máximo con interesantes ideas como los armarios bajeros de bisagras pantográficas que ayudan a multiplicar la capacidad de estiba general. La cocina posee todos los electrodomésticos (¡nevera de 240 L!) grandes de última generación, algunos de uso profesional para la restauración y, desde luego, mucho espacio de trabajo. Desde la cocina se llega al camarote de la marinería, que curiosamente, tiene el estilo y el volumen de cualquier otro camarote en el barco. El destinado a la marinería… (¡o no!) posee dos camas dispuestas en litera y un lavabo propio aparte completo. No muy lejos, en el pasillo que conduce a ducho camarote se haya una lavadora y una secadora.
La acomodación
La unidad visitada, la #1, ofrece cuatro camarotes repartidos entre un camarote con cama doble en proa y dos camarotes simétricos con camas dobles dispuestos en la zona de mayor manga. Estos dos camarotes junto con los camotes de proa y el de las dos camas indidividuales de la cubierta superior, comparten un lavabo comunitario completo, con ducha aparte, al cual también se puede acceder desde el camarote de proa. En opción, Sasga Yachts ofrece un camarote enorme para invitados en vez de los dos camarotes de cama doble orientados transversalmente vistos en nuestra visita. Esta posibilidad hace que la capacidad de pernocta se reduzca de 8 a 6 personas. ¡Es el precio de la exclusividad!
El estilismo y decoración general de la acomodación es muy acogedor, basada en el uso de diferentes maderas de tonos claros, y en algunos ambientes con un cierto tratamiento estético de madera “envejecido” muy efectista, en que se acentúan las vetas de las maderas, ligeramente barnizadas aumentando la nobleza natural de la decoración. El sabor marinero característico de Menorquín sigue inalterado con el uso de los suelos rayados en blanco, el contrapunto de los blancos de las paredes y el uso del azul marino, 100% marinero, en los tapizados de la cubierta principal. Las molduras, perfectas, y la calidad de empuñaduras y pasamanos en las escaleras, son otros ejemplos del saber hacer de este astillero y su alto sentido de la estética en barcos de origen tradicional.
Balance
El hábil compromiso entre tradición y modernidad
Pocas cosas caben decir de un astillero que con la importante cooperación del diseñador naval Ínigo Toledo y Guillermo Calleja, de gran experiencia con Audi,han conseguido llegar a un clímax muy interesante en uno de los astilleros con una personalidad muy marcada.
La delicadeza y experiencia que se nota allí donde uno reposa la vista es extraordinaria. Nos gusta la disposición del mobiliario y el pensadísimo formato de los muebles que, a la postre, contribuyen a un ambiente desahogado, no comprimido. No obstante en este magnífico trabajo, creemos que existe aún algo por hacer o, como mínimo, a considerar.
Así como en la cubierta principal la visibilidad al exterior es extraordinaria, casi en 360º, la acomodación no ofrece ese inmenso placer de poder estar tumbado descansando con vistas al exterior. Sí, es un placer presente en yates de estilos totalmente diferente de eslora similar. Nuestra pregunta es…, ¿Veremos algún día un Menorquín con grandes ventanales en su acomodación? ¿Soportaría su tradicional línea esta presencia sin perder su esencia tan característica? ¿Podrá variarse la orientación hacia el agua de los portillos de las amuras? Wait & see!