Sin partes meteorológicos, sin posibilidad de saber lo que les espera, ni de enviar datos telemétricos al control de regata en Alicante, desde donde se monitoriza a toda la flota. El MAPFRE de Xabi Fernández, que va tercero, ha sufrido un problema con su sistema de transmisiones en pleno Océano Pacífico, pasadas las Islas Marianas, que les obliga a navegar “a ciegas”. Ahora mismo el e-mail es su único sistema de comunicación con el mundo exterior en esta cuarta etapa entre Sanya (China) y Auckland (Nueva Zelanda). Disponen, además, de un teléfono satelital de soporte, pensado para situaciones de emergencia. Circunstancia que, de momento, no se ha dado, aunque cinco días seguidos navegando con más de 20 nudos de viento (casi 40 km/h), y olas de entre 3 y 5 metros, harían saltar del barco a cualquiera no habituado a este medio.
“Los regatistas de vuelta al mundo son, junto a los himalayistas, los deportistas mentalmente más duros que existen“, ha dicho Pablo Díaz Munio, doctor de la regata y ex-colaborador de la alpinista Edurne Pasaban, en varias ocasiones. La tripulación del MAPFRE, y del resto de los equipos, están dando prueba de ello durante estas ocho primeras jornadas de la etapa 4 de la Volvo Ocean Race entre Sanya (China), y Auckland (Nueva Zelanda). Al problema tecnológico del barco de bandera española se suma un nuevo agujero en cubierta, muy cerca del que fue parcheado hace sólo dos días, y provocado por la misma causa: el outrigger, un tubo de carbono de dos metros de longitud aproximadamente, que se coloca a uno de los lados del barco y hacia fuera para mantener bien configuradas las velas, se salió de su posición al romperse el cabo que lo sujeta en su base. Tal es la carga que aguanta, que al salir disparado, agujereó directamente la cubierta, cual ariete. Ya lo dijo Rafa Trujillo en ocasión de la primera ‘perforación’: “Suerte que no ha pillado a nadie…”. Si bien no recibió un golpe directo, entonces Willy Altadill sí sufrió un percance con su mano, que ha estado hinchada y vendada durante las últimas 72 horas, pero que ya mejora.
También Dongfeng Race Team y Abu Dhabi Ocean Racing han reportado roturas, concretamente del cáncamo de proa, y de piezas de sujeción de las velas. “Es normal en las condiciones actuales, tras tantos días de saltos y choques con las olas“, explicaba Ian Walker, patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, en el que navega el gallego Roberto “Chuny” Bermúdez. Pero los peores daños personales los ha registrado Team Brunel, cuyo proa, Gerd-Jan Poortman, se perforó un tímpano y se magulló seriamente un brazo tras ser lanzado por una ola contra una de las orzas. A pesar de todo ello el barco holandés sigue primero, y el MAPFRE, patroneado por el doble medallista olímpico Xabi Fernández mantiene su tercera posición a diez millas de Abu Dhabi Ocean Racing, que va segundo, y a 74,4 de Team Brunel. Bouwe Bekking, el patrón holandés de este último, y el participante más veterano de esta Volvo Ocean Race (7 ediciones con la presente), dio un golpe maestro al virar hacia el Norte el pasado 10 de febrero junto Team SCA, una estrategia no totalmente opuesta pero sí “perpendicular” a la del resto de la flota. Éstos siguieron hacia el Este, y tras cinco días sin verse las proas, alimentando el suspense que generaba tan distintas tácticas, volvieron a converger, pasadas las Islas Marianas, rumbo Sureste. Pero en esta ocasión Team Brunel ya no era quinto como cuando partieron peras, sino primero. “Hemos hecho 500 millas más que el resto de la flota, pero ha valido la pena“, señalaba Stefan Coppers, reportero a bordo de Team Brunel, en el que milita el cántabro Pablo Arrarte.
Team SCA, sin embargo, ha optado por continuar “fiel” al órdago de hace cinco días, y se mantiene navegando a unas 52 millas al norte de la flota, pero con el mismo rumbo. Todavía no está claro en qué momento se “fusionará” con los otros cinco barcos.
En su blog de hoy, Ian Walker, patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, escribía que “habiendo navegado más de 2.000 millas en esta etapa, casi hemos recorrido la mitad de la regata“. Ahora toca atravesar los doldrums o calmas ecuatoriales, previsiblemente el viernes, que podrían decidir el ganador de esta crucial etapa 4 de la Volvo Ocean Race.