Quiero felicitar a nuestros regatistas. Están demostrando su talante. Deportivo. Olímpico. De auténticos deportistas. Se han propuesto clasificar a España para estar en la Regata Olímpica, y lo están consiguiendo. De forma desinteresada. Por puro prurito deportivo. Porque son eso: deportistas, desinteresados y altruistas. Lo están haciendo contra viento y marea. Contra los entes administrativos federativos. Es decir contra la entelequia. Los regatistas están luchando como jabatos. A pesar de las dificultades y de las trabas que están encontrando. De la desafección hacia ellos desde instancias administrativas. De la incomprensión de los responsables del deporte en nuestro país. Solo ellos están luchando con pundonor. Por amor propio a su deporte. Esencia del auténtico espíritu deportivo. Y por descontado, del carácter olímpico.
A pesar del desamparo federativo y de instituciones que tendrían que estar al servicio del deportista, para amparar, proteger y estimular, nuestros regatistas se han propuesto -por su cuenta y riesgo- que las clases olímpicas presentes en Rio, han de ir a Rio. A pesar de la desafección que encuentran en el entorno federativo.
Solo ellos, con el apoyo de sus familiares, algún que otro sponsor conseguido por ellos mismos, o las gentilezas del club de sus amores, están clasificando a España para estar en la Regata Olímpica. Lo están haciendo con una entereza y una fortaleza de auténticos titanes. Solo ellos, a título particular, sin contar con otras instancias o ente-lequias.
Estos meses se ha hecho todo lo posible para clasificar a las distintas clases que tendrán que disputar la Regata Olímpica en Rio 2016, participando en las regatas internacionales que pueden dar acceso a los Juegos.
Windsurf masculino y femenino, los botes ligeros Laser Standard (masculino) Laser Radial (femenino) el dinghi pesado Finn (masculino), el balandro 470 (masculino y femenino), los skiffes 49er (masculino) y 29er (femenino), y el catamarán Nacra 17 (mixto masculino-femenino), son las diez embarcaciones olímpicas elegidas para 2016. De las diez, siete ya han obtenido plaza para ir. Solo restan tres, que aún tienen opciones de estar.
Lo realizado hasta ahora es de elogio. Han hecho todo lo posible para que la vela española esté presente en la cita olímpica. Y lo están consiguiendo. Por voluntad propia y de su bolsillo. Y lo más hermoso es que lo hacen por propia convicción, sin ningún tipo de apoyo institucional. Al contrario. En el camino solo están encontrando trabas, destituciones. Parece que estén ninguneados. Ni tan siquiera se hace eco de sus logros. Y a pesar de ello, ellos cumplen, clasifican al país, y mantienen el espíritu deportivo y olímpico.
Tienen una conciencia y un optimismo que les hace superar los malsabores que genera la entelequia. Nuestros regatistas saben que la representación de la vela española no puede faltar en la cita olímpica. Y están luchando para que esté en Río. A pesar del ruido malsonante del entorno, de las disputas federativas. Ellos lo tienen claro. Sin esperar nada a cambio. Solo con el orgullo deportivo. Y esto, ya es de por sí todo un éxito. Un éxito solo de ellos, no del entorno federativo, que parece que únicamente le preocupe sus cuentas, sus déficits, sus agujeros económicos, creados por la propia estructura de su funcionamiento.
Contra viento y marea, nuestros regatistas en clases olímpicas ya han clasificado a siete clases de las 10 disponibles para Rio 2016. En la regata Olímpica estarán windsurf masculino y femenino, 470 masculino, 49er, 29er, el catamarán mixto Nacra y Laser Standard. El completo sería conseguir las plazas en Laser Radial (femenino), Finn y 470 femenino.
Estas siete clases ya tienen pasaporte para Rio. Es el primer paso. Ahora es cuestión de dilucidar qué regatistas competirán allí. Pero lo que nos da vergüenza ajena es saber cómo van a financiar su sueño olímpico. Porque parece que hay poco dinero en las arcas federativas y deportivas para ayudar a estos aspirantes a representar el pabellón español en Rio. Y lo peor del caso es que parece que no existe una estrategia clara, desde la autoridad deportiva de la vela española para afrontar este reto. Y que solo esperan que sean los propios deportistas, o sus spónsores privados (familia, clubes o alguna marca comercial) que les financien su sueño olímpico.
Los regatistas cumplen, los entes (la ente-lequia), no.
PD: Me pregunto: ¿quién financiará la presencia de los regatistas que aún pueden ganar la plaza de su clase para Rio? Quedan tres clases: Finn con opciones clasificatorias en Auckland (Nueva Zelanda), Laser Radial con viaje a Oman (Península Arábica) y 470 femenino, en el mundial de Haifa (Israel).
Angel Joaniquet