En el Atlántico hay varios. El más conocido tiene una connotación esotérica, diabólica, fuente de literatura de ciencia ficción y de aficionados al fenómeno OVNI y relatos de extraterrestres. Es el archifamoso triángulo de las Bermudas. Antaño -antes de la moda ufológica- conocido como el triángulo del Diablo.
Otro triángulo muy popular entre navegantes que cruzan el Atlántico es el triángulo de radiotelegráfico conocido por la Rueda de los Navegantes, benefactora tarea liderada por el estimable Rafael del Castillo, que desde Las Palmas de Gran Canaria difunde un manto de ayuda, apoyo y consuelo para todo crucerista, -vocablo que designa a todo aquel que cruza el océano- que se acerca a ella a través de la onda corta de radio. La Rueda forma un triángulo etéreo que tiene sus angulaciones poligonales en las personas de Carlos Monteiro ‘Pulú’ radioescucha de Mindelo (Islas Cabo Verde), en Altino Costa Goular, el otro ángulo poligonal de este triángulo, que se encuentra en la isla de Faial en las Azores y, ¡cómo no!, en el propio Rafael del Castillo, desde Gran Canaria.
Podríamos seguir nombrando más y más triángulos. Como el triángulo de San Borondón, donde está situada la isla fantasma donde habita el monje Brendan, que se desplaza y es vista por privilegiados navegantes y lugareños isleños, en la que el santo irlandés aparece y desparece, según las necesidades de los navegantes, y que forma un triángulo móvil con directrices desde ésta isla errante hacia la isla de La Palma; algunos sostienen que de la isla de Hierro, ambas en Canarias, y la isla de Madeira, que forman su base triangular en el Este.
Otros triángulos no tan conocidos son el triángulo de las Bahamas, donde dicen se encuentra una pirámide construida por los atlantes, el triángulo de los Sargazos, etc., etc., etc.
Pero hay un triángulo muy especial. Querido por navegantes, hombres de cultura náutica y tabernarios de bien. El triángulo de los Tres Bares. Mítico polígono ubicado en tres extremos del Atlántico Norte Central, comprendido en un cuadrilátero entre los paralelos 38º32’N y el 14º28’N y los meridianos 60º52’W y 13º49’W, siendo sus puntos de intersección angular Marina Rubicón (Lanzarote), con el One Bar, Le Marin (Martinica) con el Mango Bay y Horta (Faial) con el bar Peter’s -Cafe Sport– .
En estos bares el navegante puede reparar su espíritu, agotado, pero risueño tras una larga navegación. Allí podrá reponer fuerzas y descansar acompañado por un whisky con hielo, un mojito verde, un ron broceado, o lo que se estila hoy en día, un burbujeante gin tonic con todas especies habidas y por haber.
Yo, de todos los triángulos atlánticos, me quedo con dos de ellos, con el triángulo Rafael, ‘Pulu’ y Altino, y su Rueda de los Navegantes y con el triángulo de los Tres Bares Atlánticos, para brindar por ellos y su encomiable labor oceánica. Los terceros, me sobran.