Barcelona abre al público desde este mismo 12 de diciembre, una enorme plataforma flotante de 100 m de largo y más de 12 de ancho donde están amarrados en línea los ocho barcos participantes de la edición 2014-2015 de la regata Barcelona World Race.
Los ciudadanos podrán conocer a los protagonistas de la tercera edición de este reto deportivo y humano acercándose a este pantalán que abrirá cada día al público de 10:00 a 20:00 horas. Los barcos son unidades de 18 metros de eslora, tan largos como un autobús, y con un mástil de casi 30 metros de alto, igual que un edificio de diez pisos. Todo un espectáculo abierto a residentes y turistas, quienes también podrán saludar a los navegantes y observar cómo los equipos llevan a cabo los últimos preparativos para la salida de la Barcelona World Race. Será sin duda una de las grandes atracciones de la ciudad durante las fiestas navideñas.
A las 11:30 se celebrará la apertura oficial del pantalán de la BWR delante de la estatua de Colón; durante el acto los escolares ganadores del concurso “Oceà viu planeta viu” del programa educativo entregarán sus dibujos a los navegantes para que los lleven a bordo durante la circunnavegación.
El GAES Centros Auditivos de los catalanes Anna Corbella y Gerard Marín, el Hugo Boss del británico Alex Thomson y el alicantino Pepe Ribes, el One Planet, One Ocean & Pharmaton de los catalanes Aleix Gelabert y Didac Costa, el Renault Captur del alemán Jörg Riechers y el francés Sébastien Audigane y el Spirit of Hungary del húngaro Nandor Fa y el neozelandés Conrad Colman han sido los más puntuales en su cita con Barcelona y ya están amarrados en el muelle.
El Cheminées Poujoulat del suizo Bernard Stamm y el francés Jean Le Cam ocupaba su lugar en el pantalán este mismo jueves por la tarde, igual que el Neutrogena del catalán Guillermo Altadill y el chileno José Muñoz, que navegando de camino hasta la ciudad se retrasaba debido a la falta de viento. Por último, el barco de los hermanos catalanes Bruno y Willy Garcia, último equipo en inscribirse y que pronto anunciará su patrocinador, ha tenido que hacer una parada técnica en la base de la Fundació Navegació Oceànica Barcelona para reparar una cruceta (elemento del aparejo del mástil) que habían roto.
Entrevista a Bruno García
El cardiólogo Bruno Garcia ya intentó dar la Vuelta al Mundo a Dos en la edición 2010/2011, en la que participó junto a Jean Le Cam a bordo del Président, pero tuvieron que retirarse cuando el décimo día de competición rompieron el mástil.
Esta vez, junto a su hermano, Willy Garcia, cuenta con un barco “bastante noble” que ya ha dado dos vueltas al mundo y que ganó la primera Barcelona World Race bajo los mandos de Jean-Pierre Dick y Damian Foxall.
¿Preparado para intentar, otra vez, dar la vuelta al mundo?
Yo creo que sí, pero hay que recordar que la primera vez no lo logré. Pero creo que esta vez sí que conseguiré completar la vuelta.
¿Con qué te quedas de la pasada Barcelona World Race?
Desgraciadamente me tengo que quedar con que no la acabé. Aun así aprendí muchas cosas y espero que sean suficientes para esta nueva edición.
Sois el último equipo inscrito en la regata, ¿esto os deja en desventaja?
Sí, claro que sí. Tenemos menos tiempo para prepararnos que el resto pero, a la vez, esto también es una ventaja: no tenemos tanta presión. No se nos puede exigir lo mismo que a los que llevan mucho más tiempo preparándose.
¿Cómo lleváis la preparación de la regata?
Bien. Uno se da cuenta de que trabajando, insistiendo y pensando se hace camino. Y, además, tenemos un súper equipo, con muy buena gente y muy buen ambiente alrededor del proyecto.
¿Llegaréis a la salida con todo listo?
Yo quiero pensar que sí. Evidentemente siempre faltan cosas, pero creo que lo esencial sí que estará listo. El equipo que tenemos es muy competente y, además, mucha gente de la FNOB nos está ayudando y esto es muy importante. Creo que cuando las cosas se acomodan a ti, como parece estar sucediendo ahora, se llega a la salida aceptablemente preparado.
¿Cómo han sido estos últimos meses para ti? Trabajo, casa, barco…
Han sido meses muy duros. Muy diferentes a los que me tocó pasar en la última edición de la Barcelona World Race. Por aquel entonces me iba a Francia y allí me aislaba, con lo que me dedicaba cien por cien al barco. Aquí tengo que combinar jornadas completamente esquizofrénicas y kafkianas. A lo mejor empiezo con una sesión en el hospital, después me toca solucionar temas del barco por teléfono, volver al hospital o visitar a pacientes y otra vez al barco; y todo combinado con ver y estar con la familia.
Siendo la vela un hobby para ti, tienes un currículum interesante.
Sinceramente pienso que es bonito tener un currículum, como apuntáis, interesante, pero no es mi objetivo. Ni siquiera en mi profesión. Al final el currículum es como la estela del barco: define lo que uno hace. Es cierto que a veces, cuando lo pienso, veo que es una estela bonita, que me gusta y espero que con los años se vaya incrementando.
¿Qué sensaciones tenéis a bordo del barco?
No hemos tenido muchas ocasiones para contrastar sensaciones, pero de momento son buenas. Empiezo a sentir el barco, no del todo, evidentemente, pero empiezo a entenderlo y sentirlo. Ya había navegado con él en la Vuelta a España y en algún que otro transporte y creo que es un barco bastante noble y que transfiere buenas sensaciones.
¿Qué tal la relación con tu hermano?
Esto va a ser difícil de responder [risas]. Quiero pensar que es una relación muy buena. Mi hermano es uno de los mejores regalos que he tenido en mi vida. Es un muy buen amigo, muy buen hermano y además es un súper navegante. Me fío muchísimo de él tanto en el mar como en la montaña. Con él he hecho muchas millas, muchos picos, muchas aristas… y la confianza mutua que tenemos es fenomenal. Evidentemente también tiene defectos, como los tengo yo, pero la ventaja es que nos conocemos bien. La relación es buena, buena en mayúsculas.
¿Qué esperas de esta regata?
No lo sé. Espero mucho y a la vez no tanto. Ya tengo la desilusión de la anterior… Por ahora, lo que estoy esperando de ella me lo está dando. La preparación es muy educativa y formativa. Estoy gratamente sorprendido por el súper equipo que hemos formado. Nuestro capitán, Rubén Castells, es un tío fenomenal y un técnico buenísimo; con él veo que estamos rindiendo más de lo que esperaba. Pero no quiero hablar de resultados porque ni mi hermano ni yo contamos con ningún tipo de presión en ese aspecto. Tenemos mucha ilusión por hacer algo bonito. Si podemos acabarla, bien. Si no, al menos hacerlo bien hasta donde lleguemos; no hagamos quedar mal a los amateurs, que es lo que somos. Y poco más. Quiero disfrutar la regata, vivirla y hacerla vivir. Ya lo viví en la anterior edición con Jean Le Cam. Este tipo de regatas no solo están para los que navegamos, también están para la gente del equipo de tierra y para aquellos que nos siguen. Sean muchos o pocos, mi hermano y yo intentaremos trasladar al público toda nuestra ilusión.