Tras 67 horas de aplazamiento por el ciclón Pam, la flota de la Volvo Ocean Race largaba velas la pasada noche de Auckland a la etapa más complicada de todas. Los seis barcos tendrá que pasar por algunos de los puntos más remotos del planeta, donde el objeto más cercano serán los satélites que orbiten sobre sus cabezas, ha comenzado con condiciones muy suaves -5 nudos de Sur-, que nada hacían recordar el drama vivido en el Pacífico durante los pasados días.
Team Brunel ha cruzado la línea de salida en primer lugar, mientras que el equipo español MAPFRE, que ganó la etapa 4, lo ha hecho algo retrasado; pero todos saben que este orden poco representa cuando se tienen por delante ni más ni menos que 6.776 millas -12.549 kilómetros- de navegación pasando por uno de los océanos más inhóspitos del planeta.
Iker Martínez, patrón del MAPFRE, que vuelve a estar a la caña tras dos etapas ausente, explicaba poco antes de salir lo que les espera en los próximos días: “Tardaremos casi un día en llegar al océano con estas condiciones”, comenzaba. “Una vez entre el viento del Sur, 20-25 nudos, es un poco como el final del ciclón que pasó. Si todo se cumple según lo previsto podremos ir un poquito con este viento, luego calmará y nos atrapará un anticiclón bien grande. Habrá que cruzar ese anticiclón para poder llegar al Sur y ya allí, lo de siempre: viento fuerte, de popa, y ya hasta el Cabo de Hornos será algo más clásico”.
Con clásico Iker Martínez se refiere a las condiciones de fortísimo viento, humedad, niebla e incluso nieve que otros han llamado “terroríficas”, como Axel Magdahl, navegante del Ericsson 3 que ganó la etapa 5 entre Qingdao y Rio de Janeiro -la más larga navegada hasta el momento-, en 2008-09. En las cuatro últimas ediciones de la Volvo Ocean Race, la flota nunca ha logrado acabar este tramo intacta. En la pasada edición 2011-12, sólo PUMA, consiguió llegar sin roturas a Itajai. Dos equipos, Abu Dhabi y Team Sanya tuvieron que abandonar la etapa, Groupama y Camper rompieron el mástil, y Telefónica, que acabó segundo, dañó su proa. En 2005-06 Movistar sufrió una vía de agua al doblar Cabo de Hornos en la que entonces fue la etapa 4 entre Wellington y Rio, y en 2001-02 el SEB rompió el mástil entre Auckland y Rio, mientras que el Illbruck sufrió daños al chocar contra un iceberg.