La Tramuntana fue protagonista en el último día de regatas de la X Copa del Rey de Barcos de Epoca, Trofeo Panerai provocando la suspensión de todas las pruebas previstas. Esta situación acabó con las opciones de las embarcaciones que habían postergado para el último día su asalto a la victoria y coronó a los líderes de la segunda jornada como campeones. Laddy Ane (1912), en la clase FI15; Mariette (1915), en Big Boats; Chinook (1916), en Época Cangreja; Horizonte (1942), en Época Marconi; Alba (1956), en Clásicos, y Charisma (1970), en Espíritu de Tradición, son los flamantes ganadores de la mejor regata de vela clásica de España, celebrada en los campos de regatas de Mahón desde el pasado 28 de agosto.
El Comité de Regatas aguantó hasta el último momento para intentar completar el programa de pruebas, pero a las 13.32 horas hizo sonar los tres bocinazos que confirmaban la cancelación de la última manga. Para entonces, los armadores de la clase FI15 y de los Big Boats ya habían anunciado que no saldrían a navegar con una mar tan formada. Los FI15 fueron concebidos a principios del siglo XX para navegar con vientos suaves y sufren mucho cuando el anemómetro supera los 20 nudos.
Con todo, la Copa del Rey de Barcos de Época Trofeo Panerai cerró su décima edición con un rotundo éxito deportivo, y plenamente consolidada como una de las citas de referencia del calendario mediterráneo de vela clásica. Así lo reconocía, entre otros, el armador del Mercury (1938), Jordi Cabau, a quien el ambiente en el Marítimo de Mahón estos días le recordaba el de las mejores ediciones de la regata de Cannes, patrocinada también por Officine Panerai.
Manuel Nadal, director técnico del evento, lamentó no haber podido cerrar la competición con la tercera manga, pero se mostró “muy satisfecho” con el desarrollo de la Copa del Rey: “Hemos reunido a una flota de medio centenar de barcos de primerísimo nivel y hemos tenido dos días excelentes en la mar. Creo que ha sido una de las ediciones más destacadas desde que se creó esta regata”.
FI15 para Lady Anne
Los seis barcos ganadores son auténticas leyendas del mar y forman parte del patrimonio naval internacional. Empezando por el británico Lady Anne, el más ‘moderno’ de los FI15, un diseño de William Fife botado en 2012 y que en el Trofeo Panerai ha navegado siempre un paso por delante de sus rivales, el Mariska (1908), el Tuiga (1909) y el ‘Hispania’ (1909), el que fuera barco de Alfonso XIII.
El patrón del Lady Anne, Richard Le May, que comparte la caña con el diseñador naval español Marcelino Botín, dejó claro desde un principio que su objetivo era ganar todas las pruebas del circuito de los FI15. En los campos de regata de Mahón combinó destreza marinera y audacia para navegar con viento libre mientras sus rivales peleaban entre sí. Su salida con todo el trapo izado y amurado a babor en la segunda jornada fue uno de los momentos estelares del Trofeo Panerai. “Fue una maniobra un tanto arriesgada, pero nos salió bien. Esta buena salida nos ayudó mucho a mantener distancias con nuestros contrincantes”, señaló Le May.
Mariette el mejor en BIG BOATS
También la tripulación del Mariette, una imponente goleta áurica botada en 1915, demostró ser la más competitiva de su clase. La retirada del Mariquita (1911) antes del inicio de la segunda regata allanó su travesía hacia la victoria. El Cambria (1928), que había sido el más rápido en tiempo real en la primera manga -aunque acabó cediendo el liderato tras la compensación de tiempos-, fue demasiado conservador en el inicio de la regata del viernes (30 de agosto) y perdió toda opción de superar a su rival.
El Mariette, de 32 metros de eslora y 7,25 de manga, lleva siendo una de las mejores embarcaciones de la clase Big Boats (grandes esloras) desde principios de los 90. Diseñada por Nathanael G. Herreshoff y construido en Estados Unidos, esta goleta patroneada actualmente por Charlie Wroe, puede desplegar hasta 1.030 m2 de velas. En 2007 ya se alzó con la Copa del Rey de Barcos de Época Trofeo Panerai.
“El tiempo ha sido fantástico. A este barco le gustan las condiciones fuertes y es lo que hemos tenido. La tripulación ha trabajado muy duro. Estamos acostumbrados a usar los winches y en esta regata no podemos, por lo que es necesario contar con más manos a bordo. En esta ocasión hemos sido 36 regatistas, todos ellos muy buenos”, explicó Charlie Wroe.
Sorpresa para Chinook y Horizonte, ganadores en Época Cangreja y Epoca Marconi
“No nos esperábamos ganar. Esta es la segunda regata en la que participamos y todavía estamos aprendiendo, aunque sabemos que es un barco rápido”, confesó Jonathan Greenwood, patrón del cutter Chinook (1916), vencedor en la categoría de Época Cangreja, en la que compiten veleros con aparejo trapezoidal construidos hasta el 31 de diciembre de 1949. Este diseño de Sparkman & Stephen destaca por la amplitud de su popa y su cubierta despejada. Su excelente papel en el Trofeo Panerai (con dos primeros puestos) ha sido una de las sorpresas de la competición, ya que en su clase regatean algunos de los mejores barcos del circuito, como el Kelpie (1903), el más antiguo de la flota, o el Eva (1906), el William Fife armado por el músico Pete Townshed, guitarrista de la banda británica The Who.
Para sorpresa, sin embargo, la que dio Horizonte (1942), armado por Juan Ball y patroneado por Nicolás González, en la clase Época Marconi, también para barcos botados hasta finales de 1949 pero de aparejo triangular. Este ketch diseñado por German Frers nunca había participado en la Copa del Rey Trofeo Panerai. Es más, nunca antes habían competido en Europa. El barco llegó a España, procedente de Buenos Aires, el pasado mes de julio. Tras una primera toma de contacto con las aguas mediterráneas en la regata Puig Vela Clásica, del Real Club Náutico de Barcelona, el Horizonte se marcó como objetivo hacer un buen papel en el Trofeo Panerai.
Nicolás González explicó que su tripulación (compuesta por 13 personas) no está acostumbrada a regatear con tanto mar como en Menorca. El Horizonte, uno de los pocos diseños clásicos de Frers, es un barco fuerte, que se comporta muy bien con todo tipo de vientos, pero difícil de gobernar. “Necesita mucha concentración porque no es muy estable de rumbo y el timón y la tripulación (13 personas) tiene que hacer un trabajo constante para que el barco responda bien”.
Los Clásicos para el Alba
El Alba (1956), de Damián Ribas, comodoro del Real Club Náutico de Barcelona, fue el mejor de los Clásicos (barcos construidos entre 1950 y 1975), con un primer y un segundo puesto. El yawl diseñado por Phil Rodes, de 13 m de eslora, se impuso al Yanira (1954), seis veces ganador de la Copa del Rey de Barcos de Época Trofeo Panerai, y que en esta ocasión se quedó con la miel en los labios tras ser penalizado por cometer un error en el recorrido de la segunda jornada. El Emeraude (1975), embarcación metálica de aspecto mucho más moderno que la mayoría de sus rivales, se tuvo que conformar con la tercera posición.
Espíritu de Tradición para el Charisma
El Charisma (1970), armado por la Fundación de Navegación Oceánica de Barcelona y patroneado por Guillermo Altadill, ganó en la clase Espíritu de Tradición, reservada a veleros que han sido construidos con posterioridad al año 1975 respetando las líneas de los clásicos o antes de esta fecha pero que incluyen materiales que no son ni madera ni metal. El Calima (1970), que al igual que el Yanira fue penalizado por el Jurado, tuvo que conformarse en esta ocasión con la segunda plaza.
Diez años de recorrido junto a Panerai
El Trofeo Panerai de Mahón lleva siendo cita ineludible del circuito internacional de barcos de época desde su creación en 2003, bajo la denominación de Vela Clásica Menorca. Su décima edición coincide con una verdadera fiebre por la vela tradicional en nuestro país y es el colofón de un calendario muy apretado que este año ha incluido, sólo en España, regatas en Mallorca, Barcelona y Cartagena.
La competición mahonesa es, además, una de las diez pruebas del Panerai Classic Yachts Challenge 2013, circuito que ha pasado ya por Antigua, Antibes, Argentario, Nápoles, Cowes, Newport, Nantucket, y que, tras recalar en Menorca, regresará a Newport para concluir, a finales del mes de septiembre, en Cannes