La regata Puig Vela Clàssica Barcelona alcanza su novena edición del 13 al 16 de julio, fechas en las que el RCN de Barcelona se vestirá de gala para recibir a la más privilegiada y exclusiva flota de barcos clásicos y de época del mundo.
Embarcaciones procedentes de España, Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Holanda o Estados Unidos son fieles a esta cita que a pesar de su juventud ostenta una gran proyección nacional e internacional desde su nacimiento en 2008, habiéndose consolidado como uno de las regatas de barcos clásicos más importantes del planeta, junto a las citas de Antigua, Antibes, la isla de Wight, Newport o Cannes.
La IX edición de la regata Puig Vela Clàssica Barcelona es ya una cita indispensable en el calendario internacional, tanto para sus participantes y armadores, como para los aficionados de la náutica clásica mediterránea. De hecho, cada edición aumenta el número de medios de comunicación nacionales e internacionales que se hacen eco de esta elegante y atractiva competición.
Diferentes escenarios emblemáticos de la ciudad
Si la convocatoria alcanza los niveles del año pasado, las instalaciones del RCN de Barcelona alojarán a unos 500 regatistas y embarcaciones tan emblemáticas como el Alba, Yanira, el Kelpie of Falmouth, el Mariette o el Eilean. Se espera además la confirmación de otros participantes como el Manitou, los Moonbeam III y IV o el Islander.
Uno de los atractivos de la regata es que la organización intenta, si las condiciones lo permiten, celebrar las pruebas cerca de la costa, de manera que los ciudadanos pueden disfrutar desde distintos puntos de Barcelona, como el Port Vell, la Barceloneta o el Port Olímpic de estas joyas de la navegación.
Todos aquellos que se encuentren en esta ciudad cosmopolita podrán disfrutar del lujo de contemplar de primera mano embarcaciones centenarias que son auténticas obras de arte. Muchos de estos barcos constituyen un gran legado histórico, como es el caso del Manitou, convertido por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy en su barco presidencial, lo apodó la Casa Blanca flotante.
Otro claro ejemplo es el Mariette, que fue requisado por el servicio de Guarda Costas de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para la vigilancia de la costa oeste. En resumen, todo un ramillete de obras de arte marinas que competirán por un trofeo que año tras año es referente en la vela clásica europea.