El barco español Mapfre de la Volvo Ocean Race no ha cesado de trabajar en estas cinco durísimas jornadas de regata que llevamos en la etapa 2 y, actualmente, en medio del Océano Indico, mientras evita la zona de exclusión por piratería, está a punto de alcanzar al líder Team Brunel, pero también tiene al Dongfeng acechando a su popa.
“Queremos recuperarnos del mal sabor de boca de la etapa1 e intentar acabar en el podio en la etapa 2″. Éstas eran las palabras de Iker Martínez en Ciudad del Cabo antes de salir de puerto, y las que puso en práctica desde prácticamente el minuto uno. Su salida hacia Abu Dhabi fue extrema, como la del Team Vestas Wind, pero por suerte, y a diferencia de estos últimos -que rasgaron la mayor-, Iker Martínez y los suyos no rompieron nada. La salida es algo testimonial, y todos los equipos lo saben. Más en una etapa como ésta, la más desconocida de todas, 5.125 millas (9.500 km) que pueden tardar hasta un mes en cubrir. Pero el vasco quería que el testimonio fuera ése: van a por el podio, y lo quieren dar todo.
Desde el principio se situaron en posiciones de podio, y ahora mismo el Mapfre es segundo a menos de una milla de Team Brunel, el equipo holandés en el que milita el cántabro Pablo Arrarte, ex-compañero de Martínez. En estos cinco días han estado navegando con 30 grados de inclinación constante, lo que les ha impedido comer otra cosa que barritas -cualquier recipiente derramaba la comida-. Con olas de 3 y 4 metros contra las que el barco chocaba una detrás de otra, que hacían imposible mantenerse seco o trabajar adentro, obligándoles a pegar los ordenadores a las mesas con cinta de dos caras.
La estrategia del MAPFRE ha sido mantenerse en el centro de la flota, lo que le podría permitir observar mejor los movimientos del resto de los barcos. Y es que en una etapa tan desconocida como ésta, en la que los modelos meteorológicos no son fiables, la observación, y la suerte, reconocen los equipos, será fundamental.
Xabi Fernández lo corrobora: “Nos pasamos todo el día y toda la noche mirando a los rivales y navegando como si fuese una regata inport. Te van metiendo poco a poco presión, sabiendo que no puedes cometer errores. Al estar tan cerca nos hace navegar al cien por cien, y por eso también estamos pillando al ‘Brunel’, que había cogido un poquito de ventaja y ahora está muy cerca”. En el momento de esta crónica, el MAPFRE estaba a sólo media milla del barco holandés.
“Esta ruta era muy transitada antes por el tráfico marítimo, pero desde que se abrió el Canal de Suez, casi no se utiliza“, explicaba Wouter Verbraak, navegante del Team Vestas Wind. “Por esta razón -añadía esta mañana- prácticamente no hay observación meteorológica para la navegación”. Además, en la edición 2011-12 de la Volvo Ocean Race, cuando la etapa Ciudad del Cabo-Abu Dhabi se celebró por primera vez, hubo que interrumpirla y embarcar los barcos en un carguero a causa de la piratería, medida que este año no se pondrá en práctica.
Durante las últimas horas el Mapre ha mantenido un duro pulso con Dongfeng Race Team, el otro barco rojo de la flota, aunque éste con bandera china, un proyecto para llevar la vela oceánica al gigante asiático con jóvenes regatistas chinos y un impresionante elenco de veteranos franceses. Entre ellos su patrón, Charles Caudrelier, actual campeón con el Groupama en 2011-12. Navegan hacia el Este como el resto de la flota, prácticamente paralelos, ahora con menos viento que los días pasados. La que podría ser la calma antes de la tormenta, tropical para más inri, que todo indica se encontrarán más al Norte, junto a Isla Mauricio.
Pero antes de llegar a ella tendrán que pasar por esta zona de alta presión, poco viento, en la que se encuentran ahora. Esta situación podría hacer que la flota se comprimiera aún más. El último barco, Team SCA, está a 23 millas del líder.
Quedan todavía casi 4.000 millas, unos 7.400 kilómetros, hasta la meta de la etapa 2 de la vuelta al mundo por equipos. Por el camino espera la zona de exclusión por piratería en la que no podrán entrar, posibles ciclones tropicales, calmas ecuatoriales, y las desconocidas aguas del mar Arábigo. Pero el MAPFRE nos ha transmitido su sed de podio.