La cita empieza a ser un reclamo difícil de desatender para los aficionados a la náutica y a la navegación en general. Barcelona inauguraba este jueves la IX Regata Puig Vela Clàssica con un total de 41 legendarias embarcaciones mostrando orgullosas sus historias centenarias y paseando por el agua ese porte de extraordinaria belleza que gana en espectacularidad cuando se juntan en flota.
Las condiciones han sido ideales para realizar una regata en la que los barcos han podido competir en todo su esplendor. Los vientos del sudeste de 12 nudos daban pasa a un térmico Garbí de 13 que fue subiendo progresivamente hasta los 15-16. Sin apenas olas y con un sol espléndido, el campo de regatas puso todo de su parte para que los participantes brillaran en unos recorridos diseñados por el Comité de Regatas para cada una de las clases participantes (Big Boats, Época y Clásicos). Así cada clase ha podido desplegar las mejores condiciones técnicas, una distancia acorde a sus prestaciones y evitar un exceso de rumbos de ceñida, a fin de permitirles desarrollar todo su potencial. Una nueva apuesta que a su vez ha logrado que los tiempos de las flotas fueran más compactos y que la regata, por tanto, fuera más espectacular.
Los Clásicos han navegado el mayor recorrido, completando 9,8 millas de distancia en cinco tramos, que han dado oportunidad a corregir errores y recuperar esloras. Los de mayor eslora, los Clásicos 1, han tenido en el Guia de Ramón Rosés un sólido líder, que además de cruzar la meta en primera posición se ha impuesto tras la fórmula de compensación de tiempos. Segundo ha sido el Samarkand, a 2:20 minutos, superando al Outlaw por tan solo 5 segundos.
Los dos grandes favoritos en Clásicos 2, Argos y Alba, han confirmado los pronósticos. Una mejor salida por barlovento del Argos le ha permitido destacarse, mientras que el Alba minimizaba daños tras un primer tramo menos acertado y trataba de mantenerse a tiro pensando en tiempo compensado. Finalmente, el Argos de Bárbara Trilling confirmaba su buen hacer, mientras el Alba podía remontar hasta la segunda plaza, superando al Kanavel por sólo 21 segundos, después de aplicar la compensación de tiempos.
Menos distancia han recorrido los barcos de Época. Concretamente, 7,23 millas en cuatro tramos, tras los que el Marigold, patroneado por Jason Gouldstone, se imponía en la clase Época Cangreja al Kelpie of Falmouth y al Niña Bonita. La victoria en la flota Época Marconi ha sido para el Halloween de Mick Cotter por escasos 24 segundos, tras aplicar la compensación de tiempos, superando al Islander y, por más de 2 minutos, al Sonata.
Los Big Boats cerraban el turno de salidas, y ya desde los instantes previos se ha visto la fuerte competitividad que siempre exhiben en la Regata Puig Vela Clàssica. Aunque finalmente el Moonbeam III de Laurence Waechejer quedase en segunda línea y sin viento limpio, enseguida buscaba opciones para encontrar viento franco y exprimir todo su potencial, que finalmente le permitían hacerse con la victoria tras aplicar la compensación de tiempos. Algo más de un minuto ha sido su diferencia respecto al Moonbeam IV, mientras el debutante Sumurun y el Eleonora completaban la clasificación por este orden.
CRÓNICA DE LA PRIMERA JORNADA Por Carlos Pich