El gigante súper maxi estadounidense Comanche está buscando el mejor rumbo para adjudicarse la victoria en tiempo real 2015 de la Rolex Sydney Hobart. Su patrón, Ken Read, la tripulación y los propietarios Jim Clark y Kristy Hinze-Clark harán el brindis en Hobart, celebrando un triunfo que hace 24 horas parecía imposible. Segundo clasificado es ahora mismo el Rambler que lucha por conquistar el premio más significativo de todos: la Tattersall’s Cup para el ganador absoluto que realiza el mejor tiempo de acuerdo a su tamaño.
No obstante, lo más significativo que ha sucedido en las últimas horas es que los barcos más pequeños, situados al otro lado del Estrecho de Bass, se disputan el liderazgo de la general en el Cruising Yacht Club de Australia, con Rambler como único gran barco actualmente en el top 10. El hecho de que los vientos se hayan suavizado al norte del Estrecho ha permitido ganar terreno a las unidades más pequeñas, que ahora mismo están jugando sus cartas.
King Billy, un bonito 38 pies de madera de 23 años, ha sido líder durante varias horas, intercambiando la posición de forma reiterada y constante con el Quikpoint Azzurro, el barco más pequeño de la flota, y con el Courrier León, un 35 pies francés que ganó la Rolex Fastnet Race de este año en el Reino Unido.
Sin duda un gran momento para ellos, cuando habiendo estado rezagados han ido eclipsando a los superyates de 80 y 100 pies.
El King Billy está armado por Philip Bennett, de 70 años, que hace su segunda Sydney Hobart, y lo más probable que también la última, según ha manifestado. A bordo también navega el constructor, Andrew Hay, quien ofreció instrucciones firmes para que el barco fuera lo suficientemente fuerte para afrontar los contratiempos propios de esta regata. Y es evidente que lo hizo bien.
Durante las últimas dos horas, Rambler ha aumentado la escala de handicap y ahora se sitúa segundo detrás del Enchantress, dirigido por John Willoughby.
En lo que respecta a las previsiones en las millas finales de la regata no son muy buenas, pues el pronóstico es de ausencia clara de viento en el Estrecho de Bass con posibilidad de que suba un poco durante la noche, cuando está previsto que llegue Rambler a meta. No obstante, el auténtico desafío para este gigante es hacerlo en el menor tiempo posible para así poder adjudicarse al menos la Tattersall’s Cup.
De los 108 barcos que zarparon de Sydney, 32 han abandonado, lo que indica una merma del 30% de la flota, aproximadamente.