Durante el pasado Salón Náutico de Düsseldorf se hizo público que el grupo Ferretti patrocinará durante la temporada 2018 al piloto motociclista italiano Andrea Dovizioso. El bien traído argumento venía a decir que Ferretti lleva 50 años cruzando el primero la línea de meta de los negocios náuticos al igual que Dovizioso cruza con éxito la línea de meta en las competiciones motociclistas. Bien, no deja de ser una frase publicitaria.
La verdad es que el cuartel general del Ferretti Group se halla en Forlí (Italia, por supuesto) y que Dovizioso es natural de la misma comarca, concretamente de la población de Forlimpopolo. El piloto fue campeón del mundo de 125 cc en 2004 y lleva un total de 17 victorias en grandes premios, 8 de ellas en Moto GP, categoría en la que compite actualmente.
Las compañías italianas tiene a bien y por costumbre realzar el marchamo “Made in Italy”, de modo que procuran que todas las fases productivas se queden en casa. Allí donde sea posible, se montan equipamientos italianos. No es extraño que a la hora de patrocinar actúen con un patrón parecido. No parece que se trate, pues, de buscar clientela en la provincia de Forlí, sino más bien de seducir a los convecinos que, tal vez, a menudo se ven sorprendidos por el corte del tráfico para dejar pasar los enormes camiones que mueven los yates de la marca. Puestos a patrocinar han patrocinado a un deportista “de casa”. Vaya, más “de casa” no podía ser.
No es la primera vez que una marca del grupo Ferretti está en la alta competición no náutica. Como se recordará, la marca Riva estuvo presente como patrocinadora del equipo Ferrari de Fórmula 1 durante 2017. El patrocinio no puedo ser muy significativo, toda vez que los importes que se mueven en los circuitos automovilísticos son enormes, así que se limitó a lucir el anagrama de la marca en los cascos –los de la cabeza- de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen. No consta que el patrocinio se prolongue en 2018.
Se puede pensar, sin duda, que el carácter icónico de las dos marcas italianas facilitó el acuerdo. Pero hay un segundo aspecto a tener en cuenta: el accionariado de ambas compañías. F. Investments S.A. es la sociedad de inversiones de la familia Ferrari y tiene un 13,2% del capital de Ferretti Group que, a su vez, es propietario de la marca Riva. Fiat y Ferrari son marcas “primas hermanas”, pero independientes desde que en enero de 2016 Fiat escindió Ferrari, que cotiza a parte en bolsa, pero una parte del accionariado es común.
No fue esta la primera vez que una marca italiana de yates patrocinó el automovilismo de alto nivel. Lo hizo Dominator. Aquí hay que hacer historia. Resumidamente les recordaremos que en 1998 el astillero Mochi estaba en crisis. El grupo Ferretti, liderado entonces por Norberto Ferretti, adquirió la marca Mochi. Los yates Mochi se fabricaban en un astillero de Fano (Italia). Ferretti se quedó con la marca y pasó a construir yates de corte clásico inspirados en los lobsters estadounidenses, pero no se quedó el astillero que cambió de manos y siguió en producción bajo la marca Dominator. Los primeros Dominator 65 –año 2001- eran extraordinariamente parecidos a los últimos Mochi. Por cierto, el último Mochi se vendió a un armador catalán que las pasó “canutas” para sacar el barco del astillero, pues ya estaba casi pagado en su totalidad y los trabajadores lo retenían para cobrar nóminas atrasadas.
Los nuevos propietarios de las instalaciones decidieron seguir la producción de yates y entre ellos se encontraba “Keke” Rosberg, ex campeón del mundo de Fórmula 1. “Keke” tuvo digno sucesor en los circuitos a su hijo Nico, que fue también campeón del mundo y en los inicios de su carrera deportiva en la Fórmula 2 lució el patrocinio de Dominator en el mono y en los monoplazas.
Ojo. Si ustedes se fijaron en el patrocinio de la marca Kingfisher en los monoplazas de Fórmula 1 del Team Force India, sepan que no se trataba de equipamiento para la pesca, sino de una marca de cerveza fabricanda precisamente en India.
Si cruzamos al otro lado del Atlántico los patrocinios náuticos al mundo del automóvil fueron notables. Las carreras de la NASCAR (National Association for Stock Car Auto Racing) han sido escenario habitual de patrocinios náuticos, en ejemplos como los motores fueraborda Evinrude, Mercury o Kiekhaefer (la historia de Carl Kiekhaefer en Mercury la dejaremos para otro día) o las embarcaciones Tracker Boats, especializadas en la pesca deportiva, a menudo junto a Bass Pro Shops, la cadena de tiendas de equipamiento e indumentaria para la pesca. Que no les extrañe. La pesca es la primera actividad entre los aficionados a la náutica en los Estados Unidos…