Parece que algunos datos empiezan a reflejar la mejoría de la industria náutica italiana que, después de cinco años de fuerte recesión, cerraba 2014 con una facturación global de 2,5 millones de euros, un 2,1% más que en 2013.
Según el estudio económico encargado por la Asociación de la Industria Náutica Italiana, UCINA, dirigido por Stefano Pagani, el sector de la construcción se incrementó un 1,9%; mientras que el segmento de accesorios y equipamiento para el barco mostró un aumento del 3,1%; asimismo, el número de personas empleadas en el sector ha crecido un 1%.
En el informe también se analizan “cifras de navegación” con datos muy interesantes como el incremento del 15,4% en 2014 del leasing náutico en Italia comparado con el año anterior: “Si seguimos a este ritmo, nunca podremos recuperar el nivel de crecimiento que tuvimos en 2007-2008“, dijo Pagani. “Sin embargo, tal vez sea mejor así, pues la tasa de crecimiento que teníamos era insostenible a largo plazo, aunque nos hemos dado cuenta de ello ahora”.
El sector fue testigo entonces de un crecimiento sostenido desde 2000, y su facturación global creció a 4,97 billones de euros en 2005, registrando un récord de 6,2 billones de euros en 2007, para luego bajar a los 6,18 billones de euros en el año 2008. En los cinco años siguientes, sin embargo, el volumen de negocio se redujo en un 59%, hasta los 2,49 millones de euros, en un contexto en el que el mercado nacional se contrajo un 88%.
La magnitud de la crisis es más fácil de entender si se considera el gran impacto que el sector náutico ha tenido siempre en el tejido industrial del país, así como en términos de producto interior bruto (PIB) y empleo. Hasta el momento, Italia sigue siendo primer constructor mundial de mega-yates de más de 24 metros, y todavía se encuentra entre los primeros en todo el mundo en términos de valor de la producción exportada.
Sin embargo, si la industria náutica contribuyó al PIB en unos 5,5 millones de euros, o un 3,6 millones de € en 2007, su contribución se redujo a sólo 1,8 millones de euros, o un 1,3%, en 2012. El número estimado de empleos directos también se ha reducido de 35.000 en 2008 a 19.000 en 2012, y la cifra oscila de 120.000 a 90.000 si se incluyen los empleos indirectos.
De acuerdo con estimaciones de la UCINA, el primer trimestre de 2015 registró una mejora que los analistas parece que consolidan a largo plazo. “Esperamos un crecimiento más sólido a partir de 2016. Sin embargo, esto depende totalmente de lo que suceda en el mercado nacional, que sigue siendo crucial para la recuperación total”, dijo Pagani.
De hecho, se ha dado un cambio drástico durante la crisis: las exportaciones representaban alrededor del 53% de las ventas en 2008, pero creció al 93% en 2013 y 2014. Sin embargo, a diferencia de otros sectores de la economía, el papel de la demanda interna podría no ser fácilmente reemplazado. En 2008, alrededor del 50% de la producción se vendía en Italia; Ahora están en un 7%, y aunque consideran inviable recuperar las cifras de entonces, sí que ven factible alcanzar en los próximos años el 30 o 35%.
Pagani hizo hincapié en que Europa –Italia incluído-, junto con América del Norte siguen siendo los mercados de referencia para la industria de la navegación, ya que tienen la cultura náutica más fuerte; si bien no hay que olvidar la fuerte demanda de los mercados emergentes de Asia, América del Sur o África.